Patria o Buitres: De la gesta a la claudicación

Los asistentes a una nueva heroicidad cristikirchnerista se fueron defraudados. La presidente argentina perfiló una escenografía malvinense que no concordó con sus cuidadosas palabras, al pie del monumento a la bandera de su país, las que evitaron ofender al juez Griesa y a los holdouts (buitres). La racionalidad evitó un costoso default para bien de todo un pueblo. La caprichosa actitud de la primera mandataria hizo perder mejores condiciones de negociación. Triunfó el mal menor; aunque la arrogante Cristina Fernández haya tenido que masticar impotencia, bronca.


por JORGE HÉCTOR SANTOS
Twitter:@santosjorgeh
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). El acto del Día la Bandera, 20/6/2014, se esperaba con la ansiedad de saber si Cristina Fernández de Kirchner iba a convertir la posición de su gobierno frente a la resolución de la Suprema Corte de los E.E.U.U. en una “gesta” tipo“Malvinas”, cuando un país enajenado desafió al poder más grande del mundo (porque USA apoyaba al Reino Unido, eso era conocido).
 

Con la premisa para la ocasión “Patria o Buitres”; todo hacía suponer que la jefa de Estado iba a recurrir al populismo con que despilfarró (junto la corrupción más alta de la historia local) más de 10 años de ingresos extraordinarios para llegar a la instancia final de una Argentina quebrada financiera, económica, patrimonial y socialmente.
 
Al pie del monumento a la enseña nacional en la ciudad de Rosario,  la impredecible vuida de Kirchner,  generó una escenografía que se volcaba al gusto de la militancia allí reunida. Una corbeta de la Armada en cuyo casco, según ella, todavía se veían rastros de la lucha en las islas argentinas, en poder los ingleses.
 
La euforia de los jóvenes llevados -portando banderas de todo tipo, menos argentinas- se iba acrecentando con las palabras de su amada mandataria, quien repetía partes archiconocidas de un libreto amortizado hace tiempo, por la verdad.
 
No faltó Néstor…nunca puede estar ausente de la épica K, cuando la madre de Máximo y Florencia, señaló: "Un 25 de mayo de 2003, un hombre que venía del sur con sus sueños e historias en sus espaldas. Se vino a hacer cargo de una deuda que no contrajimos. Pidió en todos los foros que la Argentina iba a pagar sus deudas. Pero pidió que la dejaran crecer, porque los muertos no pueden pagar sus deudas".
 
Pero muy pronto, la primera mandataria pasó de la “gesta” a la “claudicación” como en Malvinas.
 
La decepción de los presentes se hizo notar. Los gritos de apoyo se silenciaron y el alegato se acortó bruscamente.
 
La Presidente se vio obligada a demostrar ante los presentes y los televidentes que con la Justicia estadounidense no puede hacer lo que quiere, como hace y pretende hacerlo, con la justicia de cabotaje.
 
Con forzada prudencia Cristina Fernández le rogó, sin nombrarlo, al Juez Thomas Griesa:

"Pedimos al juez en Nueva York que genere las condiciones para que llegue a un acuerdo igualitario que sea beneficioso para el 100% de los acreedores".

 
La Presidente, muy probablemente, tomó recaudo de no mencionar el nombre del magistrado estadounidense de 84 años con 42 años en el cargo de juez, para evitar tan siquiera que los asistentes lo silbaran.

Con un silencio casi sepulcral los militantes presentes cayeron en la más absoluta decepción
cuando Cristina Kirchner, agregó: "Nosotros queremos cumplir con el 100% de los acreedores. Queremos cumplir con el 92,4% que aceptó los canjes de 2005 y de 2010, y también queremos cumplir con los que no ingresaron. Sólo pedimos que nos generen condiciones de negociación justas, de acuerdo con la Constitución de Argentina, con las leyes internacionales y con los contratos que también firmamos como país con ese 92,4% de nuestros acreedores".
 
De aquella Presidente que en su cadena nacional de radio y TV tras conocerse la decisión del máximo tribunal estadounidnse, el 16/06, cuando habló de "extorsión" y apuntó todos los cañones contra el juez del caso, Thomas Griesa, y amenazó con cambiar el lugar de pago de los bonos; se pasó a esta obligada racional Cristina, cuatro días después, también por cadena nacional.
 
Cuántos años y enormes gastos se perdieron para llegar a este presente donde la negociación con los holdouts (los buitres también obviados por Cristina en su alocución) se hará en inferioridad de condiciones después de haber perdido en primera, segunda, y finalmente, ante la Corte Suprema de los Estados Unidos.
 
La irracionalidad de sus gobernantes la pagan los pueblos. La corrupción también.
 
Los argentinos tendrán que pagar más, por algo que podía haberse negociado antes, por menos.
 
Cristina no tuvo lugar para un acto heroico. Tuvo que someterse a la Justicia que no puede manejar.
 
El pueblo argentino salió ileso de una nueva guerra que no llegó a librarse.
 
Cristina tuvo que digerir mucha bronca;  la justicia a la que no puede “democratizar”,  es la responsable.

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