Noble Herrera: La politización de Abuelas de Plaza de Mayo y la propia medicina de Grupo Clarín

La solicitada de Marcela y Felipe Noble Herrera obliga a algunas reflexiones fundamentales sobre uno de los casos más conflictivos para las organizaciones de derechos humanos de descendientes de detenidos-desaparecidos.

POR EDGAR MAINHARD | 22/04/2010 | 12:14

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La irregular adopción de Marcela y Felipe Noble Herrera fue tema de investigación de Urgente24 desde el año 1999, cuando el entonces juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich, se preguntaba cómo definir la situación procesal de Ernestina Laura Herrera, viuda de Roberto J. Noble.

¿Por qué el tema interesaba a Urgente24? Porque la ley es igual para todos, o al menos ese fue el concepto básico fundacional del sistema republicano. Resultaba insólito que una legislación exhibiera discrecionalidad, al punto que los Noble Herrera eran 'intocables' porque estaba Grupo Clarín de por medio.

El siguimiento del caso llevó hasta la abogada Alcira Ríos, quien en ese momento era la letrada Nº1 de Abuelas de Plaza de Mayo para ese caso, y fue entrevistada on the record y off the record -no aparecía en escena el abogado actual, Alan Iud-, en días cuando Grupo Clarín era aliado de Néstor Kirchner, y Alberto Fernández, desde la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, ejercía alguna influencia sobre Enriqueta Estela Barnes de Carlotto para que 'aflojara' en la embestida.

También se publicaron presentaciones de Pablo Llonto, ex periodista del diario Clarín vinculado a las organizaciones de derechos humanos y ex militante político de izquierda, autor de una biografía sobre Ernestina, abogado de los querellantes Estela Gualdero y Carlos Alberto Miranda, quienes sospechan conocer el origen familiar de Marcela y Felipe Noble Herrera.

Es curioso: en esos días, la politización del caso era favorable a Grupo Clarín. Pero -y ese fue el mérito de Alcira Ríos y Pablo Llonto- la causa siguió latente hasta que la alianza de Grupo Clarín y los Kirchner se transformó en un enfrentamiento abierto.

De pronto, la politización del caso comenzó a resultar desfavorable para Grupo Clarín, Carlotto asumió un rol más activo y la causa prosperó hasta el otro extremo, que resulta tan perverso como la situación anterior porque pareciera que el Derecho es prisionero del vaivén político. No interesa tanto que se ejerza Justicia como obtener impunidad (en el pasado) o ejercer venganza sobre un adversario (en el presente).

En ese contexto, los hermanos Felipe y Marcela Noble Herrera, quienes ya son mayores de edad, publicaron solicitadas en los diarios Clarín, La Nación, Crítica de la Argentina y Página/12, texto en el que afirman temer "habernos convertido en una presa más de (...) una campaña muy fuerte de ataques oficiales" contra su madre, Ernestina Herrera de Noble, directora de Clarín.

"El uso político de nuestra historia es algo que nos parece injusto. Tratamos de estar serenos, pero la presión a veces es muy fuerte. Hace poco, por cadena nacional, la Presidenta de la nación se refirió a nosotros sin nombrarnos. Su mensaje, lejos de tranquilizarnos, nos inquietó. Sus palabras fueron perturbadoras", afirman los hermanos Noble Herrera en las solicitadas que firman.

Sin embargo, ellos fueron beneficiarios, durante la vigencia de la alianza Kirchner-Clarín de la influencia política para frenar la investigación judicial, y eso no les preocupó ni mereció solicitada alguna.

Por el contrario, ellos integraron la ofensiva masiva contra Marquevich cuando él ordenó detener a Ernestina Herrera de Noble, y consiguieron, más adelante, que Marquevich fuese destituido como juez federal, dejando así evidencia de la influencia y el poder de Grupo Clarín, implacable contra quien lo desafiara.

El asunto es bastante sencillo de explicar: luego de resistirse a entregar pruebas de su ADN, Felipe y Marcela Noble Herrera aceptaron comparar su ADN con el de las 2 familias querellantes (García-Gualdero y Miranda-Lanouscu) en el Cuerpo Médico Forense, pero rechazaron la exigencia de los querellantes de que la prueba se realice en el Banco Nacional de Datos Genéticos para cotejarlos con todas las muestras que hay allí.

"Aún hoy no comprendemos por qué, a lo largo de casi siete años, estas familias nunca aceptaron la realización del análisis. Nos preguntamos una y mil veces por qué siguen con una duda que arrastran hace tantos años. Por qué los tironeos y las demoras pueden ser más importantes que la respuesta que buscan", se queja la solicitada de los Noble Herrera.

Es un planteo hipócrita aunque no son los únicos hipócritas en una causa tan compleja. El clientelismo político de Abuelas de Plaza de Mayo no es de una hipocresía menor.

Los Noble Herrera consideraron que en el Banco Nacional de Datos Genéticos no tienen garantías científicas, ya que en esa modalidad de análisis no se prevé la existencia de contrapruebas ni sus peritos pueden tener el debido control del proceso.

Ellos apelaron ante la Cámara de San Martín y luego ante Casación, que no hizo lugar al planteo por una cuestión de forma: el escrito de apelación no tenía las firmas de Marcela y Felipe.

Es cierta la afirmación de ambos: "No somos chicos, somos dos personas adultas, responsables, que solo pretendemos ejercer nuestros derechos y tomar nuestras propias decisiones, sin presiones y en libertad. Pero sentimos que no podemos hacerlo frente a un Gobierno que nos persigue".

También es tan apropiado el reclamo de conocer la verdad que reivindican los querellantes Estela Gualdero y Carlos Alberto Miranda, como lo es la misión de Abuelas de Plaza de Mayo de garantizar que si Marcela y Felipe fuesen familiares de otros detenidos-desaparecidos los deudos pudieran conocer la verdad.

No obstante, lo que se está debatiendo en el fondo es si la identidad es una decisión individual o una obligación. Si la identidad es una decisión individual que debe garantizar el Estado o es una imposición del Estado sobre las personas.

No es un tema menor en días cuando la cuestión de los derechos civiles comienza a resultar parte de la agenda política, situación que es negativa porque la política siempre lesiona la objetividad necesaria del hecho judicial.

Hay que ser muy concretos en este tema:

> Fue inapropiado que Estela de Carlotto aflojara la presión durante los días de la alianza entre Grupo Clarín y los Kirchner, porque eso bastardeó un caso que puede terminar con desprolijidades que afecten hasta el prestigio de Abuelas de Plaza de Mayo.

> Pero es cierto su reclamo: "Le pido a la señora de Noble que libere a los chicos para que puedan pensar por sí mismos", al sostener que el texto de la solicitada no pertenece a la pluma de los jóvenes.

El argumento tiene alguna base: Casación rechazó la presentación de Marcela y Noble porque no estaba firmada por ellos sino por sus abogados.

Los Noble Herrera deberían ir pensando en una conferencia de prensa si es que se encuentran interesados en demostrar que lo suyo es genuino y no solamente una preparación defensiva de sus abogados.

También es cierto que Carlotto tiene mucho para perder en su planteo sobre el Derecho a la Identidad porque aqui aparecen 2 supuestos hijos de detenidos-desaparecidos que afirman, públicamente, que no les interesa indagar en su pasado. Si prosperan, tambalea la estructura moral básica de Abuelas de Plaza de Mayo.

Por eso es comprensible que Carlotto intente aumentar el corset judicial sobre Ernestina Herrera de Noble, y otra vez: Los Noble Herrera deberían ir pensando en una conferencia de prensa.

Es cada vez más evidente que si este tema quedaba aclarado entre 1999 y 2003, tal como lo reclamaba Urgente24, Grupo Clarín no estaría sometido a las terribles presiones que enfrenta hoy, y con impactos posibles hasta en las herencias de tenencias accionarias.

Ese es el problema de la impunidad: a veces obliga a beberse la medicina que uno preparó para otros.

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