La cabeza de Fábrega y la única batalla que ganó el "heroico" Kicillof

La idea de Juan Carlos Fábrega de dejar el gabinete de Cristina Fernández no es novedosa, como tampoco lo es la interna que mantiene con el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien se plantó frente al intento de rescate que ensayó el banquero Jorge Brito, auspiciado por el propio Fábrega, a pedido de Cristina Fernández, quien finalmente lo hizo abortar el plan. La consecuencia: el default no se evitó, Kicillof ganó otra batalla al titular del Central, cuyo pedido de renuncia aún pende de las manos del mandatria para "forzar" a la banca extranjera para que tome cartas en el asunto. El resultado podría verse después de las 12.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24La idea de Juan Carlos Fábrega de dejar el gabinete de Cristina Fernández no es novedosa, como tampoco lo es la interna que mantiene con el ministro de Economía, Axel Kicillof.
 
Esta vez, según 'El Cronista Comercial', el titular del Banco Central habría presentado su renuncia al cargo. Noticia que cayó como bomba hasta a los propios banqueros, a quienes controla y regula, y quieren que se quede en el cargo. 
 
Fábrega estuvo detrás de las furiosas negociaciones con puntuales bancos para impulsar una suerte de "salvataje" que permitiera conformar a los fondos buitre. Pero fue el propio Kicillof quien cuestionó algunos aspectos de la propuesta que los bancos privados llevaron a Nueva York.
 
"El Gobierno no se opone a un acuerdo entre privados", dijo el ministro. Pero de inmediato aclaró: "Me vengo a desayunar que los bancos iban a poner plata para comprarle la deuda a los buitres, pero querían cubrirse con plata de Sedesa", un fondo de garantía que se creó en 1995 con los "depósitos de todos los argentinos".
 
Según dejaron trascender en el entorno de Kicillof, esta operación con Sedesa no podría concretarse sin un visto bueno del Banco Central. Por eso, la última frase del ministro pareció tener como destinatario no sólo a los bancos sino también al titular del BCRA: "Ser generoso con plata de otro es malo. Y serlo con la plata de todo un pueblo es peor".
 
En efecto, desde un primer momento, cuando se conoció la gestión de los bancos privados en Nueva York se supo que estaban "apadrinados" por Fábrega y por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Motivo más que suficiente para que Kicillof le bajara el pulgar.
 
"Personajes oscuros como el banquero del poder Jorge Brito (Banco Macro) parecen reinventarse, en menos de 24 horas, en próceres comparables a Don José de San Martín. Todo luego de encabezar -si hay que atenerse a lo denunciado por Elisa Carrió- a un negociado de dimensiones gigantescas en la trasnoche del miércoles 30. La chaqueña también se ocupó de advertir a Juan Carlos Fábrega (titular del Banco Central y de quien se informa presentó su renuncia, luego rechazada) que sería pasible de ser denunciado penalmente, si acaso se recurría a dinero de ahorristas (encajes) para hacer frente a lo reclamado por los acreedores con base en Nueva York", publicó el sitio 'El Ojo Digital'.
 
Fábrega no sólo había sido el gestor del frente negociador de bancos de capital nacional, encabezado por Jorge Brito, titular de ADEBA, para que las entidades pudieran comprar la deuda de los fondos buitre, sino que también para esa gestión, el titular del BCRA había recibido la aprobación del Gobierno algunos días atrás, el propio jefe de Gabinete, Jorge Capitanich había participado de encuentros. 
 
El diario 'La Nación' publicó ayer la carta que tenía preparada Adeba para dirigirla a Fábrega, solicitándole acceso a divisas y cambios en regulatorios, que ya habían sido acordados de palabra.
 
Pero sorpresivamente, recibió un llamado de la Presidenta desautorizando el potencial acuerdo. "Es inexplicable por qué Fábrega recibió un llamado de la Presidenta desautorizando la gestión cuando algunas horas antes se le había permitido intentarla", dijo una fuente allegada.
 
Ayer, Cristina Fernández respaldó rotundamente a Kicillof por cadena nacional y lo sentó a su lado (no son pocos los kirchneristas que afirman que a Fábrega le queda poco tiempo).
 
En el otro rincón entienden que Fábrega es víctima de un sinfín de operaciones por parte del ministro. Voceros del titular del BCRA negaron, otra vez, cualquier vinculación con la operación Adeba. Pero quienes conocen la operación insisten que el hombre de presidente del BCRA alcanzó una solución (la de Adeba) por pedido de Cristina. 
 
Para la banca, Fábrega es el hombre racional y Kicillof, algo así como un caprichoso. Esa lógica se repitió en la explicación de Adeba ante la frustración del acuerdo: cuando vieron en la televisión que Kicillof dijo desde Nueva York que no se pagaría más que el canje, dieron por finalizadas las tratativas para comprar el juicio a los buitres. NML y Aurelius, en tanto, afirmaron que no recibieron ofertas que merecieran ser consideradas.
 
Fábrega quería evitar el default, indicaron en el sector financiero. Kicillof considera que puede manejar esta situación de estrés y que "firmar cualquier cosa", como dijo Cristina hubiera sido más complicado. Quienes estuvieron en Nueva York cuentan que representantes de NML corrieron al ministro con el default. "Yo puedo soportar ser el ministro del default, pero ustedes van a tener que hacer la cola para cobrar", les respondió.
 
Según publica 'El Cronista', "fuentes de Gobierno descartan que Cristina le vaya a aceptar la renuncia. Es más: sostienen que es parte de un “plan” para que otras entidades bancarias como el HSBC, JP Morgan o Citi se hagan cargo de las negociaciones, lo que implicaría la posibilidad de que se negocie por un monto menor a los u$s 1.500 millones del pre-acuerdo que habían obtenido los bancos en ADEBA".
 
En ese juego, vuelve a ganar Kicillof la interna...
 
Según analizó esta mañana el diario 'Ambito Financiero', el mensaje presidencial de ayer tuvo 2 elementos centrales: "la afirmación "Argentina no entró en default", por un lado y la entronización de Axel Kicillof como el héroe de la historia que se enfrentó, por primera vez según la Presidente, a los buitres (...).
 
La idea de salvar al país de un default, revivida a principios de semana durante una cena en Puerto Madero, tuvo choques desde el principio con Kicillof convocada para reiterar la idea de ADEBA de un salvataje por parte de los bancos. El ministro no sólo sostuvo siempre la conveniencia de no acordar aun al costo de entrar en default en lugar de convalidar un acuerdo de bancos que conllevaba el peligro de activar también la cláusula RUFO, sobre todo en la negociación por el recupero de los fondos que las entidades pretendían comprometer.
 
Esa estrategia comenzó a naufragar al día siguiente de esa cena cuando Juan Carlos Fábrega introdujo la posibilidad de utilizar fondos de SEDESA, el sistema de seguro de depósitos. Jorge Capitanich entonces consultó con Cristina de Kirchner y también con Kicillof. Allí terminó esa opción, pero para ese momento representantes de ADEBA ya negociaban en Nueva York. 
 
La anécdota anticipa las posiciones que luego tomó cada protagonista en la historia que corrió las 48 horas siguientes, pero no invalida la opción de negociación que ayer seguía en pie con participación de bancos extranjeros, pero sin contemplar manejo alguno de encajes o menos esos fondos de reaseguro y en la que sí participa Capitanich."

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