La cara de Kirchner es como el pan...

...con el tiempo se pone cada vez más dura

Hace unos días, Eduardo Duhalde sentenció: “El kirchnerismo es como un sachet de leche, tiene fecha de vencimiento”. Sobre la base de esta declaración, y escuchando a Néstor Kirchner en campaña, se me ocurre que en realidad, más que un sachet de leche, tiene la cara como el pan, que con el tiempo se pone más duro; eso ocurre con NK, que con el tiempo es increíblemente más cara dura.

En su gira por el Conurbano bonaerense —que nos retrotrae a su campaña del 2003, cuando no juntaba más de 100 personas por acto—, el presidente de facto no escatima insultos ni acusaciones; y con su destemplada voz emite una catarata de situaciones donde intenta, sistemáticamente, invertir la carga de la prueba. Esto es, dicho en otras palabras, acusar a los demás de lo que él hace. Por citar sólo un caso, extraigamos algunas frases de su alocución en el acto celebrado en Berazategui:

- “Los que gobernaban en 2001 son las mismas caras que hoy hacen a la máquina de impedir”.

¿Quién le impidió a Néstor Kirchner hacer lo que quiso? ¿Acaso no tuvo los súper poderes? ¿Acaso no se quedó con los fondos de las AFJP que hoy se utilizan para cualquier cosa menos para lo que decían que los iban a usar? ¿Quién le impidió que le venda bonos a Hugo Chávez a un interés usurario? ¿Quién le impidió que compre tierras en El calafate a $7,50 el metro cuadrado y luego las venda al grupo chileno Cencosud por U$D2.400.000? ¿Quién le impidió construir un lujosísimo hotel en El calafate también sobre tierras fiscales pagadas a precio vil?

Y, por último, y entre tantas otras cosas, ¿quién le impidió adelantar las elecciones para no sufrir una serie de derrotas consecutivas en la mayoría de las provincias?

- "Voy a hacer lo que todos los amigos y compañeros me pidan, no dudé en 2003 en poner la cara y jugar fuertemente para sacar al país adelante, y ahora que hay que defender el modelo voy a estar en el lugar de batalla que me digan".

¡Espectacular! En un solo párrafo dijo tres mentiras, a saber:

1- ¿Desde cuando NK hizo lo que los “amigos” y/o compañeros le piden? Jamás, todo lo contrario. Todos sabemos que tanto en el ámbito gubernamental, como en el Frente para la Victoria se hace lo que ordena Néstor, punto. Y, si no, que le pregunten a Santiago Montoya, sólo por citar un ejemplo.

2- En 2003 no dudó en poner la cara, ¿total qué tenía para perder? Con el padrinazgo de Duhalde cualquier peronista con ambición de poder —o sea todos— que hubiese sido puesto en su lugar hubiese aceptado.

3- ¿Alguien sabe en qué se basa el “modelo”? ¿Por qué hay que estar en “un lugar de batalla”? Nuevamente, ¿desde cuándo se pone donde le piden que se ponga?

- "Poner fuerza para defender el modelo, sino después va a ser tarde”.

Bueno, en este punto, habría que avisarle dos cosas:

1- Que cuente cuál es el “modelo”.

2- Defienda lo que defienda, también habría que avisarle que ya es tarde, y los resultados están claramente a la vista.

- "Se imaginan si con esta crisis, donde la Argentina no ha dejado de crecer, que esta gente vuelva a tener incidencia en la Argentina; Dios nos libre. Tenemos una voluntad indomable pero el pueblo argentino nos tiene que acompañar".

Esta frase también encierra tres disparates.

1- ¿Todavía no sabe NK que “esta crisis” fue generada por él mismo y por Guillermo Moreno a partir del 11 de marzo de 2008, cuando se le ocurrió aumentar las retenciones?

2- ¿Todavía no sabe NK que el crecimiento que proclama —que en realidad no fue crecimiento, sino recuperación— fue producto de la desastrosa devaluación perpetrada por Eduardo Duhalde y Jorge Remes Lenicov?

3- ¿Todavía no sabe NK que más del 70 por ciento de los argentinos no lo quiere acompañar, precisamente, por esa “voluntad indomable” que muestra, cada vez más descontrolada?

Y por último, una tragicómica: “En estas elecciones se está jugando la Patria”.

No, de ninguna manera, ¿desde cuándo la patria se juega en una elección legislativa?

Con esa caradurez que lo caracteriza, Kirchner quiere hacernos creer que es él o el caos, él o el fin, él o vaya uno a saber qué plaga apocalíptica se apoderará de la Argentina, cuando precisamente, parecería ser todo lo contrario.

Un párrafo aparte merece cuando hace referencia a que sus adversarios especulan si se presenta o no como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires en función a como mide en las encuestas… realmente, esto no resiste el menor análisis.

Es evidente, y quedó demostrado con la petición de Daniel Scioli a Santiago Montoya y su posterior expulsión de la Agencia de Recaudación Provincia de Buenos Aires (ARBA), que Néstor Kirchner no sólo está nervioso y desesperado, está desorientado como nunca, y eso lo lleva a que su caradurez, con el tiempo, sea cada vez más notoria.

Por eso, más que como un sachet de leche, que tiene fecha de vencimiento, habría que decir que su cara es como el pan, con el tiempo se pone cada vez más dura.

Por Pablo Docimo

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