El agobiante presente era previsible

La angustia y la preocupación son inseparables. Estas hoy acechan a la mayor parte de los argentinos. Se transita un presente que se venía venir y llegó; ni siquiera aún con su mayor fuerza. La crisis en la que la Argentina está metida es resultante del descaro y la improvisación con que han sido manejados años únicos donde se podría haber cambiado el derrotero del futuro; y, por el contrario, se ha caído en una decadencia que no encuentre piso para seguir desplomándose. En tan solo tres añejas notas de opinión -de quien escribe- se puede observar que se iba a arribar a este luctuosa situación.


"(...) ¿Qué es ser peronista? Esa sería la pregunta a hacerse hoy…y más a generaciones enteras que ni siquiera lo saben y lo votan. ¿Por qué ideas se votan? Siempre la respuesta sería al misma, ideas peronistas…cuáles son las ideas peronistas… las de aquél Perón que enfrentó a los argentinos persiguiendo a los que no pensaban igual que él o las del Perón anciano que buscó unirlos. Las de aquél Perón estadista o las del Perón dictador. (...)"

por JORGE HÉCTOR SANTOS
Twitter:@santosjorgeh
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Recurriendo tan solo a tres notas de opinión (*) publicadas por Urgente24, por quien escribe, se podía adelantar situaciones de alta complejidad, que lamentablemente se fueron dando y complicando un presente y un futuro de no fácil salida.
 
Entre otros conceptos, en mis opiniones decía:
 
Los copiosos discursos de Néstor Kirchner, primero y de Cristina Fernández, luego, propalados desde el recurrente y viajero atril de las extensas y recurrentes cadenas nacionales han machado en la alteración de realidad, en la propagación del odio, y en la creación para ello de diabólicos personajes; muchos de los cuales, hasta esos momentos, eran desconocidos por la gran mayoría.
 
Todos estos habitantes yacían en el infierno y cocinaban en las sombras, las más perversas conductas para postrar los sueños populares y conspirar contra la familia santacruceña alojada en la Rosada la cual venía -según sus dichos- a reivindicar a esa gran parte del pueblo más pobre, desamparado frente a semejantes monstruos, tanto nacionales como internacionales.
 
La suerte de la soja a precios siderales y de las exportaciones de autos a Brasil le brindaron a la economía argentina y por consiguiente a Néstor y a Cristina una cuota enorme de ventajas como para ser considerados como magos de la prosperidad que sacaron al país de un cáncer terminal y lo transformaron en un envidiable atleta, muy distante de su viejo lecho en la unidad de cuidados intensivos.
 
El saldo de los frondosos dineros que alimentaban la mentada “Caja K” se expresaban en un color azul profundo. Tanto, que subsidios para todo y para casi todos fueron distribuidos, a lo largo y a lo ancho del país, siempre a cambio de una incondicionalidad política absoluta que debía ser inalterable para que los mismos no se cortasen.
 
El gobierno llegó a tanto que creyó no necesitar de funcionarios probos pero sí obsecuentes.
 
El resto de sus prácticas gubernamentales no presentaban mayores novedades.
 
Los Kirchner, que habitaba la quinta de Olivos, implementaba de a poco las mismas prácticas reñidas con la más pura democracia que había ensayado en la lejana provincia del sur que convirtieron en su feudo.
 
A paso agigantado, los Kirchner fueron creando con dineros públicos un inmenso monopolio informativo propio, compuesto por amigos que se hicieron propietarios de medios; por indecorosos dueños de medios que se arrodillaron por cuantiosas pautas publicitarias oficiales ante Él y/o Ella; y los medios del Estado que tomaron como propios.
 
Como si eso no bastara subsidiaron el fútbol y lo emplearon como elemento masivo de difusión de sus más viles campañas para denostar a quienes se oponían a su voluntad “de ir por todo”.
 
La venda que cubría los ojos de muchos se fue cayendo, más tarde que temprano, porque la fortuna del viento a favor se fue apagando.
 
Por más que el relato buscó y busca encontrar causas exógenas, el desmanejo de los problemas que fue cosechando la ausencia de gestión o la malas praxis ejercida principalmente por Cristina Kirchner, ha llevado al país a enfrentarse con una nueva crisis.
 
La desazón se fue apoderando del clima social.
 
Si el gobierno nacional, hoy, no está aún en peores condiciones es porque tiene una larga experiencia (ganada durante años) para destruir todo lo que encuentra a su paso.
 
Desde las instituciones, los jueces, hasta los partidos políticos.
 
Al igual que la capacidad que maneja para enfrentar a los argentinos y a las clases sociales entre sí.
 
Todo está devastado.
 
La Constitución Nacional y las leyes son letra muerta.
 
Los valores se han hecho añicos.
 
La irritación ha llevado a que el consumo de ansiolíticos se haya disparado varias veces.
 
La salud psíquica y física de la población es mala, tanto como su calidad de vida.
 
Los árboles que se multiplican a diario, no permiten (a veces) ver el bosque.
 
Si el bosque pudiera ser observado, el humor social empeoraría y mucho.
 
El presente, si malo, es mejor que el futuro que se aproxima.
 
Todo está fuera de lugar.
 
Generar enfrentamiento entre hermanos para acumular poder es incalificable
 
La imposición del pensamiento único es propio de un gobierno totalitario.
 
La perversión es tan alta que se oculta que uno de cada tres argentinos es pobre y uno de cada diez pasa hambre.
 
El latrocinio es tan macabro que mientras se multiplican los sin techos y los habitantes de las villas; los funcionarios públicos acrecientan sus patrimonios y lucen millonarios departamentos en Puerto Madero.
 
La lista es inmensa y en forma sucinta se pueden citar la inseguridad, que ni siquiera se reconoce; o la inflación con la que se financia el gobierno el gobierno, mientras atormenta los más desposeídos.
 
La puerta de emergencia del país para salir de este asfixiante  panorama parece estar cerrada.
 
Si la alternativa para transitar un futuro diferente sigue siendo al parecer solo el peronismo, el país no tiene escapatoria.
 
Los peronistas se enojan cuando se afirman conceptos semejantes pero nada hacer en concreto para cambiar sus acciones.
 
¿Qué es ser peronista? Esa sería la pregunta a hacerse hoy…y más a generaciones enteras que ni siquiera lo saben y lo votan.
 
¿Por qué ideas se votan? Siempre la respuesta sería al misma, ideas peronistas…cuáles son las ideas peronistas… las de aquél Perón que enfrentó a los argentinos persiguiendo a los que no pensaban igual que él o las del Perón anciano que buscó unirlos. Las de aquél Perón estadista o las del Perón dictador.
 
Cuántos políticos argentinos se han colgado y lo siguen haciendo de la llamada doctrina peronista para llegar al poder y enarbolar banderas que en realidad ya no significan nada y tampoco son válidas en el mundo de hoy, pero con ellas se convierten en explotadores perversos de las clases más bajas para conseguir votantes, igual que lo hizo, en su momento, el  tres veces presidente muerto al cual invocan.
 
Perón ha servido para todo, lo bueno y lo malo. También para acuñar inmensas fortunas personales prohijadas a través de una repulsiva corrupción, la cual no es otra cosa que robarle dinero al pueblo. Ese mismo pueblo al dicen defender de un supuesto demonio que si llega al poder y no es peronista no los va a proteger. ¿Menem, Duhalde, Néstor, Cristina defendieron o defienden al pueblo o lo usaron/usan?
 
Los tiempos que se viven son  temibles.
 
El peronismo se enfrenta con el propio peronismo.
 
El peronismo no es ni por lejos la solución, todo lo contrario, es el gran problema…fracciones de este están enfrentadas como antes, como hoy, tal vez como mañana.
 
Los argentinos están metidos en una película donde se enfrentan patoteros y  mafiosos.
 
El hombre común luce preocupado y abatido. La alegría que alguna vez se expresaba en una sonrisa, se esfumó.
 
La gente está intratable. A pocos parece importarle el futuro. Es una sociedad que vive el hoy.
 
Gigantescos nubarrones se ciernen en el horizonte.
 
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(*) Notas citadas:
 
> La puerta de emergencia del país parece estar cerrada (22/03)2011).
> La ley contra uno solo, es venganza (30/11/2012).
> La Argentina del odio (30/11/2012).

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