El cacerolazo fue contra Cristina 2012, pero complica el 2013

La protesta (bajo el puntapié de Aníbal Fernández, y no de un "complot macrista") fue ruidosa, nadie podrá negarlo. No sólo llegó hasta el sur de la Capital sino que además atravesó la General Paz y se reprodujo en el interior. La ofensiva oficial contra el reclamo de la gente ya comenzó. Pero cuidado: el 7 de junio podrían volver a sonar las cacerolas.






CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Convocadas desde las redes sociales (en Twitter, el hashtag #Cacerolazo fue el segundo más comentado a nivel mundial durante algunas horas), las movilizaciones se iniciaron anoche en Belgrano, Recoleta y Palermo, pero luego se ampliaron a prácticamente todos los puntos geográficos de la Ciudad. Así, también se produjeron movilizaciones en Barracas, San Telmo, Abasto, Caballito y Villa Devoto, entre otros barrios.



Uno de los puntos que reunió mayor cantidad de vecinos fue el cruce de las avenidas Callao y Santa Fe, donde fue interrumpido el tránsito. Allí, un grupo decidió marchar hacia Plaza de Mayo, donde se concentraron cerca de 500 manifestantes.
Otros vecinos mostraron su adhesión desde los balcones. La protesta también llegó a la zona del Obelisco.
Además, se registraron movilizaciones en Federico Lacroze y Luis María Campos, Peña y Coronel Díaz, Cabildo al 100, así como en Córdoba y Junín, en plena zona de facultades.
Otro grupo, en tanto, eligió concentrarse en uno de los accesos a la quinta presidencial, en Olivos.
Los manifestantes cuestionaron la política del Gobierno en materia de compra de dólares, la inseguridad, la reforma fiscal bonaerense y los denuncias de corrupción que involucran a funcionarios nacionales.
El reclamo, sin embargo, no sólo tuvo eco en los barrios del norte. Los vecinos también salieron a la calle en Caballito (avenida Juan B. Alberdi al 1200), San Telmo y Barracas, donde vecinos se concentraron en el cruce de Montes de Oca y Martín García. En la mayoría de los casos, se sumaron a la ruidosa protesta manifestantes ubicados en balcones y también automovilistas que transitaban por el lugar.
Sin embargo, no todos hicieron eco de la magnitud del reclamo. El diario 'Página/12' tituló su "Cacerolazos en algunas esquinas" y se refirió a "grupitos" de vecinos convocados por las redes que se concentró en Belgrano, Núñez, Recoleta, Palermo y la zona de Las Cañitas, y luego se extendió "débilmente" hacia el centro.
Hizo una comparación con las protestas del campo: "Como sucedía en la época de las protestas por la Resolución 125", y finalmente intentó desintegrar el reclamo: "Pero luego cada usuario ponía su propia consigna, exhibiendo un amplio abanico de temas".
"Algunos canales de noticias se mostraron entusiastas con la protesta, pero les costó mucho encontrar testimonios. Cuando lo hacían, algunos de los caceroleros reconocían que habían participado la semana pasada en el "abrazo" a Tribunales impulsado por el macrismo y que llamó la atención por las expresiones violentas de sus manifestantes".
Cierto es que la manifestación surgió primeramente en las redes sociales y luego cruzó incluso el Océano: "Por una Argentina como la que todos queremos, digamos basta, basta de falta de medicamentos, basta de trabas a las importaciones y exportaciones", resumió en su portal de internet El País.
Y las consignas no fueron "dispersas" como una suma de reclamos particulares. Todas estaban dirigidas hacia el Gobierno. Todos los reclamos colmaron la tolerancia contra las medidas K, bajo una sóla consigna: "Por una Argentina como todos queremos... Digamos Basta...!"
Difícil es también hablar de un "complot macrista". ¿Habrá insinuado 'Página/12', que Macri provocó el cacerolazo?
Parece, sin embargo, que hubo otro promotor al menos de la "gota que rebalsó el vaso. Ya que el actualmente legislador, otrora jefe comunal quilmeño de cuestionadísima gestión, había confesado en una entrevista radial que acopiaba dólares y que no iba a hacer "la del tarado", esto es, "regalarlos" al precio del dólar oficial.
En un momento de extrema sensibilidad ciudadana, a partir de la prohibición de facto de la Casa Rosada para que la sociedad respalde sus ahorros en moneda extranjera, un fiel representante del "modelo" salía a compartir su punto de vista.
De clara manera, Fernández declamó que hacerse de billetes verdes era lo correcto y que él podía disponer de sus ahorros como le viniera en gana. Pero, en el camino, olvidó el detalle: que al común de la gente se le prohíbe hacerlo.
Luego salió a pedir perdón. Pero ya era tarde.
En redes sociales y correos electrónicos era bien conocida la convocatoria a un "cacerolazo" para el anochecer del jueves 31 de mayo. Pero nada deja de suponer que mucha gente se hizo eco de la protesta, motivada por las provocativas declaraciones del ex jefe de la cartera de Interior.
El "porque se me antoja" del Senador fue, en cualesquiera de los casos, el catalizador perfecto para unificar muchas expresiones de hartazgo.
Luego, acompañó el enojo el autoritarismo y los atropellos a las libertades, la impunidad para el "vicepresidente corrupto", la inseguridad y la inflación.
Por otra parte, las concentraciones se reprodujeron en la provincia de Buenos Aires e incluso en el interior del país. Un caso fue Córdoba capital.
La protesta fue ruidosa, nadie podrá negarlo. Y de hacerlo, atentos: porque por estas horas, pese a haber comenzado la ofensiva oficial en el hashtag #Cacerolazo, ya empezó el movimiento para otra vuelta: el 7 de junio podrían volver a sonar las cacerolas. 

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