Pequeñas historias y reflexiones en un país destruido en medio de peleas mediáticas
Con los enormes problemas que tiene en el presente la Argentina y los que tendrá en el futuro, es lastimoso que horas enteras de televisión se gasten en alimentar el rating de Showmatch, con peleas inventadas, expresiones e historias de pésimo gusto, en cuanto programa mediático existe.
JORGE HÉCTOR SANTOS | 06/05/2010 | 20:44
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Mediodía del jueves 6, hablando con uno de los mejores odontólogos del país, este señalaba con tristeza pero admitiendo la cruel realidad que su hijo emigrará a Italia en búsqueda de mejores horizontes que los magros que le depara el país para hacer realidad sus sueños y su sacrificio de haberse esforzado para lograr ser ingeniero electrónico. Y, agregaba, esto no solo me sucede a mí sino a tantas otras familias argentinas que quieren que sus hijos se vayan para encontrar un destino digno para su vida.
Ese futuro no lo brinda ni lo brindará este país por muchísimos años.
El país está inmerso en una degradante crisis social donde hasta el más sano de sus hijos para sobrevivir, en un sistema corrupto, debe corromperse.
Otro amigo, me contó, que un conocido suyo tiene un espacio para lavar autos, con un pequeño bar para que aguarden sus clientes mientras esperan que su coche esté listo.
Justo enfrente de esta playa de lavado existe un mini prostíbulo con 6 chicas, llamada casa de masajes.
Un día, durante toda la mañana, un hombre estuvo en el bar del lavadero. No entendiendo qué hacía este hombre, el dueño del lugar se le acercó y le preguntó si podía ayudarlo en algo.
“No, gracias, le contestó”, le mostró una chapa de policía y le dijo que el comisario lo había enviado a sacar un promedio de facturación diaria del prostíbulo para que luego se estableciera cuánto debía ese lugar pagarle a la seccional por mes, en función de su recaudación.
Ese prostíbulo fue comprado posteriormente por las 6 chicas a quién inicialmente fue su dueño.
Las chicas deben pagarle cada una $150 por día ($900 diarios) a la seccional de la zona para que no tenga problemas.
Cómo revertir un país corrupto desde arriba hasta el último de sus habitantes, cuando el que comete una infracción de tránsito y es detenido por la policía ya tiene en mano un billete atractivo para terminar lo más sencillamente posible y rápido con tan elemental diligencia.
Cómo dejar de detenerse en los semáforos de noche o a 1eras. horas de la mañana en aquellas zonas amplias de tantos lugares de la Capital Federal y del GBA, cuando una autoridad quiera evitar que esto siga sucediendo. Imposible, esta y tantas otras malas conductas sociales están incorporadas a la impronta de un país que funciona sin reglas y sin leyes.
Cómo hacer para que en un futuro remoto un nuevo gobierno quiera cambiar la costumbre arraigada de cortar calles, puentes, autopistas, avenidas.
Cómo cortar con tantos subsidios que procrean vagos de vagancia absoluta. Esos ya tienen en sus entrañas la costumbre de vivir sin trabajar y que el Estado los mantenga.
Cómo hacer que la policía vuelva a la calle y cumpla con su deber de proteger al ciudadano decente, si es que el actual sistema permite que subsista alguno.
Cómo entender que no se miente cuando el gobierno y el habitante del país se acostumbraron a trampear y a ser trampeado.
Cómo volver a ser respetuosos del otro, cuando la educación social cayó en desuso.
La lista de ejemplos en un país donde todo vale es infinita.
En medio de todo esto y durante horas enteras programas mediáticos de televisión alimentan sospechosamente el rating de Showmtach con peleas como la inventada en tan escasos días de aire entre Graciela Alfano y Aníbal Pachano.
Triste, muy triste presente y un futuro aterrador más allá de cualquier consideración económica o político partidaria en un país donde la impunidad ocupa el cetro del triunfo del mal sobre el bien y los poderes del Estado y los políticos están sumergidos en una crisis que supera con amplitud cualquiera anterior.
En medio de todo esto no es extraño que Tinelli aún siga concitando audiencia con una propuesta prostibularia.
JORGE HÉCTOR SANTOS | 06/05/2010 | 20:44
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Mediodía del jueves 6, hablando con uno de los mejores odontólogos del país, este señalaba con tristeza pero admitiendo la cruel realidad que su hijo emigrará a Italia en búsqueda de mejores horizontes que los magros que le depara el país para hacer realidad sus sueños y su sacrificio de haberse esforzado para lograr ser ingeniero electrónico. Y, agregaba, esto no solo me sucede a mí sino a tantas otras familias argentinas que quieren que sus hijos se vayan para encontrar un destino digno para su vida.
Ese futuro no lo brinda ni lo brindará este país por muchísimos años.
El país está inmerso en una degradante crisis social donde hasta el más sano de sus hijos para sobrevivir, en un sistema corrupto, debe corromperse.
Otro amigo, me contó, que un conocido suyo tiene un espacio para lavar autos, con un pequeño bar para que aguarden sus clientes mientras esperan que su coche esté listo.
Justo enfrente de esta playa de lavado existe un mini prostíbulo con 6 chicas, llamada casa de masajes.
Un día, durante toda la mañana, un hombre estuvo en el bar del lavadero. No entendiendo qué hacía este hombre, el dueño del lugar se le acercó y le preguntó si podía ayudarlo en algo.
“No, gracias, le contestó”, le mostró una chapa de policía y le dijo que el comisario lo había enviado a sacar un promedio de facturación diaria del prostíbulo para que luego se estableciera cuánto debía ese lugar pagarle a la seccional por mes, en función de su recaudación.
Ese prostíbulo fue comprado posteriormente por las 6 chicas a quién inicialmente fue su dueño.
Las chicas deben pagarle cada una $150 por día ($900 diarios) a la seccional de la zona para que no tenga problemas.
Cómo revertir un país corrupto desde arriba hasta el último de sus habitantes, cuando el que comete una infracción de tránsito y es detenido por la policía ya tiene en mano un billete atractivo para terminar lo más sencillamente posible y rápido con tan elemental diligencia.
Cómo dejar de detenerse en los semáforos de noche o a 1eras. horas de la mañana en aquellas zonas amplias de tantos lugares de la Capital Federal y del GBA, cuando una autoridad quiera evitar que esto siga sucediendo. Imposible, esta y tantas otras malas conductas sociales están incorporadas a la impronta de un país que funciona sin reglas y sin leyes.
Cómo hacer para que en un futuro remoto un nuevo gobierno quiera cambiar la costumbre arraigada de cortar calles, puentes, autopistas, avenidas.
Cómo cortar con tantos subsidios que procrean vagos de vagancia absoluta. Esos ya tienen en sus entrañas la costumbre de vivir sin trabajar y que el Estado los mantenga.
Cómo hacer que la policía vuelva a la calle y cumpla con su deber de proteger al ciudadano decente, si es que el actual sistema permite que subsista alguno.
Cómo entender que no se miente cuando el gobierno y el habitante del país se acostumbraron a trampear y a ser trampeado.
Cómo volver a ser respetuosos del otro, cuando la educación social cayó en desuso.
La lista de ejemplos en un país donde todo vale es infinita.
En medio de todo esto y durante horas enteras programas mediáticos de televisión alimentan sospechosamente el rating de Showmtach con peleas como la inventada en tan escasos días de aire entre Graciela Alfano y Aníbal Pachano.
Triste, muy triste presente y un futuro aterrador más allá de cualquier consideración económica o político partidaria en un país donde la impunidad ocupa el cetro del triunfo del mal sobre el bien y los poderes del Estado y los políticos están sumergidos en una crisis que supera con amplitud cualquiera anterior.
En medio de todo esto no es extraño que Tinelli aún siga concitando audiencia con una propuesta prostibularia.
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