Los exmedios de Hadad, parte del plan cristinista contra Scioli

Según el autor, el Gobierno forzó la transferencias de Radio10 y C5N a Cristóbal López para restarle al gobernador el "instrumento que le permitía marcar las diferencias de estilo" con la Presidente.





POR OBERDÁN ROCAMORA
CIUDAD DE BUENOS AIRES (JorgeAsísDigital). “Ninguno de nosotros hubiera soportado lo que soporta Scioli”, confirma la Garganta, con admirable resignación. 
 
Cualquier dirigente peronista sensato, levemente normal, ya hubiera reaccionado ante el cotidiano esmerilamiento. 
 
Ante la obscena frontalidad de los Kirchner. En los avances devaluatorios sobre Scioli. 
 
El Líder de la Línea Aire y Sol es el osado protagonista del error menos perdonable. Erigirse como perspectiva. 
 
Sin ser aceptado, aún, como “hombre del palo”. Después de nueve años de sumisión. 
 
A Néstor, El Furia, solía atormentarlo que Scioli no registrara las caídas. Los desastres seriales que lo arrastraban, al Furia, y a su escudería, hacia el abismo. Desde donde después emprendía la admirable recuperación. 
 
Y Cristina, Nuestra César, aún hoy suele atormentarse también con Scioli. Más, incluso, que el marido extinto. 
 
Aparte de haberle estampado escenográficamente la perversión de Gabriel Mariotto, como compañero de fórmula, Cristina no vacila en cercarlo. Con los “pedidos de informes”. O con las humillantes desautorizaciones, Los desaires públicos, cruelmente televisados.
 
“Cualquiera de nosotros la hubiera rep...” prosigue la Garganta.
 
Sacarle el aire. La 10 y C5N
 
Para aniquilar a Scioli, Nuestra César llegó al extremo de forzar la transferencia de la Radio 10. Y del complemento televisivo. C5N. 
 
La llegada de Cristóbal López, hacia el casino de las grandes ligas mediáticas, no es sólo consecuencia explícita del cansado desprecio de Cristina hacia Daniel Hadad, El Fenicio. 
 
Un sentimiento (el desprecio) recíproco. 
 
Ya que El Fenicio, según nuestras fuentes, prefiere ver, a La Presidente, lejos. De ser posible sin poder. Por ahora consiguió el objetivo nimio de liberarse de ella. 
 
En cierto modo, a El Fenicio le salió bien. Se le dio de manera ventajosa la liberación económico-cultural. A los Eskenazi, en cambio, les salió mal. Ampliaremos. 
 
La irrupción de Cristóbal, como flamante zar, se debe a la necesidad inconfesablemente política de Tía Cristina. De despojarlo, a Scioli, del aire tonificador. Del canal de comunicación más eficaz. El instrumento que le permitía marcar las diferencias de estilo, que –pobrecita- la desequilibraban. 

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