En una noche fría entibiada a fuerza de golpes de cacerolas, varios miles de personas se juntaron ayer, convocados por cadenas de mails y mensajes en las redes sociales de internet, en esquinas emblemáticas porteñas para protestar contra medidas del Gobierno como el cepo cambiario y reclamar por el fin de la corrupción y la inseguridad y que se investigue la tragedia ferroviaria de Once.







La concentración más grande ocurrió en la Plaza de Mayo, donde a las 9 de la noche llegaron a juntarse -según fuentes de la Policía Federal que permanecieron en el lugar- unas seis mil personas, aunque durante varias horas entraron y salieron centenares de personas de la plaza que circularon empujadas por los 5 grados y convocadas por el enojo con el kirchnerismo.
Los carteles, pintados a mano en telas y papeles fotocopiados de apuro, dejaron en evidencia la espontaneidad de la convocatoria, que combinó quejas por la postulación a la Procuración General de Daniel Reposo (retirada a última hora de anoche por orden de la Presidenta), el desvío de fondos públicos a través de la Fundación Madres de Plaza de Mayo y las restricciones para comprar moneda extranjera. 
“Cristina: devuelvan el país. El voto no da impunidad a la estafa moral y al vaciamiento económico”, decía un cartel atado a una valla en la plaza. Otro, con un lenguaje más explícito, avisaba: “El dólar me importa un carajo, yo vengo por justicia”. “No queremos una Cuba ni una Venezuela”, pedía otro, cerca de uno que explicaba: “Yo soy del 46%”.
Laura, una psicóloga vecina de Lomas de Zamora, explicó a Clarín: “Me dio mucho miedo cuando dijeron que teníamos que avisar que salíamos del país. Ya cuando te cortan la libertad es otra cosa”, dijo la joven, en referencia a la decisión de la AFIP de pedir una serie de datos a los ciudadanos que pretenden comprar divisas para viajar al extranjero.
Alejandro, por su lado, dijo: “Vengo (a la Plaza de Mayo) porque lo que busco es algo de sinceridad, de realidad, de no tapar una cosa con otra”.
Marcela, que llegó desde Pilar, se preocupó por aclarar que marchaba “por la dignidad”. “El dólar no es, no pongan esa excusa”, le exigió al Gobierno.
A las 9 y media de la noche, cuando muchas de las personas comenzaban a irse, un canto logró unificar las consignas que habían aparecido tímidamente antes. “Borombombon, Borombombon, el que no salta, es un ladrón”, cantó el público, en su mayoría jóvenes y mujeres.
En las veredas se veían a última hora falsos billetes de “Cien Boudues” con la cara del Vicepresidente de la Nación y de dólares con el rostro de la Presidenta Cristina Kirchner y la leyenda “Aníbal Fernández miente” en el reverso.
La mayor parte de los manifestantes llegó a la Plaza de Mayo caminando por la Diagonal Norte, que permaneció cortada varias horas, desde el Obelisco. Muchos de ellos, incluso, dijeron a este diario que habían bajado de sus casas con cacerolas para juntarse en Santa Fe y Callao a las 6 de la tarde, una de las esquinas que ya había congregado protestas la semana pasada, lo mismo que las de Cabildo y Juramento y Santa Fe y Coronel Díaz.
En Caballito también hubo cacerolazos, y lo mismo ocurrió en el municipio de Vicente López, frente a la Quinta Presidencial. Allí, en la entrada de la avenida Maipú, unas 200 o 300 personas cortaron el tránsito y protestaron contra la Presidenta, vigilados por la Policía Bonaerense.

Comentarios

Entradas populares