Balotaje porteño: Hay alguien que aún no pidió disculpas...

Tras la ajustada derrota de ayer, varios de los dirigentes que rodearon a Martín Lousteau durante su campaña lanzaron duras críticas contra los encuestadores, a quienes acusaron, entre otras cosas, de "mentirosos" y hasta de vender "paco" con sus números. Pero no fue el único blanco: quienes intentaron frenar una segunda vuelta, aún le deben una disculpa no sólo a Lousteau, sino también, al electorado porteño.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24Martín Lousteau sonrió, saltó y aplaudió ayer pese a que había perdido. No fue el único. En el salón que funcionó de comando de campaña de ECO, en Palermo, también reinaba la alegría. Y antes de que el candidato pudiera emitir palabra, la militancia irrumpió con sus cánticos contra quienes sugirieron que la fórmula debía desistir del balotaje cuando quedó 20 puntos abajo en la primera vuelta y contra los pronósticos: "Qué boludos, qué boludos, las encuestas se las meten en el culo", corearon.
 
En efecto, los sondeos fueron los grandes perdedores de ayer. Podría decirse que una vez más, la realidad los aplastó. Al punto que la sorpresa por ese pequeño margen de 3 puntos se ganó esta mañana la tapa de todos los diarios. 
 
El fracaso en aquella distancia por la cual ganaría y ganó Horacio Rodríguez Larreta, pero que hizo necesaria la segunda vuelta, fue lo que los dejó en falta. 
 
Ni en Buenos Aires, ni Santa Fe, ni Chaco, ni Río Negro... lo hizo antes "quedar bien".
 
¿Qué ocurre? ¿Por qué fallan las mediciones? 
 
Ninguna consultora se aproximó al resultado final. El grueso de las encuestas avizoraba que el triunfo del macrismo oscilaría entre los 9 y los 11 puntos. E incluso hubo algunas que informaron una superioridad mayor que tocó los 16 puntos.
 
Según el diario 'El Cronista' de 5 sondeos realizados en la última semana, que coincidía en que Horacio Rodríguez Larreta ganaría, 3 anticipaban un ventaja de alrededor de 10 puntos, otro prevía una pelea algo más ajustada, y el último, una ventaja mucho más cómoda para el macrismo.
 
Los últimos informes realizados fueron los de Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), que hizo el sondeo mediante el sistema telefónico con 400 casos del 14 al 16 de julio; González y Valladares (también telefónico, 550 casos efectivos del 14 al 16 de julio) y Qualitative (telefónico, 1152 casos, 15 y 16 de julio).
 
OPSM anticipaba que Larreta ganaría con el 56,4% de los votos, sobre el 43,6% de Lousteau (12,8 puntos de diferencia ). Un resultado similar vaticinaban la encuestadora Politaia, (56,1% a 43,9%; 12,2 puntos) y González y Valladares (sin el voto en blanco, 54,5% a 45,5%; 9 puntos).
 
Opinaia es la que menor brecha pronosticaba (53,6% para Rodríguez Larreta y 46,4% para Lousteau, 7,2 puntos) y, por lo tanto, las que más cerca estuvo del resultado final; mientras que Qualitative preveía una holgada ventaja de 58,2% a 41,8% (16,4 puntos).
 
"En nuestros estudios había un 16% de indecisos y un 8% de blanco. Evidentemente mucha de la gente que decía que iba a votar en blanco terminó votando positivamente, gente que había votado por el Frente para la Victoria o la izquierda en la última elección apoyó a Lousteau", indicó Mariel Fornoni, directora de 'Managment & Fit'.
 
En diálogo con el canal 'TN', la analista dijo que con "la proyección de voto que normalmente se hace con la imagen de gobierno, con la aprobación de gestión, le correspondía un porcentaje de esos votos a Rodríguez Larreta", que resultó ser menor al estipulado.
 
Raúl Aragón puso en la mesa otro elemento para justificar el yerro: el absentismo, que arañó el 30%. "Creo que el éxodo de gente perjudicó al macrismo, porque los que se van son los de mayor poder adquisitivo, que es su cliente electoral más fuerte", evaluó en 'América 24'.
 
En declaraciones al mismo medio, el consultor Carlos Fara agregó que también pudo haber incidido el hecho de que muchos electores pensaron que "la elección era un trámite" y asumieron otro compromiso.
 
Por lo que fuera, hicieron explotar la furia opositora. El líder del Frente Renovador, Sergio Massa, quien quedaría excluido de un balotaje a nivel nacional según la mayoría de los sondeos que ponen a Mauricio Macri y Daniel Scioli a la cabeza de las elecciones, criticó: "Si le pifian en Capital por diez puntos, imaginen lo que va a pasar en Tucumán y en La Matanza".
 
En diálogo con radio 'La Red' analizó: "Hace cuatro meses que dicen que la Ciudad era el bastión del triunfo, que las elecciones eran un trámite e iban a impactar en el plano nacional, y lo cierto es que en Santa Fe ganó el socialismo, en Córdoba nosotros y en la Ciudad que iban a arrasar, no pasó".
 
Carrió, como es su estilo, fue al extremo: "Los encuestadores deberían ir presos por mentirosos".
 
"Lo mismo hicieron conmigo. Se van a llevar otra sorpresa. ¡Viva #Cambiemos!", lanzó desde su siempre filosa cuenta de 'Twitter'.
 
Esta mañana, fue Fernando Sánchez, compañero de fórmula de Lousteau, el que retomó el tema. "La verdad, muchachos, nos están vendiendo paco", acusó en diálogo con'La Once Diez', e insistió con que "tenemos que dejar de consumir ciertas cosas".
 
"Están jugando con la fe pública", se quejó Sánchez en referencia al tratamiento que recibió su espacio por parte de las encuestadoras durante las tres etapas de la elección. "Todos saben que la Ciudad de Buenos Aires es muy fácil de medir. No puede ser que siempre seamos la sorpresa", dijo.
 
"Al radicalismo le va mejor en las urnas que en las encuestas", sostuvo Ernesto Sanz en radio 'Vorterix'. Anoche, el líder radical volvió a acompañar a Lousteau en el escenario. "Las encuestas pagas no pueden acallar las convicciones", había asegurado ayer, por su parte, Margarita Stolbizer.
 
Más optimista, en diálogo con la agencia 'Cadena 3', el radical Luis Naidenoff, senador nacional por Formosa, indicó que el resultado del balotaje en la Ciudad de Buenos Aires significa que "la política gana terreno, desplazando la frialdad de las encuestas”.
 
"El resultado es sorpresivo desde la perspectiva de los encuestadores, me parece que ni el propio (Martín) Lousteau (ECO) lo esperaba".
 
Naidenoff recomendó, irónicamente, "terapia colectiva para los encuestadores en Argentina". 
 
"Gana terreno la política, el respeto al ciudadano; gana terreno la política desplazando la frialdad de lo que pueda decir una consultora, lo que te pueda orientar una encuestadora", consideró. Y agregó: "Es un mensaje muy fuerte y saludable desde la política".
 
Cierto es que el balotaje de ayer advierte en primer lugar que no siempre las encuestas pueden anticipar un resultado real.
 
En segundo lugar, deja mal parados a quienes pedían que Martín Lousteau se baje de la pelea. ¿Un balotaje puede ser un gastadero de plata sin sentido? Lo cierto que es por un respiro todo pudo ser distinto.
 
Por eso también es que se envalentonan, a sólo tres semanas de las primarias, Sergio Massa, quien cree que le pelea de cerca el lugar a Mauricio Macri y José Manuel de la Sota, quien confía en el triunfo que obtuvieron en Córdoba y hasta a Margarita Stolbizer, más cercana a Lousteau y con varios de sus referentes en la Ciudad subidos ayer al escenario del festejo del perdedor y alentando el voto para el 9 de agosto tanto para Ernesto Sanz, Elisa Carrió y la líder de Progresistas a pesar de que no forma parte de Cambiemos. 
 
De hecho Sanz, responsable por haberle abierto la puerta de la UCR al economista, se mostró feliz en el Palais Rouge junto a su compañero de fórmula, el joven Lucas Llach. Sólo faltó Carrió que impulsó sin éxito una PASO entre Larreta y Lousteau, como la de Cambiemos a nivel nacional, para "salvar a la República", en lugar de esta confrontación. De todos modos Carrió puso al vice de Lousteau, dijo que sin ser su favorito era su candidato y al mismo tiempo se desmarcó y se alejó de la contienda.
 
Massa y De la Sota, con UNA, son hoy por hoy los que pelean la tercera posición con sus respectivas precandidaturas a Presidente de la Nación. Ambos celebraban anoche, incluso Massa llamó por teléfono a Lousteau. 
 
El gobernador cordobés decía ayer que la elección porteña "confirma que la polarización es falsa" y que "Macri no es el gran opositor que nos quieren vender", según contaban cerca suyo mientras sacaban cuentas. 
 
Para el diputado tigrense otra vez perdieron las encuestas y se terminó la polarización a nivel nacional. 
 
Para la Ciudad, sin dudas, el escenario es hoy muy distinto. Lo es inclusive para el proyecto personal de Martín Lousteau como figura relevante de la política, como gran opositor, y a nivel del partido, como nueva y próspera fuerza política. Nada de ello logró en la primera vuelta.
 
Por ello, no solo los encuestadores, sino aquellos, que influenciados o no por los sondeos, intentaron frenar el balotaje, ellos también le deben una explicación al electorado porteño.

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