Extemporáneo, Macri inició la campaña dejando volar al dólar

La institucionalidad que pregona Mauricio Macri desde que es presidente entró en estado de shock cuando el domingo salió en el bunker de Juntos por el Cambio a reconocer la abrumadora derrota, aun cuando no había comenzado la difusión de los datos oficiales. Tiempista, Macri se autogeneró la ilusión de que admitir “una mala elección” sin mostrar una diferencia de 15 puntos, alcanzaría para morigerar los efectos de una caída, a priori irremontable.


Después de mandar a dormir a los argentinos, el presidente en ejercicio masculló su propia bronca sin entender “por qué la gente decidió volver al pasado, y no seguir rumbo a un horizonte prominente”. Se fue a dormir, concilió poco el sueño, intentando pergeñar la campaña de cara al intento de recortar la diferencia con Alberto Fernández, para en octubre al menos ganarse un lugar en el balotaje de noviembre.

Durante la madrugada del lunes, plataformas financieras online y homebanking anticipaban el desmadre del dólar con subas que a la 1 de la madrugada ya estaban en torno al 6% a un valor que superaba los $49. La paliza electoral se trasladó sin escala a lo que fue una dramática jornada para los mercados.
Ya en la mañana del lunes, Macri pareció dejar el traje de candidato para ponerse el de presidente. Llamó a una reunión antes de la apertura del mercado de cambios a la que asistieron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris. La cumbre hizo prever que la autoridad monetaria saldría desde el minuto cero a contener el pánico de los inversores.
Llamativamente, el Banco Central brilló por su ausencia en el inicio de la jornada que comenzó con un escaso volumen operado, lo que provocó que en las primeras operaciones el dólar avanzara un 16% a $54,08. En la continuidad de la jornada ya entrado el mediodía la divisa se desbocó un 33,90% a $62,32.
A esa altura los operadores de la city miraban azorados la falta de reacción de la autoridad monetaria. Ahí empezó a correr la pregunta, ¿el Gobierno decidió devaluar? En ese momento el Central apareció con una tardía intervención que hizo replegar al dólar que finalmente cerró la jornada con una disparada del 23% a $57,30.
Otra vez, tiempista, Macri convocó a una conferencia de prensa a las 15.30 en la Casa Rosada. Se esperaba el anuncio de medidas que operen como bálsamo ante el pánico de los inversores. Pero el presidente, esta vez salió con el traje de candidato presidencial de Juntos por el Cambio que el 32% de los votos le había otorgado el domingo. Para seguir con esa lógica a su lado estaba su candidato a vice y no su actual vicepresidenta Gabriela Michetti.
Con el cierre del dólar ya clavado en las pizarras, el presidente-candidato se apoltronó en la silla de la sala de conferencias en la Casa Rosada –nada parecido el búnker de Juntos por el Cambio– y lanzó la campaña para las elecciones generales del 27 de octubre. Pese a que el calendario electoral fija el inicio de la campaña para el 7 de septiembre, Macri se anticipó y decidió echarle la culpa del terror de los mercados al kirchnerismo.
Si la pesada herencia era la excusa para ocultar la mala praxis y vaivenes de la política económica de su gobierno, la posibilidad cierta de que Alberto Fernández sea su sucesor se convirtió en la explicación oficial y primordial de uno de los lunes más negros de los que se tenga memoria.
Argumento surgido del laboratorio electoral del macrismo, el presidente-candidato esquivó la autocrítica y también apuntó contra los votantes del Frente de Todos. Esbozó entender la “bronca de la gente” pero casi con enojo les reprochó que no entiendan que “este es el camino”, y que volver al pasado conlleva la vuelta a una Argentina aislada del mundo y sin crecimiento.
Para reforzar su eje argumental, recordó que el viernes pasado una encuesta “falsa” en la que se lo anticipaba como ganador del domingo hizo subir a los mercados, y que la realidad de la categórica victoria del Frente de Todos, ahora espantaba a los inversores. (Aquí vale un comentario: habrá que tirar de la punta del ovillo para investigar si el viernes 9 de agosto hubo manipulación para generar una salida de activos al mejor precio posible).
En menos de 24 horas, la actuación de Macri dejó dudas en la política y en la economía. ¿Se demoraron de forma intencionada la difusión de los datos para crear la ilusión de una derrota menos abultada? ¿Decidió devaluó para generar el sentimiento del miedo al porvenir? Los interrogantes tienen respuestas a medias, pero de lo que no hay dudas es que al menos por estas horas, Macri prefiere mostrarse como candidato y no como presidente.

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