Los que se quedaron en Ghana, con más restricciones y resignados

Asediados. Como en un presidio. Así están hoy los 45 tripulantes de la Fragata Libertad, fondeados en el Puerto de Tema, Ghana. El viernes, Clarín i nformó que la mínima tripulación de oficiales y suboficiales que quedó al mando del buque escuela recibió estrictas órdenes del Ministerio de Defensa de no hablar con la prensa, aquí, en Africa. Este enviado pudo confirmar esa información y aún más: la amenaza existió y, también, la advertencia de que estaban monitoreando todos sus movimientos y contactos . O sea: son espiados.



POR DANIEL JURI
GHANA. ENVIADO ESPECIAL - 28/10/12


La tradicional travesía con aires de gesta de la Armada, en la que egresan cada año los cadetes con el grado de guardiamarinas, había arrancado el 2 de junio en Buenos Aires. Estaban exultantes. Así lo refleja “La Gaceta Marinera”, el órgano oficial de la Armada, que fue recibiendo en su página Web comentarios de aliento de marinos y familiares de los tripulantes desde que el velero emprendió el viaje. No es casual: los comentarios abiertos a los lectores dejaron de aparecer en la página el 7 de octubre, días después de que el juez ghanés Adjei Frimpong aceptara el pedido del fondo buitre NMI de embargar el buque.
La Fragata se ve vacía. Ya no se escucha el bullicio de los 281 cadetes, cabos y personal civil repatriados por orden de la Presidenta, cuando el Gobierno asumió -nunca dijo- que esto iría para largo.
La camareta de los guardiamarinas quedó en silencio. Allí, argentinos y los chilenos invitados vieron el 16 de octubre el partido que sus selecciones jugaron en el estadio Nacional de Santiago.
Vibraron con el gol de Messi.
Sobra lugar en el gimnasio donde cada día iban a matar el tiempo en las acaloradas tardes de Ghana. Una de las dos cocinas de la Fragata ya habrá sido cerrada.
Ocurre que los 45 tripulantes que quedaron a bordo deben ahora ahorrar energía al máximo.
El juez ghanés restringió el abastecimiento de electricidad y combustible, lo que impide el funcionamiento del destilador que potabiliza el agua salada. También, el funcionamiento de los dos motogeneradores de la Fragata. Si la restricción se mantiene, los generadores dejarán de funcionar definitivamente. Y la seguridad de la Fragata corre riesgos. Lo dijo el Gobierno. Por eso, los marinoscompran agua potable en el puerto de Tema casi diariamente para cocinar y para el aseo básico.
De allí que a algunos se los vea con barba de unos días. La vieja manía militar de pelo corto y cara rasada tuvo que quedar atrás.
También se terminaron los traslados a los exclusivos hoteles resort de la zona de Labadi Beach, a medio camino entre el puerto de Tema y Accra, la capital. Esa excusa que les permitía matar el tiempo y también aprovechar las duchas de la piscina para darse un buen baño y ahorrar el agua de la Fragata.
El cerco en el que fueron encerrados los tripulantes del buque insignia de la Armada se puede comprobar a simple vista , con solo acercarse aquí a la Fragata. Superadas las trabas burocráticas que, según el día y el funcionario de turno, pone la administración de puertos ghanesa, el ritual es siempre el mismo: marinos en cubierta que saludan sin bajar a la dársena. Y si están en la dársena trepan rápida mente la escalera en medio de amables frases de compromiso y cara de “quiero pero no puedo”.
O: “no entiendo porqué no puedo”.
El gobierno del ghanés John Dramani Mahama ya advirtió que sólo actuará cuando se haya completado el proceso judicial que arrancó en un Tribunal Comercial y terminará en la Corte. De allí, deberá pasar a tribunales internacionales. La tripulación de la Fragata, acostumbrada a despertar con el ruido de las olas y el vaivén de las tormentas no sabe hasta cuándo amanecerá escuchando el chirrido de las grúas y el estallido de los containers que caen como plomo sobre la dársena de este país perdido y lejano .

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