Luego del domingo 27/10, recorte de subsidios

"En los primeros 9 meses del año, los subsidios a sectores económicos alcanzaron cerca de $ 95.000 millones (+56% i.a. o sea interanual), casi lo mismo que todo 2012. En términos del PBI hoy alcanzan 5%, por encima del cierre de 2012 (4,7% del PBI). Por el peso de la carga, y de cara a un año complejo, es probable que los subsidios entren en la mira del Gobierno luego de las elecciones. El Presupuesto 2014 contiene subsidios por $ 120.000 millones, lo cual implica una caída nominal que luce poco creíble si la actual dinámica se mantiene", advirtió la consultora Ecolatina, que fundó Roberto Lavagna y dirige su hijo, Marco Lavagna.


"Moderar los subsidios, lamentablemente, implica descongelar tarifas. Por ello es que no hay lugar para recortes drásticos: las correcciones deben hacerse en forma gradual y concentrándose en los sectores pudientes": Ecolatina.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Ecolatina). ¿Qué hará el gobierno con los subsidios?
 
Si bien la apertura habitual (por sectores) aun no está disponible, la evolución de los subsidios a sectores económicos puede inferirse a través de la ejecución de los programas del Presupuesto mediante los cuales se cursan. 
 
Así se observa que en los primeros nueve meses del año los subsidios a sectores económicos alcanzaron cerca de $ 95.000 millones (+56% i.a.), casi lo mismo que todo 2012. 
 
En términos del PBI hoy alcanzan 5%, por encima del cierre de 2012 (4,7% del PBI).
 
La principal causa de la re-aceleración de los subsidios (el año pasado crecieron sólo 17% i.a. y se estabilizaron en relación al producto) es el congelamiento tarifario: luego del fin de la “sintonía fina” a mediados de 2012 volvió a crecer la brecha entre las tarifas y el costo de los servicios que el Estado debe cubrir. El gran problema es que la “mochila” se vuelve cada vez más pesada y, en un marco de restricciones de caja, más difícil de sostener.
 
Visto de otra forma, el 17% del Presupuesto vigente corresponde a subsidios a sectores económicos, muy por encima de lo presupuestado originalmente (13%), y más del doble que en 2006 (8%).
 
La combinación entre estos números, el abultado bache financiero, la creciente asistencia al Tesoro vía emisión y la lógica imposibilidad de recortar salarios, jubilaciones o planes sociales (la mitad del Presupuesto) hacen pensar que, de cara a un 2014 complejo, la moderación de los subsidios podría ser una fuente de financiamiento a la que el gobierno acuda.
 
Los subsidios se expanden fuertemente en lo que va del año
 
Los subsidios alcanzaron cerca de $ 95.000 millones en enero-septiembre, creciendo 56% frente a igual período de 2012. El Tesoro y el Ministerio de Planificación manejan el grueso de los mismos (80%) a través de 19 programas, destinando la mayor parte al sector energético. 
 
Entre los programas más importantes se encuentra el destinado a Empresas Públicas, a cargo del Tesoro (44 % del total). Este programa gira fondos a empresas públicas de distintos sectores (energía, transporte, etc.), siendo Enarsa, AySA y Arsat las principales beneficiarias. Al tercer trimestre, por este programa ya se devengaron cerca de $ 42.000 millones (+76% i.a.), en buena medida por los giros a Enarsa, encargada de realizar las importaciones de gas natural, que están creciendo fuertemente y a un precio es elevado. 
 
A septiembre este programa consumió el 86% de su crédito, que incluso fue fuertemente ampliado en relación al Presupuesto inicial (+60%). Con estos números, es de esperar que en los últimos meses del año veamos nuevas ampliaciones destinadas a este programa.
 
En segundo orden aparece “Política de Energía Eléctrica” (giros a Cammesa), bajo la órbita del Ministerio de Planificación, que concentra la mitad de los subsidios destinados al sector energético en la apertura original. 
 
A septiembre este programa ya devengó casi $ 30.000 millones (+67% i.a.) y se ejecutó cerca de 90% del crédito vigente (que es 80% superior al inicial). La falta de ajustes tarifarios en lo que va del año continúa impulsando esta línea de gasto y también esperamos ampliaciones a este programa en el tramo final del año.
 
Los giros al transporte que maneja el Ministerio del Interior ($ 17.000 millones y 85% del total al sector) se muestran menos dinámicos (a septiembre aumentaron sólo 20% i.a.). 
La moderación de estos giros obedece a que el subte hoy está totalmente a cargo de la Ciudad (en 2012 se giraron $ 355 millones vía la Nación), al aumento de tarifas de trenes y colectivos a fin del año pasado y por una leve caída de los giros a Aerolíneas.
 
Los principales programas a cargo del Ministerio del Interior y Transporte son el de apoyo al sector Ferroviario, que acumula $ 3.600 M (+48% i.a.) y al Automotor con $ 12.000 M (+30% i.a.). Sobre este último cabe aclarar que son esencialmente giros al Fondo de Infraestructura de Transporte (FFSIT) que, en conjunto con recaudación propia (impuesto al gasoil), es quien “subsidia” en última instancia. Computando los montos efectivamente erogados por el FFSIT, los subsidios al transporte automotor son $ 2.000 millones mayores. 
 
Por su parte, se devengaron transferencias a Aerolíneas Argentinas por $ 2.700 millones, lo que representa una caída de 6% frente a igual período de 2012. De todas maneras, se aceleraron en el 3er. trimestre (+23% i.a.), por lo que es probable que también se amplíe este presupuesto en los últimos meses del año (lleva ejecutado 87% de su crédito vigente).
 
Finalmente, otros 14 programas de subsidios a cargo de Planificación, Tesoro, Economía, Agricultura e Industria devengaron $ 7.000 millones (+22% i.a.), con una ejecución de 62%.
 
En conjunto, la ejecución de los programas de subsidios es muy superior a la del resto del gasto (84% vs. 78%), pese a que fueron ampliados en mayor medida que otras erogaciones (43% vs. 2%). Esto no sólo muestra la subestimación de la meta inicial, sino también cómo tras el fin de la sintonía fina a mediados de 2012 los subsidios volvieron a propulsarse.
 
De no mediar modificaciones al presupuesto vigente en 2013 los subsidios alcanzarían $ 115.000 millones (4,3% del PBI), creciendo sólo 13% i.a. en relación a 2012. De todas formas esto es muy poco factible: considerando cierto freno en el tramo final del año, lo más probable es que los subsidios se ubiquen en torno de $ 140.000 millones (5,2% del PBI) este año.
 
El Presupuesto para el próximo año contiene subsidios por $ 120.000 millones, lo que implica una estabilidad nominal en relación al crédito vigente actual y una fuerte caída en relación al PBI (presupuestado). Obviamente esta pauta es acotada, ya que el Presupuesto se armó para que no muestre déficit (ver ISE N° 940). 
 
Pero si no se modifica la actual dinámica de los subsidios, esta pauta quedará rápidamente desfasada y, sin recaudación excedente (será similar a la presupuestada), los mayores giros deberán financiarse con emisión, lo cual contrarresta el efecto positivo de mantener congeladas las tarifas.
 
El elevado peso de la carga de subsidios, en un marco de restricciones fiscales y creciente financiamiento con emisión es lo que hace suponer que luego de las elecciones el gobierno intentará moderarlos: por caso, 5 p.p. de moderación en el crecimiento de los subsidios implica una reducción del gasto (y por ende de la asistencia del BCRA) de $ 7.000 millones. 
 
Obviamente, descartamos un recorte abrupto: el retorno de la “sintonía fina” deberá estar concentrado en los sectores más pudientes, preservando de los mayores costos a los sectores más vulnerables.
 
Conclusiones
 
El actual ritmo de subsidios es insostenible para el fisco: sólo respetar el Presupuesto 2014 implica un gasto de $ 120.000 millones. En términos del mismo Presupuesto, esta cifra no sólo representa un tercio del gasto en seguridad social, sino que si no se modifica la actual dinámica será muy superior. Por esta razón es que los subsidios podrían entrar en la mira del gobierno pasadas las elecciones.
 
Moderar los subsidios, lamentablemente, implica descongelar tarifas. Por ello es que no hay lugar para recortes drásticos: las correcciones deben hacerse en forma gradual y concentrándose en los sectores pudientes.
 
Pero también hay que resaltar el importante dilema que enfrentará la política económica: no ajustar tarifas ayuda a contener la inflación, pero este esfuerzo se contrarresta si la emisión necesaria para cubrir los subsidios resultantes termina presionando a los precios. De manera inversa, una recomposición del resultado fiscal que lleve a una menor asistencia del BCRA tendrá como contrapartida mayores tarifas, que impulsarán los precios.
 
Por ello, lo más importante de cara a futuro será la correcta coordinación entre la gradualidad y la urgencia. Todas las decisiones tienen costos, pero el mayor de todos es postergar la solución de los problemas.

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