Crece la sospecha de que el apagón fue un sabotaje

Apenas minutos bastaron para ocasionar el histórico apagón que el miércoles pasado dejó sin luz a más de 3 millones de personas en Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Así surge del registro oficial y en tiempo real de los hechos –que en exclusiva revela PERFIL– realizado por Cammesa, el órgano estatal y privado que coordina el sector, y que alienta las sospechas del Gobierno y la empresa de que hubo un presunto sabotaje.



Para el Gobierno, existió “una mano negra” y lo denunció en la Justicia. De hecho, el viernes, a través de su abogada, Silvia Migone Díaz, también Edesur presentó un escrito en el juzgado para avalar que “se lleven a cabo todas las diligencias conducentes al esclarecimiento de este hecho que la damnifica”. Fuentes de la firma controlada por la española Endesa, filial de la italiana Enel, aseguran que el motivo del corte fue “una doble falla en líneas de alta tensión de 220 que unen el corredor Bosques-Costanera”. Sin más detalles.
Cammesa monitorea al instante la generación, el transporte y la demanda eléctrica y registra cualquier anomalía. Está bajo control del viceministro de Economía, Axel Kicillof, que prepara un plan de rescate para el sector. Los partes internos revelan una sucesión de hechos que sostienen la tesis oficial: el pico de demanda eléctrica, unos 20.426 megavatios (Mw), se produjo a las 15.10, cuando la interrupción del servicio comenzó a las 18.03. “A esa hora estábamos transportando la mitad de lo que podemos transportar”, coinciden en la empresa. En seis minutos salieron de funcionamiento líneas de Edesur por un total de 1.400 Mw.
En paralelo con el desenganche de las líneas de Edesur, se produce 28 minutos después del primer corte la salida de servicio de una línea de Edenor, y se pierden otros 300 Mw.
“Hay que averiguar quién bajó la palanca”, afirmó De Vido en la conferencia de prensa del día después, en la que subrayó que las líneas están a mano de cualquiera que puede romperlas “de un cadenazo”. “Habrá que investigar si se trató de un sabotaje o de una falla del sistema. Es muy poco frecuente lo que sucedió”, comentó por su parte un ingeniero que participa del despacho eléctrico.
El sector eléctrico vive un momento delicado. Las distribuidoras eléctricas del área metropolitana –Edenor, Edesur y Edelap– acumulan pérdidas e invierten lo mínimo indispensable. De hecho, producto del fuerte consumo en los últimos días de temperaturas elevadas, hay miles de vecinos de la Ciudad de Buenos Aires que siguen sin suministro. Pero el detalle de lo sucedido hace cuatro jornadas también agrega otro factor incierto.
Minuto a minuto. Según el reporte al que accedió este medio, a las 18.03 se desenganchó la línea de 220 kilovolt (kV) de Edesur que conecta la generadora Costanera con Hudson 2 y un minuto más tarde, a las 18.04, se perdió la línea N° 1, que inyecta la potencia de la TG02 de la central Barragán y Puerto Nuevo TV07. Se perdieron de un plumazo 600 Mw. El informe sólo indica el origen del siniestro: “Se desconocen las causas”.
Apenas cinco minutos después (18.09), se cayeron las cuatro líneas más de 132 kV que vinculan Costanera con la central Dock Sud. En total, Edesur perdió 1.400 Mw de los 3.500 Mw que toma para cubrir el consumo total.
“El sistema está preparado para cubrir, a través de los relés de subfrecuencia (dispositivos electrónicos para mantener la frecuencia del sistema), cualquier baja sensible del parque de generación. Cuando se cayeron las dos líneas de 220 kV, se tendría que haber apelado a las reservas rotantes en un lapso de 15 minutos”, explicaron desde el área técnica de una generadora. Eso no sucedió. Llamativa fue también la performance de Edenor, que a las 18.31 sufrió la baja línea de 220 kV Malaver-Morón N° 1, con lo cual la mayor distribuidora del país –que brinda el servicio en el norte de Capital y del Gran Buenos Aires– perdió un total de 300 Mw.
Luego, lo que ya se conoce. De Vido, como lo ha hecho en otras ocasiones, planteó el presunto complot y rechazó problemas de infraestructura. La causa recayó en el juzgado de Norberto Oyarbide y el fiscal Patricio Evers es el encargado de buscar datos para avanzar con la causa, que no reúne todavía ningún tipo de documentación o prueba. Hasta ahora.

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