Informe: Consumidores resisten atrincherados en sus casas

Sentir algo de bienestar de adentro hacia afuera en tiempos de mishiadura y congelamientos constituye un eje alternativo de felicidad de quienes no están pasando hambre, miseria y privaciones básicas cuando fallan otros aspectos materiales de la vida cotidiana. Los marketineros han puesto el foco en cómo se las viene componiendo la franja intermedia de la población que bajó escalones en sus ingresos por la devaluación y ve afectada la capacidad de gastar y ahorrar en un marco predecible. Muchos arbitran su nivel adquisitivo con dólares acolchonados y han ido reemplazando satisfacciones materiales por darse gustos individuales, grupales, familiares, de actividad social o hasta, por qué no, amorosa, por efímeros que sean. Pero todo suma. Tanto adultos como jóvenes buscan estar bien saliendo menos a comer o bailar pero con más juntadas en los hogares, viendo streaming con pizza o platos pedidos por delivery. Los que antes viajaban habitualmente a Miami derivaron hacia Punta del Este, la costa brasileña o chilena.Y si no a Cariló o a centros turísticos del país más alejados de la metrópolis, como el Norte, las cataratas, Bariloche o los glaciares más australes, aprovechando el abaratamiento de los pasajes con la oferta de vuelos low cost. Menos marcas alimenticias y vestuarios fashion, y más ferias municipales y mayoristas. También arreglos para hacer más confortables las viviendas, en especial las cocinas, y equipamientos en cuotas se prefieren en esta coyuntura antes que decidir el cambio de inmueble. Hasta el cine nacional bate récords de taquilla con “La odisea de los Giles”, que arrasó con la mitad de la audiencia del fin de semana largo. 


Por RUBÉN CHORNY

El fin de semana largo pasado, 1.960.000 personas se movilizaron hacia las principales ciudades y destinos que forman parte del circuito turístico nacional, donde ocuparon 675.000 plazas hoteleras y gastaron en forma directa $3.000 millones, de acuerdo con la información que brindó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Superó en 4,8% a la misma altura de agosto de 2018, cuando cada uno había erogado $1.434 diarios, con una estadía media de 2,3 días.
En la metrópolis, muchos de los que no viajaron aprovecharon para ir al cine y superar la barrera de los 600.000 espectadores, la mitad de los cuales arrasó con los tickets de la película argentina La Odisea de los Giles, en la que trabajan los Darín, padre e hijo.
Su mérito fue haber concitado semejante atracción en el Día del Niño y situarse en un top 10 hegemonizado por Disney y con presencia del mundoMarvel: Wifi Ralph, Capitana Marvel, Avengers-Endgame, Aladdin, Toy Story 4, El Rey León, La vida secreta de tus mascotas 2 y Spider-Man: Lejos de casa. 
Son retazos de un fin de semana largo envuelto en un contexto de suma volatilidad cambiaria, remarcaciones de precios e incertidumbre sobre lo que sucederá en el país, en el que las firmas dedelivery Grovo, Rappi y Pedidos Ya no daban abasto para entregar comida y bebida en los refugios caseros donde se comparte un rico menú por streaming de episodios de TV y películas, pagas y gratuitas, con Netflix a la cabeza, lo mismo que transmisiones deportivas.
Ya no es sólo una modalidad millennial sustituir a la televisión por cable por la que viene por banda ancha de internet: casi 8 de cada 10 adultos se plegaron en los últimos tiempos, conforme a un estudio realizado por Roku en Argentina.  
Inclusive, reveló que más de la mitad de los argentinos (56%) admitieron cancelar planes con amigos o familia para quedarse en su casa y ver su programa de TV favorito, pero a la vez que prefieren ver streaming en compañía (pareja, familia o amigos) antes que en soledad.
Así se explican las remodelaciones que las personas realizan en sus hogares que detectó el portal de propiedades Zonaprop en una encuesta específica según la cual el ambiente más elegido para modernizar fue la cocina, con el 49,5% de menciones. Entre los que no la eligieron, un 20,8% optó por los baños, el 20,1% por el living y el 9,7% por las habitaciones.
La mayoría (70,8%) remodeló en algún momento su hogar, tanto por motivos de decoración (36,3%) como para ampliar espacios (34,5%). A su vez, entre la información obtenida se reveló que sólo el 29,2% se limitó a realizar renovaciones relacionadas con reparaciones necesarias.
Si el 41,9% respondió al cuestionario de Zonaprop que invierte más dinero en la remodelación de la cocina, un 28,9% señaló el baño, un 10,3% se refirió a la pintura de toda la propiedad y un 3,5% mencionó los pisos, la gran mayoría puso de relieve que piensa en un cambio en el hogar cuando quiere darle un aspecto renovado a diferencia del 29,8% que sólo se preocupa por realizar un arreglo cuando algo falla o se rompe. Y para el 35,9%, los muebles, las griferías y los sanitarios son los que más lucen.
La otra cara del consumismo
En la recomposición de usos y costumbres empiezan a surgir separadores en el consumo general en el cual se prescinde de meter mano a la tarjeta o al bolsillo como condición excluyente para sentir pertenencia.
Aparecieron así los denominados outsiders, que son fans de las experiencias que involucran la naturaleza y la interacción grupal en alimentación, turismo, indumentaria, belleza, editoriales-contenidos, cultura-conocimientos y eventos. Valoran abastecerse en ferias y puestos callejeros, con el plus social y de compartir que ello significa.
Demandan por lo "craft" y optan por productos artesanales elaborados con materia prima noble. Siente inclinación por viajar a lugares poco frecuentados por el hombre, siguiendo a la idea de encontrarse a uno mismo en un afuera diferente.
Otro subgrupo se conoce como "e-conscious", a quienes preocupa pour la galerie preocupa el medioambiente. Seleccionan manufacturas según las prácticas éticas en las que fueron hechas, eligen productos de larga duración, de origen natural o de materiales reciclados. Estampas, dibujos y colores reflejan lo que piensan de la naturaleza.
Consideran partes de lo mismo el origen natural y la belleza, y al ser conocedores de componentes naturales los prefieren cuando compran.
Está también otra categoría ignota hasta el presente, la de los "health prophets", que finca el consumo en el placer relacionado con el bienestar y la salud. Conectan tiempo libre, placer, salud y sociabilidad cuando reorganizan sus rutinas, dejando de lado las opciones tóxicas de las grandes ciudades. Le dan menos importancia a la ropa y más al cuerpo.
En cualquier caso, asoma una nueva onda consumidora que alinea fiesta, trabajo e hijos, lo cual conduce a conductas nocturnas más sobrias, donde se hace culto al hedonismo y se sustituye la ingesta de alcohol por bebidas nutritivas y/o naturales.
Tampoco los sueldos son incentivos excluyentes y, en esa dirección, en una encuesta elaborada por Bumeran que busca medir la felicidad de la gente en el trabajo el 74,6% respondió que no es feliz en su labor diaria, mientras el 93,3% aseguró que está buscando otra opción laboral.
Para 44,7%, la oportunidad de crecimiento profesional sería determinante para hacerlos felices.
Y otros ejemplos mencionados en tal sentido fueron poder retirarse más temprano los viernes, permitirles el home office y obtener días extra de vacaciones, ya que el 68,3% lo consideró como algo interesante.
La ausencia de motivación y reconocimiento son claves a la hora de buscar una explicación al estado de insatisfacción laboral declarado, y ello va más allá del aspecto profesional, porque se suele buscar el reconocimiento y cariño de pares y superiores. 
De todos modos, al lirismo sobre la felicidad en el empleo se le anteponen actualmente otras urgencias más terrenales.  
Del reporte de la División Insights de Kantar, llamado Radiografía de los Argentinos, surge que el 90% de los consumidores argentinos alterna entre varias marcas o elige por precio y 96% declaró haber abandonado o reducido alguna categoría en el último año: lácteos y alimentos, entre los principales. 
Y también el recorte de gastos alcanzó a las salidas. Lo prefieren, antes que resignar los servicios que lo mantienen conectado: Internet, celular.
 
El 97% de las personas tiene un smartphone y pasa 6,8 horas al día online, en un país que se encuentra en el ranking top 20 con más usuarios de Facebook, Instagram y Twitter.
La diferencia con la crisis de 2002, además de que la conectividad no estaba tan desarrollada, es que sólo el 20% de los hogares cuenta con ingresos superiores a la canasta media, y casi el 50% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza. 
E inclusive el segmento más alto de la escala social reconocía que cada tanto o habitualmente rebajaba los limpiadores de piso con agua. 
Por su parte, un tercio de la clase media empobrecida admitía el uso del talco en lugar del desodorante y que utilizaba el jabón de la ropa para uso corporal.
La reacción actual del consumidor frente a este escenario de devaluación y  remarcación de precios ha hecho que algunos elijan hacer compras utilizando los planes que ofrece el Ahora 12.
Parte de dos premisas claras: 
** no se sabe cuándo podrá terminarse este beneficio y por eso aprovecha mientras se pueda las 9 o 12 cuotas fijas, y 
** adquirir productos que en poco tiempo pueden duplicar su precio. 
Esta tendencia le da al consumidor la percepción de estar realizando una “compra inteligente” y se observa especialmente en aquellos rubros donde la suba de precios es más significativa, como electrodomésticos y tecnología.
Así como también muchos consumidores se anticipan a la compra de regalos dada la proximidad de fechas relevantes en términos de consumo como ser el Día de la Madre y Navidad. 
 
Lo explica Fernando Díaz Baylon, CEO de Aper, compañía a cargo del desarrollo de la plataforma de marketplace de ICBC y Banco Columbia y algunos bancos provinciales de Santa Fe, San Juan, Santa Cruz y Entre Ríos. 
En esta “fuga de consumo”, como la llaman algunos economistas, el lema "aprovechar mientras dure" vuelca sus compras en las tiendas de productos (marketplace) de los bancos y algunos comercios que ofrecen el plan de cuotas  al menos por el momento, y hasta que tengan que reponer stock a un precio mucho mayor.
Los recurrentes estallidos del endeudamiento y el sistema de precios sembraron malestar en el nivel de vida doméstico de los argentinos, pero a la vez tendieron un puente a la monumental transferencia de capitales de residentes hacia el exterior de la economía.
Al cierre del 2018, el stock fugado sumaba US$ 190.087 millones, equivalentes a 58 años en términos brutos de inversión extranjera directa, que en el último año alcanzó los US$ 3.242 millones| 

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