Actos torpes que revelan que la arbitrariedad es una política

Hay decisiones del oficialismo que parecen tener una aureola maquiavélica cuando, en verdad, terminan siendo pura chapucería . Por ejemplo, el intento de remoción del presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy.


POR RICARDO KIRSCHBAUM


La maniobra tenía dos objetivos: sacárselo de encima a Despouy, buscando sintonizar la existencia de algún deseo similar en el radicalismo, y tratar de invalidar los críticos informes de la auditoría sobre la política de transportes y el otorgamiento de subsidios de la ONCAA a feed lots.
El episodio despertó suspicacias y solidaridad. Hubo sospechas de que el oficialismo estaba buscando tener algo para negociar a cambio de la aprobación del juez adecuado para tratar la causa abierta por Clarínpor la aplicación de dos artículos de la ley de medios. Y Despouy podía haber sido esa cuestión a negociar.
Pero la arbitraria decisión provocó una inmediata solidaridad con el presidente de la Auditoría por la grosera maniobra . En verdad, este tipo de actitudes forman parte de la conducta habitual del oficialismo y ya no sorprenden a nadie. Veamos, si queda alguna mínima duda, las últimas acciones del ministro de Justicia en el Consejo de la Magistratura, objetando decisiones adoptadas por la Cámara y la Corte sobre la ley de medios.
Es insólito que Julio Alak, que proviene del peronismo bonaerense y que siempre había cultivado un perfil moderado , haya desplegado ese arsenal de presiones como si debiera sobreactuar para hacerse creíble para la Presidenta.
Porque, como está claro, los consejeros que se niegan a concurrir a la reunión del Consejo de la Magistratura son los oficialistas y no los opositores. Y no concurren porque no tienen el número suficiente para imponer un juez determinado . El intento de Alak es hacer creer lo contrario, pero no aprendió bien el papel. Y se nota el esfuerzo por interpretarlo.
Hubo oficialistas que se declararon sorprendidos por la negativa a aceptar a Despouy como titular de la Auditoría.
Esto tampoco es nuevo en el procedimiento del oficialismo: la Casa Rosada opera más allá de las jerarquías , haciendo movidas cuyas consecuencias luego deben ser atendidas por los que originalmente marginó para poder practicarlas sin la mínima objeción.
El kirchnerismo debió, finalmente, admitir la continuidad de Despouy, tras la chapucería de estos días.
Como decía Albert Einstein: “Sólo hay dos cosas infinitas: la estupidez humana y el Universo . Y no estoy seguro acerca de lo último”.

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