Cada vez peor: Apareció el genio pero necesitan un psicoanalista

A los '91, Lionel Messi rescató del empate a la selección argentina, que pese al triunfo, decepcionó ante un Irán modesto que con un poco de orden tuvo suficiente para poner contra las cuerdas al equipo K. Argentina no pareció ni por asomo un aspirante a ganar la Copa del Mundo 2014.


La lámpara de Sabella fue frotada y apareció el genio de Messi. Pero a este equipo argentino más que un genio le falta un psicólogo que pueda conocer cuál es su personalidad, de dónde provienen sus miedos y cómo cambiar la actitud.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). No necesitó Lionel Messi hacer un gran partido para volver a ser decisivo: 2 golazos que valen 6 puntos y la clasificación para octavos. Pero él es la estrella de una Argentina decepcionante que encontró en el arquero Sergio Romero al salvador de la patria: él evitó que los iraníes hicieran historia en Belo Horizonte (Minas Gerais), con un triunfo que hubiese puesto a Alejandro Sabella en la crisis total. Del 5-3-2 se pasó al 4-3-3. Tampoco funcionó. 
 
La selección argentina se mostró incapaz durante la primera mitad ante una defensa cerrada y aguerrida.
 
Apenas 
 
> una ocasión de 'Pipita' Higuaín (intrascendente durante el resto el tiempo que permaneció en el campo de juego, bien reemplazado por Alejandro Sabella, aunque debió hacerlo durante el entretiempo), que tapó bien el arquero Haghighi, 
 
> un disparo bien dirigido de Sergio Agüero, y 
 
> un cabezazo de Ezequiel Garay, alto. 
 
Muy poco para una albiceleste que exhibió, y por 2do. partido consecutivo, enormes dificultades para generar juego y que todavía se ignora a qué juega, cuál es su propuesta, qué planifica para cuando Lionel Messi no consigue acertar.
 
Argentina se autocondenó a sufrir por carecer de un sistema colectivo y le permitió a Irán creerse (y hacernos creer) que es un equipo promisorio, algo que sólo deberían suponer los militontos que comentan los partidos desde la TV Pública. Hasta Diego Latorre omite el descalabro argentino y termina siendo concesivo...
 
Irán tuvo tantas opciones de gol como la Argentina.
 
Reza Goochanneijad lo tuvo a los 52', con un cabezazo que sacó Romero en el 52'. 
 
Y a los 54', el penal enorme de Pablo Zabaleta al iraní Dejagah, que no cobró el árbitro serbio Milorad Mazic, un personaje que benefició a la Argentina en varios fallos discutibles, y que tendría que haber sido japonés... (por recordar un mal arbitraje en esta Copa del Mundo).
 
El DT Carlos Queiroz se quejó con justa razón del horror de Mazic.
 
Y hubo otra más: un cabezazo de Dejagah, luego de un centro de Montazeri, que salvó Romero con la punta de los dedos. 
 
Quedaban 20' y la selección argentina estaba insegura, impotente. 
 
Faltando 15' por fin Sabella se atrevió y cambió: Palacio y Lavezzi por Higuaín y Agüero. Ninguna maravilla lo del DT argentino: 2 delanteros por 2 delanteros. No sacó un defensor para poner un delantero más. Se diría que conservador Sabella, el mismo del 5-3-2 que Messi cuestionó. Un 4-3-3- es lo más ambicioso que imagina el DT.
 
Pero el problema argentino no es de cambio de jugadores sino de sistema de juego. No hay ideas de propuesta, se carece de plan colectivo, valga la pena la redundancia. Mucho nerviosismo y ataques desorganizados capitaneados por Rojo, el lateral izquierdo, aunque con poca precisión.
 
Todavía tendría que intervenir una vez más Romero para frenar las aspiraciones de Irán en un disparo peligroso de Goochanneijad en un contraataque. El reloj avanzaba y Queiroz perdía tiempo con cambios. Así se llegó a los 4' suplementarios. Irán estaba a punto de conseguir un empate histórico. No sucedió porque apareció Messi, con golazo.
 
La lámpara de Sabella fue frotada y apareció el genio de Messi. Pero a este equipo argentino más que un genio le falta un psicólogo que pueda conocer cuál es su personalidad, de dónde provienen sus miedos y cómo cambiar la actitud.

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