Echegaray aterrorizado: "Si me sueltan la mano, me los llevo a la cárcel conmigo"

"Tiene miedo, mejor dicho, está aterrorizado. Nunca fue un hombre valiente". Esas palabras describen al hombre que hoy no sólo es noticia por el cepo al dólar. El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, está cada vez más comprometido en el caso Ciccone, al punto que resonó una de sus últimas demostraciones de poder: "Si el Gobierno me suelta la mano, cuento todo y me los llevo a la cárcel conmigo".


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Mientras Ricardo Echegaray, titular de la AFIP, sigue "robando" portadas por el cepo cambiario, esta vez, por haber alterado la fórmula que informó el equipo económico para la adquisición de dólares para ahorro, su situación judicial avanza a la par de una interna dentro del gobierno, que deja ver la otra cara de este personaje que se muestra poderoso, pero vive aterrorizado... 
 
“Si el gobierno me suelta la mano, cuento todo y me los llevo a la cárcel conmigo”, por Jorge Boimvaser en 'Tribuna de Periodistas':
 
Tiene miedo, mejor dicho, está aterrorizado. Nunca fue un hombre valiente, quien tiene la potestad de enviar un ejército de cien inspectores impositivos para amedrentar a los enemigos del gobierno se supone que tiene un poder ilimitado. Pero Ricardo Echegaray fue uno de quienes impulsaron “asustar” impositivamente al Poder Judicial, y ahora es —como aquel film de lo 80— “Tiempo de revancha”.
 
Los jueces federales no le tienen miedo. Y antes de entrar de lleno en esta historia, un dato que conocen varios miembros del gobierno. El jefe de la AFIP contrató un estudio jurídico que decía tener contactos para librarlo de la causa de Ciccone. Le pidieron dinero diciéndole claro que era para “coimear” a los que deciden ese tema. Y Echegaray pagó, no sabemos si con plata propia o con el de alguna empresa a la que le puede condonar deudas o mirar para otro lado aún siendo evasores. El jefe de la AFIP —no vale aclarar que no es una carmelita descalza— puso una millonada y cayó en la trampa. Sus abogados se quedaron con esa platita y el hombre, obvio, no los puede denunciar.
 
Sergio Berni sabe que es así, pues su gente fue quien descubrió la maniobra corrupta.
 
Amado Boudou lo terminó de hundir cuando justificó su situación por el tema Ciccone diciendo que él cumplió una resolución de la AFIP. Ya antes de eso, Echegaray dijo a medio gobierno: “Yo los salvé a Lázaro Báez, Rudy Ulloa y otros. Si me sueltan la mano cuento todo y si voy preso me llevo a unos cuántos kirchneristas conmigo”.
 
Carlos Menem acostumbraba poner dinero (el asunto aquel de la servilleta donde Corach le escribió a Domingo Cavallo quiénes eran los magistrados que recibían dinero mensualmente para serles fieles), pero éste gobierno prefirió correrlos con el Consejo de la Magistratura y ese puñado de impresentables como Diana Conti o Carlos Kunkel. La corporación llamada “familia judicial” los esperó como tigre al acecho, y llegó la hora de la revancha.
 
Pero no sólo el caso Ciccone pone a Echegaray al borde de la imputación. Hay otro asunto que puede ser más grave aún.
 
Ya tiene estado judicial. Una denuncia de Massalin Particulares hizo allanar por el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay una fábrica llamada “Tabacalera del Litoral SRL”, en la ciudad de Concordia. Falsificaba marcas con los nombres de Philip Morris, Marlboro, Viceroy, Rodeo y Blitz (para Paraguay), Pall Mall Bellmont y Hilton (para Chile), y hasta Marlboro para Estados Unidos.
 
Al fabricar marcas de renombre y contrabandearlas eludían los impuestos al tabaco, que como se sabe son muy altos.
 
El juzgado hizo 14 allanamientos y encontró: 494 kilogramos de estampillas falsas, las necesarias para 3,6 millones de paquetes, 5 millones de cigarrillos falsos listas para vender, 33 toneladas de hebras para tabaco, 7 millones de filtros y 7 mil bobinas de papel para cigarrillos. Algo así como 30 millones de pesos –o más- en una mega fábrica que funcionaba gracias a la complicidad de la AFIP y de algunos jefes de Gendarmería que eran quienes cuidaban que el contrabando fuese perfecto, al menos saliendo de la Argentina. Claro que funcionarios del gobierno de Entre Ríos también tenían complicidad.
 
Tabacalera del Litoral SRL fue creada en el 2006 por tres mujeres que anunciaron que el destino era exportar cigarrillos al África. En el 2011 hubo un cambio de manos y el nuevo titular es un desconocido en la industria llamado Raúl Alberto Molina, hasta ahora el único detenido.
 
El juzgado federal realizó los allanamientos con personal de Gendarmería de otras provincias, por sospechar de las connivencias de los hombres del lugar. La AFIP envió gente para hacer un sumario administrativo de urgencia y trasladar al delegado en Concordia a otro destino.
 
Pero las pruebas halladas en el lugar demuestran que Echegaray no era ajeno a la existencia de esa fábrica trucha, esa causa también lo tendrá casi como principal protagonista. No escapan a la mira de la justicia funcionarios del gobierno entrerriano a quienes se estima cómplices de la millonaria estafa.
 
¿Otro problemita para el jefe de la AFIP?
 
El titular de Covelia, Ricardo Depresbiteris, adquirió un Cessna con capacidad para nueve pasajeros valuado en 5 millones de dólares. La recolectora de residuos más grande de la Argentina tuvo los vínculos con Hugo Moyano cuando el líder de la CGT era oficialista y con el propio Ricardo Echegaray, quien debería investigar a su socio de entonces Depresbiteris. Si, Moyano dejó de ser kirchnerista y hoy es uno de los enemigos del gobierno, pero negocios son negocios y tanto el gremialista como el titular de la AFIP mantienen el vínculo comercial.
 
Esperá, no te vayas, viene lo mejor. Otro socio de ese negocio de la basura es “el uruguayo” Jorge Lambiris, conocido por su veraneo en Río de Janeiro con Ricardo Echegaray.
Está groggy, contra las cuerdas y al borde del knockout judicial. Por eso su desesperado mensaje de náufrago. Dice que por haberle salvado la cabeza a Lázaro Báez, Rudy Ulloa (tirado panza arriba en su campo cerca de San Pedro, provincia de Buenos Aires y haciendo un perfil bajo casi inexistente) y hasta hacerle el camino sencillo a Amado Boudou por el caso Ciccone, tiene derecho a que el gobierno lo salve del temporal de juicios que se le avecinan.
Nadie le avisó que este gobierno ya no existe.
 
 
# "Michel, la conexión entre Echegaray y Lambiris", por Hugo Alconada Mon, en 'La Nación':
   
El puente que une al titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, con el empresario Jorge Lambiris es más simple y cotidiano de lo que se cree. Porque no pasa por las aulas de colegio compartidas por sus hijos. Pasa por Guillermo Michel, mano derecha del zar de los impuestos.
 
Entrerriano, de 36 años, Michel se convirtió en la principal espada de Echegaray durante los últimos años. Tanto que fue él quien asumió las riendas por la AFIP tras la intervención de la nueva Ciccone Calcográfica y la forzosa salida de Alejandro Vandenbroele a raíz del escándalo. Pero Michel, a su vez, llegó al "zar de los impuestos" de la mano de Lambiris, según reconstruyó LA NACION sobre la base de media docena de documentos y testimonios.
 
Contador, Michel se encargó de llevar los papeles de Lambiris, a quien todos dentro de la AFIP y de la Aduana conocen como "el uruguayo" y como una de las mejores puertas para llegar directo a Echegaray. Fue Michel, además, quien antes de desembarcar en la AFIP le solucionó varios problemas dentro del organismo a Lambiris, según dijeron fuentes oficiales y empresariales a LA NACION.
 
Michel trabajaba en el estudio contable de Luis Osvaldo Hurovich. Así fue entre 2003 y 2007, según confirmaron desde el estudio a LA NACION. Durante esos años creó o integró una larga lista de sociedades anónimas: Vitiflor Management, Altamira, Viña Los Dassos, Mariflor, Acquaflores, Herbaflor, Caf Jauser, Representaciones Marítimas, La Barraca de Gchu -luego rebautizada Realman SA-, Panza Verde, WM Zurich y NP Fotografía, entre otras.
 
Varias de esas sociedades registran algunos rasgos comunes. Entre otras, que en la mayoría figuran Michel y Hurovich como rostros visibles. También, que la abogada Ana Cristina Palesa se encargó de su legalización y la escribana Sara Celia Hurovich, de la certificación.
 
Las mismas profesionales son las que también ayudaron a Lambiris y a su hijo, Mauricio Lambiris Bonillo, a la hora de conformar dos sociedades durante 2012. En febrero, Palesa apareció como letrada autorizada en L&L Mandatos y Negocios SRL. Y en agosto figuró junto a Sara Hurovich al publicarse las asambleas y actas de directorio de LW Logística y Cargas SA, según consta en diversos registros societarios oficiales.
 
Durante su conferencia de prensa, sin embargo, Echegaray jamás identificó a Michel como uno de sus vasos comunicantes con Lambiris, al que dijo conocerlo "socialmente". Tampoco recordó que su acompañante en Río de Janeiro, al que también se lo vincula con los depósitos fiscales Carestiba SA y TCT Logística, estuvo detenido durante un mes y medio en 2000 por su presunto rol en una red de piratería del asfalto.
 
Echegaray mantuvo ese argumento aun después de que saliera a la luz una reserva hotelera a nombre de Lambiris por alrededor de US$ 80.000, en la que figuraban las familias de ambos, como también el de otro empresario cercano al "zar de los impuestos", Sergio González, "el Pelado".
 
Mediante un comunicado de prensa, la AFIP replicó que no fue Lambiris sino Echegaray quien pagó su estadía en el Sofitel de Río y que el funcionario "nunca negó su relación social con Jorge Lambiris, nacida a partir de la amistad de sus hijos en el colegio". Más aún, desde el organismo argumentaron que "todas las personas son contribuyentes en mayor o en menor medida, de forma tal que sería ridículo plantear que no tenga ninguna relación con personas del ambiente que sea".
 
Pero el viaje derivó en la radicación de una causa penal por los presuntos delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, violación de la ética en el ejercicio de la función pública y negociaciones incompatibles con la función pública.
 
La investigación apunta a desentrañar si Echegaray controló como debía a ambos empresarios. Lambiris, por caso, opera con dos firmas, IDN SRL e Importing Things SA, registradas de manera irregular, según reveló Clarín.
 
El supuesto gerente de IDN, Andrés Nicolás Aguirre, trabaja en realidad para la Municipalidad de Quilmes. Recoge ramas en las calles de San Francisco Solano, el barrio donde vive. Pero Aguirre mantiene su propio vínculo con otro colaborador de Echegaray, Julio Nieto, quien fue candidato a concejal en Quilmes. No salió electo, pero en su equipo de campaña habría trabajado el "gerente" de IDN.
 
Nieto integra uno de los círculos de funcionarios de la AFIP más cercanos a Echegaray, entre los que también descollaron Rafael Resnick Brenner y Sergio Vargas. Ambos arrastran antecedentes polémicos y eslabones que, desde los tiempos de la Oncca, llegan hasta la localidad de Pablo Nogués.
 
Resnick Brenner es investigado por la Justicia por firmar dos dictámenes en los que, como jefe del Gabinete de Asesores de Echegaray, abogó por una quita en su plan de pagos a la nueva Ciccone, algo que la ley prohíbe. Hoy es el jefe regional de la AFIP en Salta.
 
Vargas, en tanto, es un oficial retirado de la Armada que prestó apoyo jurídico a camaradas acusados por delitos de lesa humanidad, según publicó Página/12. Al salir su rol a la luz, la entonces ministra de Defensa Nilda Garré ordenó su desplazamiento. Poco después, Echegaray lo llevó a la AFIP.
 
Con un sueldo bruto de 268.656,91 pesos, de los que podrían quedarle unos 175.000 en el bolsillo, Echegaray es acaso el funcionario con salario más alto de toda la administración pública, muy por encima de la presidenta Cristina Kirchner. Por admisión propia, tributa $ 900.000 al año por Ganancias.
 
Como subdirector general de Coordinación Técnico Institucional de la AFIP, Michel gana mucho menos que Echegaray. Su salario, de bolsillo, podría rondar los $ 70.000. Mucho más de lo que cobraba como contador cuando conoció a Lambiris.
 
 
# "Sabor a venganza en la jugada contra el jefe de la AFIP", por Nicolás Wiñazki, en 'Clarín' (08/02/14):
 
En marzo del 2012, a un mes de iniciada la causa Ciccone, Ricardo Echegaray dio una conferencia de prensa en la que admitió que Amado Boudou había participado en forma personal del proceso gubernamental que terminó con el otorgamiento de un beneficio impositivo multimillonario a la imprenta Ciccone Calcográfica. Hasta entonces, el vicepresidente podía negar con cierto énfasis haber estado involucrado en algo semejante.
 
Boudou y Echegaray ya no pudieron ocultar su enfrentamiento.
 
Esa rivalidad nació en medio del rescate financiero de Ciccone, en el que actuaron ambos; se profundizó una vez que el caso se masificó a través de los medios; y ahora tiene consecuencias judiciales para los dos.
 
Ayer, por ejemplo, el vicepresidente le devolvió “gentilezas” al titular de la AFIP nada más ni nada menos que en una presentación judicial que ahora forma parte del expediente Ciccone.
 
En su declaración espontánea ante Lijo, Boudou aseguró que fue Echegaray el verdadero responsable de la operatoria estatal que le permitió a Ciccone Calcográfica obtener una moratoria única para su deuda multimillonaria.
 
Más allá de que existe evidencia sobre este punto que compromete también a Boudou, el vice jugó fuerte: sus argumentos defensivos podrían afectar la situación procesal del titular de la AFIP.
 
Echegaray, cree Boudou, es el responsable de parte de su infortunio judicial.
 
Ocurre que el titular de la AFIP tomó una llamativa e impactante decisión cuando, en el 2010, la empresa Ciccone Calcográfica le pidió una moratoria y el quite de intereses para su deuda.
 
En lugar de resolver sobre ese punto él solo, tal como hizo la AFIP históricamente en esos procesos, Echegaray le pidió por escrito a Boudou, por entonces ministro de Economía, que le dé su opinión sobre el tema. Es más: le dijo que su respuesta sería “determinante” para beneficiar o no a la compañía gráfica, que ya era manejada por The Old Fund, la sociedad que dirigía Alejandro Vandenbroele.
 
Boudou le contestó a Echegaray que debía aceptar el pedido de Ciccone.
 
El documento con esa respuesta sirve hoy para demostrar que efectivamente el vice se había interesado en el futuro económico de la imprenta de billetes.
 
¿Por qué Echegaray involucró de ese modo a Boudou? ¿Acaso sabía que el entonces ministro tenía especial interés en Ciccone Calcográfica? ¿Por qué?
 
Esta semana, Echegaray también declaró por escrito frente al juez del caso: complicó a Boudou.
 
La pelea entre ellos aun no terminó.

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