Las improvisaciones de Cristina... y que nos lleve puesto un tren

Hablar de trenes que se llevan puesto a un acto justamente en el ferrocarril en el que murieron 62 personas en un accidente por la desidia estatal fue parte de un furcio presidencial que engrosa una larga lista de errores de la presidente que sólo se explican en la improvisación y una autoconfianza en la oratoria que tiene más desaciertos que claridad.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - Las declaraciones de Cristina de Kirchner durante el lanzamiento de las nuevas formaciones del Ferrocarril Sarmiento (aquel que termina en Once y que protagonizó una tragedia con 62 muertos) generaron reacciones de rechazo que se hicieron sentir.
Obviamente, que la presidente dijera que había que apurar el acto porque una formación podía llevarse por delante a todos justamente en ese ferrocarril, fue percibido por más de uno como un falido de esos groseros que ha sabido mostrar la mandataria en sus 7 años como presidente. 
 
Algunas memorias sobre los fallidos circulan en diferentes ámbitos y se recopilan a continuación a través de una carta de lector que prefirió mantener el anonimato:
 
Sin lugar a duda alguna, nuestra actual primera mandataría, ha marcado su ya casi finiquitada gestión con una impronta personal que tiene algunos ribetes nunca antes vistos en sus antecesores.
 
Desde bailar durante el desarrollo de un acto; aunque la música que suene sea nada más ni nada menos que la de nuestro Himno Nacional; pasar del llanto desconsolado a la risa más estridente en cuestión de segundos; ser en todos los casos referente personal de cualquier situación sobre la que este disertando; hasta su innegable capacidad oratoria; la que la lleva a poder hablar y hablar sin parar sobre casi cualquier cosa sin tener un papel en la mano 
 
Lamentablemente este último aspecto del estilo Presidencial popularmente referenciado por el inefable “a todos y a todas”, encierra severos problemas. Mi actividad profesional me ha llevado en varias oportunidades a ser coorganizador, relator o simplemente espectador en actos encabezados por la Presidente (recuerdo a todos y a todas que la palabra refiere a “presidir el ente” por lo que es imposible darle el touch femenino que la Sra. reclama). Invariablemente cada intervención oral de la Jefe de estado tiene siempre una perlita que denota que el hablar sin papeles suele ser más complicado de lo que puede parecer.
 
Hace unos años, se reinauguraba un edificio de la Armada Argentina que alberga a la Escuela Nacional de Náutica. La misma había sido mudada desde allí hacia la ex ESMA por Carlos Menem y luego de varios años de limbo edilicio, finalmente volvió a su anterior locación. El Director del Instituto naval en sus palabras aludió a los origines de esa escuela que había fundado nada más ni nada menos que Manuel Belgrano en 1799. Rápida de oído, a su turno la Presidenta tocó una pared y expresó que en esa pared construida por don Manuel, estaba impregnado el espíritu del prócer. Demás está decir que la pared en cuestión data de 1950, y que la licencia poética de su predecesor en el uso de la palabra fue tomada literalmente por la Jefa de Estado. Demás está decir también que ninguno de los presentes, se animó a efectuar aclaración alguna. 
 
Mucho más cerca en el tiempo, nuestra Presidente participó en el “bautismo” del buque “Francisco P”. En el acto la mandataría se deshizo en elogios sobre la calidad de la industria naval argentina y agradeció al propietario de la nave por la generación de puestos de empleo legítimos. De haber tenido un discurso preparado de antemano, tal vez alguien se hubiera percatado que el buque fue íntegramente construido en la isla de Tasmania y que al tener la nave pabellón uruguayo desde su capitán hasta el último camarero son de esa nacionalidad. 
 
Bueno es recordar también que hace unas semanas atrás en un acto realizado en el principal taller naval del país (Tandanor) Cristina ilustró al alto mando naval presente, explicando que antiguamente los barcos se reparaban con buzos ...... la férrea disciplina castrense hizo que no hubiera caras de asombro, de burla o de espanto. “Al comandante en jefe no se lo critica, dijo uno de los presentes”.
 
Podríamos seguir repasando otras glorias de la oratoria presidencial; el reto al “cheto Boudou por vivir en Puerto Madero (cuando aún no estaba procesado ); la poco diplomática ninguneada a la selección nacional al expresar que no vio ningún partido; la ya famosa frase “ baja la cámara cheee” y miles de perlas negras más.
 
Pero hoy.... La líder de la Nación; la máxima empleada pública nacional; la mujer tal vez más amada y odiada del país, la referente indiscutida de 40 millones de argentinos y argentinas, sea para seguirla a pie juntillas o para marcar la referencia necesaria sobre lo que no se quiere para el futuro, dijo lo que nadie quería, pensaba o imaginaba que pudiera decir una persona racional en la ocasión de presentar una nueva formación ferroviaria. 
 
“apurémonos que nos llevan puestos” Tal vez un profesional experto en las profundas cuestiones de la mente humana, podría descifrar si esta lamentable expresión es fruto del temor que tendría la Sra. Presidenta por hacer lo que hacen a diario millones de compatriotas (subirse a un tren del Sarmiento); si tal vez tiene un humor muy particular, o si simplemente el poder le hizo perder definitivamente los frenos inhibitorios y todo le da lo mismo 
 
Si Ud. –amigo lector- piensa que solo fue un acto fallido, permítame decirle que hay fallidos que llevan a muchos profesionales a – como mínimo- perder su puesto. Un enfermero no puede aplicar mal una inyección; Un gasista no puede fallar en una conexión domiciliaria, y un presidente no puede decir cualquier cosa que le venga primero a la mente. Los dos primeros o van presos o como dije pierden el trabajo; el tercero (o la tercera) parece ser inmune, a todo tipo de barbaridades de forma o de fondo.
 
Es pensando en esta broma pesada que hoy pareció jugarnos nuestra Comandante en Jefe, Presidente, líder, ídola o como queramos llamarla; asestando con sus palabras un duro golpe a cientos de ciudadanos con sus familias destruidas porque casualmente “se llevaron puestos” a uno o varios miembros de las mismas, es que voy a hacer desde este humilde lugar un muy sencillo pedido.
 
Por favor señora Presidente lo antes posible: ponga en marcha los aceitados mecanismos de comunicación con los que Ud. cuenta. Pida la cadena nacional; llame a su excelente locutora presidencial; convoque la traductora para personas con discapacidad auditiva. Reúna en uno de los salones tan coquetos que su espíritu de “arquitecta egipcia” han hecho proliferar en un edificio histórico como lo es la Casa Rosada; llame a la Cámpora , la Solano Lima, la Juan Domingo y a todas las organizaciones militantes que tanto la admiran. Cuando todo esté listo salga al aire; mírenos a los ojos a todos y a todas ; mire de una forma especial a los familiares de los muertos en esos rieles que Ud hoy volvió a hacer estremecer y diga por una vez en su vida , la única palabra que creo que nunca dijo. Perdón. A partir de ese momento las emisoras participantes podrán continuar con la difusión de sus respectivos programas. Y tal vez esa gente le quede agradecida por demostrar un poco de respeto hacía su desgracia

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