La Iglesia Católica a favor de bautizar a hijos de matrimonios de igual sexo

En la Sala de Prensa del Vaticano se presentó a los periodistas acreditados, el texto "Instrumentum laboris", a debatirse en la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, del 05/10 al 19/10, con el título "Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización".


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El cardenalLorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, explicó que el "Instrumentum Laboris" es el resultado de la investigación promovida por el Documento Preparatorio a partir de un cuestionario de 39 preguntas. 
 
La 1ra. parte, ha explicado el cardenal Baldisseri, está dedicada al Evangelio de la familia. 
 
La 2da. parte afronta los desafíos pastorales inherentes a la familia, como la crisis de la fe, las situaciones críticas internas, las presiones externas y otras problemáticas. Tema central en este capítulo: las situaciones pastorales difíciles ("las parejas que viven juntas y las parejas de hecho, los separados, los divorciados, los divorciados vueltos a casar y sus hijos, las madres adolescentes, los que se encuentran en condiciones de irregularidad canónica y los que piden el matrimonio sin ser creyentes o practicantes"). 
 
Con respecto a las parejas que conviven y las parejas de hecho afirmó Baldisseri: "La Iglesia siente el deber de acompañar estas parejas en la confianza de ser capaz de llevar una responsabilidad, como la del matrimonio, que no es demasiado grande para ellos". 
 
En este contexto apareció la exigencia de simplificar y acelerar los procedimientos judiciales de nulidad matrimonial. 
 
La 3ra. parte del documento se refiere a la apertura a la vida, la responsabilidad educativa de los padres, la transmisión de la fe a los hijos y la iniciación cristiana
 
 
"(...) En 77 páginas, el documento “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización” (que ha sido traducido a seis lenguas) tiene una síntesis de las respuestas «numerosas y detalladas» al cuestionario enviado por la Secretaría del Sínodo en noviembre del año pasado a todas las diócesis del mundo para sondear los sentimientos, las necesidades y las ideas de los católicos. Estas respuestas, subraya el documento publicado hoy, llegaron desde las Conferencias Episcopales, desde las Iglesias Orientales Católicas “sui iuris”, de los dicasterios de la Curia romana, de las Unión de los superiores generales y también de «un número significativo de diócesis, parroquias, movimientos, grupos, asociaciones eclesiales y realidades familiares», además de «instituciones académicas, especialistas, fieles y otros interesados en dar a conocer la propia reflexión».
 
El texto no evita cuestiones controvertidas, suscita muchas preguntas y vuelve a proponer el enfoque de Jorge Mario Bergoglio: «Desde el comienzo de su Pontificado, el Papa Francisco ha insistido: “Él [Dios] jamás se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de pedir perdón”. 
 
Este hincapié en la misericordia ha suscitado un notable impacto también en relación a las cuestiones referidas al matrimonio y a la familia, en cuando, más allá de todo moralismo, confirma y abre horizontes en la vida cristiana, cualquiera que sea el límite experimentado y cualquiera que sea el pecado cometido. 
 
(...) En este sentido, el “Instrumentum laboris” plantea el objetivo de «comunicar los valores del Evangelio de modo comprensible al hombre de hoy», y subraya que «la pastoral familiar, lejos de cerrarse en una mirada legalista, tiene la misión de recordar la gran vocación al amor a la que la persona está llamada, y de ayudarla a vivir a la altura de su dignidad». (...)
 
La segunda parte del “Instrumentum laboris” es particularmente intensa. Se titula “La pastoral de la familia frente a los nuevos desafíos” y en ella se desmenuzan las situaciones difíciles de la familia en nuestra época, incluidas cuestiones regionales específicas (las guerras, las migraciones, la poligamia y el machismo de muchas culturas). 
 
Entre los desafíos pastorales más importantes, el documento indica las cuestiones de la violencia y de los abusos. «Unánime y trasversal en las respuestas es la referencia a la violencia psicológica, física y sexual, y a los abusos cometidos en familia en perjuicio en particular de las mujeres y los niños, un fenómeno lamentablemente no ocasional, ni esporádico, especialmente en determinados contextos», se lee, con una referencia explícita a los feminicidios, los incestos y la pederastia. 
 
Entre los factores que provocan crisis en las familias, se habla de la «crisis económica y la inestabilidad del mercado de trabajo», de las migraciones, de una cultura marcada por el consumismo, el carrerismo y la cuda competitividad, además de los anti-testimonios de la Iglesia: la pederastia, el estilo de vida a veces «vistosamente acomodado de los presbítero» o la «incoherencia entre su enseñanza y su conducta de vida».
  
En cuanto al aumento de las convivencias fuera del matrimonio, el documento indica: «Entre las posibles líneas de acción pastoral, al respecto, se considera esencial ayuda a los jóvenes a salir de una visión romántica del amor, percibido sólo como un sentimiento intenso hacia el otro, y no como una respuesta personal a otra persona, en el ámbito de un proyecto de vida común, en el cual se abre un gran misterio y una gran promesa». 
 
De cualquier manera, la Iglesia debe manifestarse «como presencia amorosa, que se hace cargo de los novios, alentándolos a hacerse compañeros de camino, entre ellos y con los demás»
 
Sobre las madres solteras, el documento contiene palabras muy claras: «Es necesario prestar especial atención a las madres que no tienen marido y se hacen cargo ellas solas de sus hijos. Su condición a menudo es el resultado de historias de mucho sufrimiento, y no pocas veces de abandono. Ante todo hay que admirar el amor y la valentía con que acogieron la vida concebida en su seno y proveen al crecimiento y la educación de sus hijos».
 
En cuanto al problema y a los sufrimientos de los divorciados que han vuelto a contraer nupcias, el “Instrumentum laboris” indica que «muchas de las respuestas recibidas señalan que en numerosos casos existe una clara petición de poder recibir los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia, especialmente en Europa, en América y en algunos países de África. La petición es más insistente sobre todo con ocasión de la celebración de los sacramentos de parte de los hijos
 
A veces se desea la admisión a la comunión como para ser “legitimados” por la Iglesia, eliminando el sentido de exclusión o de marginalización. Al respecto, algunos sugieren considerar la praxis de algunas Iglesias ortodoxas, que, a su juicio, abre el camino a un segundo o tercer matrimonio con carácter penitencial; a este propósito, los países de mayoría ortodoxa señalan que la experiencia de estas soluciones no impide el aumento de los divorcios. Otros piden aclarar si la cuestión es de carácter doctrinal o sólo disciplinar».
 
Sobre la nulidad matrimonial, en cambio, el documento retoma las consideraciones de Benedicto XVI: «En numerosos casos, señalados en particular en Europa y en América del Norte, se pide agilizar el procedimiento para la nulidad matrimonial; al respecto, se indica la necesidad de profundizar la cuestión de la relación entre fe y sacramento del matrimonio, como sugirió reiteradamente Benedicto XVI». 
 
Sobre el mismo argumento, «algunos invitan a la prudencia, señalando que al agilizar, simplificar o reducir los pasos previstos se corre el riesgo de provocar injusticias y errores; se podría dar la impresión de no respetar la indisolubilidad del sacramento; se podría favorecer el abuso y obstaculizar la formación de los jóvenes al matrimonio como compromiso para toda la vida; se podría alimentar la idea de un “divorcio católico”».
 
En cuanto a las parejas de personas del mismo sexo, «todas las Conferencias Episcopales han expresado su opinión en contra de una “redefinición” del matrimonio entre hombre y mujer mediante la introducción de una legislación que permita la unión entre dos personas del mismo sexo. Hay amplios testimonios de las Conferencias Episcopales sobre la búsqueda de un equilibrio entre la enseñanza de la Iglesia sobre la familia y una actitud respetuosa, que no juzgue a las personas que viven estas uniones. 
 
En conjunto, se tiene la impresión de que las reacciones extremas respecto de estas uniones, tanto de condescendencia como de intransigencia, no han facilitado el desarrollo de una pastoral eficaz, fiel al Magisterio y misericordiosa con las personas interesadas». De cualquier manera, «en el caso de que las personas que viven estas uniones pidan el bautismo para el niño, las respuestas, casi por unanimidad, subrayan que el pequeño debe ser acogido con la misma atención, ternura y solicitud que reciben los otros niños». (...)".

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