Qué hizo el kirchnerismo durante el 8N

Los principales dirigentes del oficialismo analizaban esta noche los efectos delas concurridas protestas que se desarrollaron durante la tarde y la noche en distintos puntos del país contra las políticas del gobierno nacional, y sólo algunos dirigentes cuestionaron y buscaron minimizar las protestas. Elsilencio oficial sólo se quebró en contadas oportunidades y, en su mayoría, a través de Twitter.


El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, advirtió a través de un comunicado de prensa que "las expresiones movilizadas por sentimientos negativos no le hacen bien a la patria, ni fortalecen las instituciones de la república".
Por su parte, el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, desafió a la protesta al señalar que "podrán salir con las cacerolas, pero no van a poder con esta alegría", en referencia al gobierno que encabeza la presidenta Cristina Fernández. En un comunicado, volvió a recurrir al argumento del "7D" y advirtió que ese día "el país se da vuelta y vamos a tener la visibilidad para contagiar esta mística al resto de la patria".
Mariotto utilizó una frase popularizada por distintas agrupaciones kirchneristas en la red social Twitter: "El amor vence al odio" en respuesta a los cacerolazos y en apoyo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Consultada por DyN sobre el desarrollo de los cacerolazos la diputada nacional del FpV, Diana Conti, evitó opinar "hasta que hable la Presidenta", mientras que otros dirigentes cercanos a Olivos coincidieron en "esperar" para analizar en profundidad los términos de las protestas.
En tanto, los diputados nacionales Edgardo Depetri, Andrés Larroque, el diputado provincial Fernando "Chino" Navarro y el dirigente Luis D'Elía se plegaron a los militantes del kirchnerismo que retwittearon la frase: "El amor vence al odio, todos con CFK" frente a la convocatoria. Agrupaciones ultrakirchneristas nucleadas en Unidos y Organizados, como el Movimiento Evita, el Frente Transversal, la Casa Néstor Kirchner, Kolina, retwittearon la misma frase.
También cuestionaron las protestas dirigentes aliados al kirchnerismo como el ex jefe de gobierno porteño y actual legislador porteño, Aníbal Ibarra y la legisladora de Nuevo Encuentro, Gabriela Cerruti.
Ibarra minimizó las protestas en contra del gobierno nacional, al sostener que"los que salen a cacerolear" ya "estaban enojados" con la Presidenta en 2011 y no la votaron. "Si la gente que votó a Cristina Fernández de Kirchner el año pasado estuviera descontenta, sería un hecho grave", aseveró el dirigente porteño.
En tanto, Cerruti prefirió obviar el tema. La legisladora porteña expresó en su cuenta de Twitter: "Qué bueno que Astiz esté preso, y no festejando su cumple en la calle".
Silencio en el Gabinete. Fuera de las declaraciones aisladas de algunos dirigentes K, el Gobierno nacional prefirió mantener el silencio durante el cacerolazo. Según afirma la agencia DyN, la presidenta Cristina Fernández lo siguió desde la residencia de Olivos -adonde se estima que llegaron unas 30 mil personas, según Clarin-com-, en donde se registró una importante concentración de manifestantes. Previamente, la jefa del Estado cumplió con normalidad con su agenda, concedió algunas audiencias y encabezó un acto en la localidad de Ezeiza.
A la hora en que se desarrollaban las manifestaciones en distintos puntos del país, incluidas la Plaza de Mayo y la propia quinta presidencial, en la Rosada estaban el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
Poco después de las 18, mientras los primeros manifestantes comenzaban a llegar a los puntos de reunión, la Unidad Médica Presidencial comunicaba que se había aconsejado a la jefa del Estado no viajar a la Cumbre Iberoamericana a realizarse la semana próxima en Cádiz.
Aunque sin hacer ninguna mención a la salud presidencial, el texto justificaba la decisión en la cantidad de horas de para una breve estadía en España, al "jet lag por la diferencia horaria" entre ambos países y al "compromiso" de estar presente en las reuniones de la UNASUR en Perú y a la Cumbre del Mercosur en Brasilia, previstas para antes de fin de año.
Minutos más tarde se informó que Fernández de Kirchner recibía en Olivos entre las 18 y las 19 al canciller Héctor Timerman, y al secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, sin que se dieran los temas tratados.
Las primeras líneas del Poder Ejecutivo se cuidaron de hacer comentarios sobre la protesta. Sólo el subsecretario de Obras Públicas, Abel Fatala, y el secretario de Relaciones Parlamentarias, Oscar González, apelaron a las redes sociales.
Fatala cuestionó irónicamente a través de Twitter la presencia de Raúl Castells en el Obelisco. Por su parte, González expresó: "Muestren su odio, griten su ira. Para eso también hay libertad. Todos con CFK Argentina construyendo en paz".

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