Un país en pleno retroceso

Si las matemáticas existen, el plan económico no cierra. “Llegaron tarde”, decíamos el sábado pasado, y durante esta semana se pudo asistir a un encuentro de Cristina con su secta donde quedó claro que el Gobierno se dispone a seguir haciendo un ajuste pero sin reconocerlo jamás.


POR JORGE LANATA

Esto es parte de lo que se llama un ajuste ortodoxo”, me dijo esta semana en Radio Mitre Mario Blejer (¿El próximo ministro de Economía de Scioli con Lavagna como canciller?) Y dio las condiciones que el mundo espera. “Yo creo -dijo Blejer-, que hay cinco puntos que tienen que ser cumplidos: hay que cumplir prácticamente todos; hay que reponer la relación con el Club de París, con el FMI, con los holdouts que quedaron afuera del canje, el tema de Repsol y el tema del CIADI”.
Ninguna de estas soluciones es inmediata y todas se resumen en una:recomponer la confianza en los frentes internos y externo. En el caso del CIADI, Argentina encabeza el chart de los países que mayor cantidad de demandas enfrentan. Venezuela ocupa el segundo lugar. El organismo define a Argentina “como una de las zonas más riesgosas para hacer negocios. Se ubica muy por delante de África y los países de la ex Unión Soviética caracterizados por sus muy endebles instituciones”.
La gestión en el Club de París puede resumirse en dos frases públicas: Kicillof dijo que había sido “un encuentro muy positivo” y Clotilde L’Angevin, la vocera del Club, aclaró que las negociaciones no comenzaron formalmente y que era “demasiado temprano” para responder a la propuesta argentina. Según publicó el diario oficialista BAE, la propuesta argentina consistió en un monto inicial de 2.000 millones de dólares dentro del año posterior a la firma del acuerdo y luego cuotas anuales durante cinco años.
Cristina Kirchner pagaría, llegado el caso, solo la primera cuota.
El acuerdo con Repsol se complicó después de la última devaluación. España le pide a Argentina que se le pague con bonos del Estado español que el Gobierno debe salir a comprar al mercado financiero internacional, y rechazó la posibilidad de cobrar en bonos argentinos. En cualquier caso las “famous last words” de Axel cuando se nacionalizó YPF (“Repsol tiene que pagarnos a nosotros”) quedaron en el olvido: Argentina acordó indemnizar a la empresa petrolera con 5.000 millones de dólares. El caso de los fondos buitre ya es por demás conocido. El Fondo Monetario, por su parte, aclaró que el proceso de evaluación del nuevo índice de precios al consumidor “demandará, al menos, un año”. “Hace falta hacer pruebas estacionales y de consumo y eso requerirá por lo menos un año de prueba”, dijo el vocero Alejandro Werner.
El Mundo -vendría a ser eso que está alrededor de Argentina- no parece, a la vez, muy dispuesto a prestarnos dinero: “Mientras Argentina atraviesa una crisis cambiaria que ha sacudido los mercados alrededor del mundo, muchos residentes aquí se hacen la misma pregunta “¿Dónde está la Presidente?”, publicó The New York Times.
“Una de las diez economías más grandes del mundo en el siglo pasado, con un ingreso per cápita comparable a los de Francia y Alemania, por encima de Japón e Italia intriga a los historiadores por lo inédito de ser un país desarrollado que retrocedió”, dijo O’Globo.
“Lo que ocurre en estos días en Argentina podría suscitar una pieza humorística si no fuera porque están en juego las condiciones de vida de millones de personas”, expresó El País, de España.
“La improvisación salta a la vista. Una anunciada rebaja impositiva para turistas al exterior prometida el viernes pasado por el ministro de Economía es anulada este domingo por el mismo jefe de Hacienda”, publicó El Mundo, de España.
“Una megadevaluación parece inevitable en la Argentina. Algunos países aprenden las lecciones de su historia monetaria, pero Argentina es un caso aparte”, consideró Mary Anastasia O’Grady, que acusó al gobierno de ejercitar “una ignorancia económica aterradora”, dijo enThe Wall Street Journal.
“Los inversores están preocupados. Los bonos en dólares cayeron casi cuatro centavos el viernes, la mayor caída en los mercados emergentes. Y los votantes parecen estar perdiendo la confianza en Cristina Fernández, antes en todas partes, ahora en silencio”, dijo elFinancial Times.
“El infierno argentino se enfrenta a los elevados precios”, aseguró Le Monde.
“Doce años después de la quiebra amenaza a Argentina la próxima crisis autoinflingida del país”, publicó Die Welt, de Alemania.
Ojalá quienes se animen a prestarnos dinero no lean los diarios.
INFORME: Lucía Salinas

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