Y ahora Ella agita la "cristinadependencia"...

La Presidente cree que deja un país ordenado y sin problemas. Y exhibe cierta omnipotencia cuando se arroga la capacidad de recomponer cualquier situación adversa que sea producto de la administración de su sucesor.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cristina Fernández dijo este martes que en 2019 espera estar haciendo algo que a ella le guste, y que "ojalá" no tenga que volver a ser Presidente de la Nación.
La expresión de deseo de la mandataria se puede analizar por varios costados.
Por un lado, ella cree que está dejando un país ordenado y sin problemas estructurales de mayor dimensión. Por lo tanto será recordada como una gran gestora que podría ser tenida en cuenta para el recambio presidencial dentro de 4 años.
Otra arista -las más significativa- señala cierta omnipotencia de la Presidente de la República que queda explicitada cuando se arroga la capacidad de recomponer cualquier situación adversa que sea producto de la administración de su sucesor.
La Presidente cree ante una eventual crisis desatada por el próximo gobierno ella será apta para sobreponer al país y sacarlo adelante.
Entonces, la frase completa sería "ojala no tenga que volver a arreglar eso que van a hacer con el país que les dejo". Un regreso que -encima- sería a su pesar, porque ella prefiere estar haciendo para ese entonces algo que le sea de su agrado. Es un sacrificio.
Pero lo cierto es que actualmente, cuando ejerce la 1ra magistratura, la Presidente no puede resolver ni siquiera los problemas que -en gran parte- se suceden por la impericia de su propia gestión.
El último reporte de la CEPAL indica que en 2015 la Argentina no tendrá crecimiento económico. Lo que se suma la recesión del año pasado, estimada por el mismo organismo en -0,2%.
La inflación, luego de bordear no menos del 35% el año pasado, volvería a sus niveles previos -25/30%-, los que siguen siendo de los más altos del mundo.
La pobreza sería de tal dimensión que ni siquiera publican sus estadísticas.
La inseguridad -que tampoco tiene cifras oficiales- sigue siendo la principal preocupación ciudadana. Encabeza las encuestas y durante los años K el temor a sufrir hechos delictivos se ha disparado.
La corrupción de estos años no tiene nada que envidiarle a la década del 90 y muchos casos tienen su correlato en la justicia, esa que la Casa Rosada -por algo- quiere dominar.
Las distorsiones macroeconómicas (cepo cambiario, déficit fiscal, elevados subsidios energéticos) crean un cóctel explosivo para la próxima administración que deberá aplicar algún grado de un siempre antipático ajuste.
Se pueden citar más casos.
El escenario de transición es complejo. Pero sólo augurando que el próximo gobierno podría ser peor Cristina Fernández puede considerarse imprescindible y capaz de capear esa situación, por ahora, ficticia.
Su principal precupación política es que su imagen no se diluya durante la próxima gestión, que no la tendrá como protagonista, y trataría de instalar la máxima "esto con Cristina no pasaba". Por eso agita la "cristinadependencia".

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