¿Era necesario que volviera Tinelli a la TV?
Esta semana arrancó "ShowMatch" y el animador cumplió con su cometido: que todo el país hablara de él y su programa. Sin dudas, todo un éxito a pesar de momentos que están muy lejos de nuestra realidad.
Será porque cada vez que aparece la palabra “Tinelli” en MDZ, las lecturas explotan y los comentarios empiezan a surgir con total naturalidad, en grandes cantidades. Eso sí: amor y odio. No hay términos medios.
El regreso se dio el pasado lunes.
Es la edición número 21 del programa pero lo llamativo es que desde hace tres años tiene el mismo formato: bailes sensuales y mucho pero mucho condimento farandulesco, es decir peleas, insultos, agravios. En esta edición se agregó algo más (como para darle otro toque): agresiones físicas (o casi…). Eso sí: del “sueño” nadie se acuerda (ni le interesa).
Entonces, con el formato testeado por años y sabedor que el argentino medio goza con eso, Tinelli vuelve a la TV de manera rimbombante, prometiendo el oro y el moro pero no entregando nada; apoyándose en “sueños conmovedores” que terminan quedando en el olvido; resucitando “estrellas” –que le estarán agradecidas de por vida- y metiendo en nuestras mesas nuevos personajes que carecen de talento artístico (desde luego) y de los cuales hablaremos ´(o escucharemos hablar) durante los próximos seis meses.
Así es Tinelli y “ShowMatch”. Así fue siempre Tinelli y sus programas. El argentino medio lo bancó. Lo hizo líder. Y los medios siempre fuimos tras la noticia que se generó en su programa, porque sería imperdonable que no publicáramos quien fue la “estrella” del “Bailando…” de anoche.
Ahora bien la pregunta: ¿era necesario que Tinelli volviera a la TV?
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Después de leer los ratings de esta semana, todo indica que sí, porque hizo buenas mediciones (a pesar que la oficialista agencia Telam dijo que midió diez puntos menos que el año pasado, simplemente porque el conductor hoy no está enrolado tras los K), sus programas competidores se cayeron a pedazos y la maquinaria que “Show Match” genera, trabajó a full.
Así, todos (absolutamente todos) los programas de chimentos (ya no hay programas de espectáculos) se dedicaron a contar con lujo de detalles cada pelea, cada discusión, hacer hablar a Aníbal Pachano (de manera exclusiva, obvio) para que de una vez por todas diga si está enfermo o no y hablar de las bondades de los nuevos protagonistas.
Entonces, esa gran “industria”, está agradecida que vuelva Tinelli a hacer lo mismo de siempre. ¿Para qué cambiar ahora si con esto nos fue tan bien en los últimos años?
El resto de los medios nos hacemos eco de eso. Ya no hay discusiones editoriales: Tinelli vende.
El rating de “ShowMatch” casi duplica al de su competidor inmediato, “Botineras”.
El de los programas de chimentos aumenta considerablemente cuando tienen a una de las figuras de la discusión de la noche anterior. Por ejemplo, “Intrusos” mide ahora de 10 a 13 puntos, mientras que en la época que no está Tinelli nunca llega a los dos dígitos. Ni hablar de los demás, que se cuelgan de lo que pueden.
Este año es distinto: no hay que perder tiempo porque el Mundial nos va a cerrar a todos la cabeza y arrancó con una nueva “mala”: Graciela Alfano, dueña de discusiones carentes de sentido, de responsabilidad, de acusaciones violentas y llena de golpes bajos. Y una víctima como el ilustre Aníbal Pachano (o que al menos aprovecha el momento para brillar).
Con este lamentable panorama, ¿hace falta algo más?
Si, el apoyo del argentino medio.
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33 puntos de rating equivalen a 3 millones 300 mil personas viendo ese programa (sólo en Capital Federal)
¿Y el resto del país qué hace? También ve a Tinelli. Eso sí: lo vemos porque algunos bailan bonito, o porque las discusiones son tan ridículas que entretienen, o porque es el único momento en que veo televisión y ver “ShowMatch” no me hace pensar o porque…
Con justificaciones al caso (siempre, como buen argentino medio), vemos a Tinelli, y adoramos sus discusiones, sus peleas bajas, callejeras, sin códigos, burdas. Y si nos da el tiempo, vemos todos los programas satélites, como para que nuestra info sea lo más completa posible.
Ahora lloverán comentarios diciendo “yo no veo a Tinelli”. No le creo a nadie.
Yo también veo Tinelli (“de vez en cuando”, como buen argentino medio). ¿Y si no de qué escribo?
¿Era necesario que volviera Tinelli a la TV?
Obvio que sí.



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