Preparando el #8N: ¿Qué te pasa Argentina?

En el día en que muchos se preguntan qué le pasa a la Presidente porque otra vez repite un cuadro de baja presión arterial, vale reflexionar si la pregunta de fondo no sería: ¿Qué le pasa a la Argentina?



"Un pueblo movilizado para que se respete la ley, se termine con la impunidad, se aborde la solución de los problemas reales de la gente, se censure el relato y no la verdad; comienza a dar cuenta que muchos son lo que pretenden poner a salvo los principios rectores de una vida en armonía."
por JORGE HÉCTOR SANTOS
Twitter: @santosjorgeh
Web: santosjorgeh.blogspot.com.ar
Youtube: JorgeHectorSantos

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). ¿Puede la vida de un país -40 millones de personas-, girar en torno de una impredecible jefa de Estado?
La respuesta que ofrecería cualquier persona ajena al contexto argentino sería: NO.
La salvedad al respecto podría resultar es o Cuba o Venezuela o algún otro recóndito territorio donde funcione un gobierno republicano en la ficción, sin división de poderes, concentrado en 1 persona.
Esta contestación lógica a una respuesta de similar calibre demuestra que la Argentina está pasando por un claro apartamiento de formas republicanas, ya que -una vez más- las personas son más importantes que las instituciones.
La Argetina, justo cuando se cumplen 29 años ininterrumpidos desde la asunción del gobierno deRaúl Alfonsín, atraviesa una fuerte crisis que pone al borde del abismo a la República.  
9 años atrás un gobierno matrimonial (marido/esposa/esposa) es cierto que colabró en quitar al país de una fuerte crisis pero también lo es que 9 años después la vuelve a hundir en otra crisis, de diferentes características aunque, en cierto modo, más complicada.
Ninguno de los gobiernos democráticos que precedieron a los Kirchner tuvo la suerte de encontrarse con años de crecimientos como los que se vivieron con ellos, gracias al 'viento de cola'que insufló energía a la Rosada.
Sin embargo, la política clientelista, populista, corrupta, carente de gestión, mediocre por donde se la busque, de absoluta falta de diálogo, de acumulación de poder mediante la administración indiscriminada de los dineros públicos, de destrucción de las instituciones de todo tipo y de enfrentamiento con enemigos del pensamiento único, sumieron a la Nación en una peligrosa división, o fragmentación social de imprevisibles consecuencias y de muy difícil resolución.
Por otro lado, los inmensos ingresos tributarios se escurrieron, se dilapidaron y hoy, quiérase o no reconocer, estamos otra vez en una crisis económica.
¿Será más fácil salir de ella respecto de la que tuvimos hace 10 años o será más complicado? Carece de sentido esforzarse en buscar la respuesta; de algo podemos estar seguros, no deberíamos haber entrado en ella.
Con esta realidad, y tantas otras como la inseguridad creciente, la falta de inversiones -en un mundo donde sobran dineros para los países emergentes-, el aislamiento exterior, el desabastecimiento energético, la altísima tasa de inflación, la pésima calidad educativa, se conforma un escenario que discrepa y mucho con el relato montado por un aparato gubernamental utilizando una desmesurada y asqueante montaña de recursos públicos.
La dignidad de los funcionarios públicos, de los políticos oficialistas y de muchos de los opositores,se ha degradado a niveles aún más bajos que los que tenían una década atrás.
Frente a esto, un grupo muy numeroso de ciudadanos, que tratan de rescatar los valores esenciales de una Constitución Nacional que debe ser respetada y no modificada, comienza asembrar la esperanza de un cambio a partir del 13S y del próximo 8N.
Un pueblo movilizado para que se respete la ley, se termine con la impunidad, se aborde la solución de los problemas reales de la gente, se censure el relato y no la verdad; comienza a dar cuenta que muchos son lo que pretenden poner a salvo los principios rectores de una vida en armonía.
Es por eso que hoy, otro día en que la presidente aduce sufrir de lipotimia; más que preguntarse qué le pasa a la primera mandataria, sería mucho más saludable advertir que la que está enferma es la Patria y esta es de todos, sin distingos.
Ojala la Presidente lo advirtiere.

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