Obama/Castro/Papa: Ahora falta el libro y la película...

Las negociaciones comenzaron en junio de 2013 en Canadá, pero la prehistoria de la negociación comenzó casi un año y medio antes. El senador demócrata Patrick Leahy, quien voló con Gross a bordo del avión que devolvió al contratista a USA, y su asesor Tim Rieser conocían bien a los Castro desde los años '90. Y a ambos les preocupaba la detención de Gross. La novela acabó en la normalización de las relaciones entre Cuba y USA.


"Tenía que hacerse así para mantenerlo en secreto y para que funcionase”, dice Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación de Cuba y coautor de Back channel to Cuba (Canal oculto a Cuba), unas historia de los contactos secretos entre Washington y La Habana desde la revolución de 1959. “Es posible que sea el último gran episodio de diplomacia por canales ocultos entre USA y Cuba", añade Kornbluh.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). A principios de 2012, el senador demócrata estadounidense Patrick Leahy y su asesor Tim Rieser abordaron el caso de la prisión en Cuba del espía/contratista Alan Gross, con las autoridades cubanas, incluido con el presidente Raúl Castro.
 
La cuestión era “cómo podía llevarse (el caso de Gross) a algo más grande”, recuerda Rieser. Se lo comunicaron a la Casa Blanca.
 
“Leahy sintió que este era el momento, con Obama en la Casa Blanca, de intentar mover nuestra relación con Cuba hacia otro lugar y sabíamos que eso iba a requerir traer a Gross de vuelta”, explicó el asesor del senador, con experiencia en otros casos de presos en el extranjero, entrevistado por el diario El País, de Madrid (España).
 
Ambos le advirtieron a la Administración de que pedir únicamente la liberación de Gross era “una estrategia sin posibilidades de éxito. Cualquiera que sepa algo de los Castro sabe que no responden bien a los ultimátums. Los cubanos dejaron claro que estaban ansiosos por hablar con USA pero que no estaban preparados para hacer concesiones unilateralmente”, añade Rieser.
 
Tras salir reelegido en las presidenciales de 2012, sin ruido ni publicidad, Obama situó Cuba como una de las prioridades de su política exterior. Tras el fiasco de la cumbre, el presidente cambió de consejero en Asuntos Latinoamericanos. Sustituyó a Dan Restrepo por Ricardo Zúñiga con el objetivo de impulsar el contacto con La Habana.
 
En la primavera (Hemisferio Norte) de 2013, Obama autorizó “discusiones exploratorias” con funcionarios cubanos. Los primeros intercambios de mensajes fueron a través de la Sección de Intereses de USA en La Habana, que hace funciones de embajada desde el fin de las relaciones diplomáticas, en 1961, y a través de las delegaciones de ambos países en la ONU, en Nueva York.
 
Obama designó a 2 emisarios atípicos: su escritor de discursos y consejero predilecto en política exterior, y un diplomático nacido en Honduras con experiencia en asuntos cubanos:
 
> Ben Rhodes y 
 
> Ricardo Zúñiga, nacido en 1970 y emigrado a USA en 1974.
 
Pocas personas gozan de la confianza del presidente como Rhodes, viceconsejero de Seguridad Nacional para Comunicaciones Estratégicas y Escritura de Discursos. 
 
Rhodes era un aspirante a novelista hasta que los atentados del 11/09/2001 en su ciudad, Nueva York, le cambiaron la vida. Empezó a escribir discuros para el congresista Lee Hamilton. En 2008 se unió al equipo de campaña del entonces senador Obama.
 
Zúñiga, hijo de un diplomático hondureño y una ciudadana estadounidense, es director para el Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional desde 2012.
 
Zúñiga ejerció antes como consejero político en la Embajada de USA en Brasilia, dirigió la Oficina de Asuntos Cubanos en el Departamento de Estado y estuvo destinado en la Sección de Intereses de USA en La Habana.
 
¿Quiénes fueron sus interlocutores cubanos? Un misterio.
 
¿Quiénes fueron sus interlocutores vaticanos? Seguro que el siempre discreto Pietro Parolin, secretario de Estado, quien desde 2009 hasta 2013 ejerció como nuncio en Venezuela
 
Canadá ejerció de anfitrión —no de mediador— en no menos de 7 de las 9 sesiones negociadoras. 6 reuniones se celebraron en la capital, Ottawa, y 1 en Toronto. 
 
Rhodes y Zúñiga volaban en vuelos comerciales, sin despertar sospechas ni alterar sus agendas en la Casa Blanca. 
 
Canadá, al igual que el Vaticano, nunca interrumpió las relaciones diplomáticas con Cuba. 
 
Ya desde Juan XXIII, la derecha ultramontana hacía correr el rumor de que Fidel Castro sería excomulgado. “No sé de donde salió esa historia”, explica ahora el secretario particular de Juan XXIII, el cardenal Loris Capovilla, quien acaba de cumplir 99 años, “pero ni se le pasó jamás por la cabeza al papa Juan ni a sus sucesores”.
 
Juan XXIII se enojó cuando se enteró de que, nada más estallar la revolución de Fidel Castro, los curas y las monjas católicas estaban saliendo de Cuba a toda prisa: “¡No pueden escapar, la Iglesia no se escapa nunca, es necesario que se queden allí!”.
 
Fue en el Vaticano donde, en octubre de 2014, se selló el acuerdo sobre el intercambio de presos y los primeros pasos hacia la normalización. En noviembre, en la última de las reuniones,los negociadores acabaron de perfilar los detalles técnicos en Canadá.
 
"Tenía que hacerse así para mantenerlo en secreto y para que funcionase”, dice Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación de Cuba y coautor de Back channel to Cuba (Canal oculto a Cuba), unas historia de los contactos secretos entre Washington y La Habana desde la revolución de 1959. “Es posible que sea el último gran episodio de diplomacia por canales ocultos entre USA y Cuba",añade Kornbluh.
 
 
"Un trabajo profesional; bien hecho. Al estilo de la mejor diplomacia vaticana. Discreción absoluta y buen oficio. Son características de la mediación papal entre Cuba y Estados Unidos. Cualidades que reconocieron embajadores acreditados ante la Santa Sede consultados por el Vatican Insider. Confesaron su sorpresa ante la noticia del acercamiento Washington-La Habana y señalaron a la reserva como el factor clave para los resultados históricos obtenidos.
 
El primero en reconocer el trabajo de los diplomáticos fue el propio Papa Francisco. No pudo contener su alegría la mañana de este jueves, al recibir –en la Sala Clementina del Palacio Apostólico- las cartas credenciales de un grupo numerosos de nuevos embajadores.  
 
(...) A inicios de abril varios de ellos, representantes de América Latina, fueron invitados a un desayuno en la residencia de su colega de Estados Unidos, Kenneth Hackett. El objetivo del encuentro era intercambiar opiniones sobre la audiencia privada que habían sostenido el Papa y Obama unos días antes, el 27 de marzo. En un ambiente amistoso y cordial, el anfitrión aseguró que el presidente había regresado a su país muy contento tras aquel cara a cara. 
 
Los embajadores dieron sus opiniones, todas positivas. Y Hackett reveló que, entre los asuntos tratados, estaban las conversaciones abiertas para la liberación del contratista Alan Gross y los tres agentes cubanos parte del “Grupo de los cinco”. Ese dato quedó ahí, porque el legado estadounidense no pudo ofrecer más detalles a sus invitados.
 
Pero para esas fechas la intervención vaticana era inminente. En enero anterior el secretario de Estado, John Kerry, había viajado a Roma exclusivamente para reunirse con su homólogo de la Santa Sede, Pietro Parolin. Entonces funcionarios cubanos y estadounidenses ya habían sostenido encuentros secretos en Canadá, “territorio neutral”. Luego, entrado el verano boreal, los tiempos estuvieron maduros para el involucramiento directo del Papa.
 
Algunos detalles de esta cronología los confirmó el mismo embajador Hackett en una declaración oficial. En ella destacó el “papel clave” del Vaticano a lo largo de las negociaciones y la voluntad del Papa, quien escribió cartas personales a los presidentes de Estados Unidos y Cuba a mediados de este año. En ellas no sólo abogó por la liberación mutua de detenidos sino que “también impulsó el progreso en la relación bilateral”. 
 
“El Presidente manifestó su aprecio al apoyo del Papa a las conversaciones, su autoridad moral para alentar a ambas partes y el ofrecimiento de los buenos de Vaticano para convocar ambas delegaciones”, sostuvo el diplomático. Las comitivas se encontraron, en Roma, en el mes de octubre. La pericia del cardenal Parolin ayudó a encontrar soluciones satisfactorias para todos(...)".

Comentarios

Entradas populares