"Muchas veces rectifiqué a partir de una crítica periodística"

“Que cada uno aporte su granito de arena para que hagamos una sociedad mejor. Por eso es importante el diálogo, y que los gobernantes podamos escuchar las demandas de los ciudadanos, que podamos poner todos los temas sobre la mesa, y discutirlos sin miedos. En democracia, todas las opiniones son válidas”, indicó Mauricio Macri cuando habló el jueves 26/03 ante más de 150 directivos y periodistas reunidos en la cena mensual de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas. Pero luego hubo una entrevista, que acaba de difundir Adepa.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) difundió su crónica de la visita de Mauricio Macri“Estoy a favor de que todos puedan dar su opinión. Los hombres públicos tenemos que entender que los medios tienen que cumplir con su función y dar toda la información, y aunque a veces sintamos que las críticas puedan ser injustas, siempre tenemos que dar el marco más amplio posible. Esa tolerancia va a permitir compartir el país que soñamos”. 
 
Pero, además, ocurrió una entrevista, a cargo de Daniel Dessein, para el boletin interno de la entidad de empresarios del periodismo gráfico convencional:
 
-¿Cree que los ciudadanos tenemos derecho a conocer la vida privada de los gobernantes? Concretamente, saber si tienen problemas de salud, si son infieles, si consumieron drogas. 
 
-Es un tema difícil. Creo que el hombre público debe aceptar las reglas. Cuando era presidente de Boca fue a buscarme un móvil de Crónica a Punta del Este, durante el verano, para hacerme preguntas sobre mi separación. "Pueden preguntarme sobre Navarro Montoya o Maradona pero mi separación es un tema complejo, doloroso y personal sobre el que no quiero hablar", le dije entonces al periodista. Creo que hay aspectos de la vida privada de un gobernante que los ciudadanos tienen derecho a conocer y otros no. Sí, claramente, lo relacionado a su salud porque hace a su función. La información al respecto, por más delicada que sea, debe ser completamente transparente. 
 
-En Estados Unidos, por ejemplo, la vida amorosa de los funcionarios entra dentro de esa esfera de cuestiones que los ciudadanos tienen derecho a conocer. 
 
-Pienso que lo sentimental debería mantenerse dentro de la esfera privada. Admitiendo que una vida "desprolija" puede acarrear consecuencias a un hombre público. Lo que no me parece bien es la actitud invasiva con teleobjetivos del espacio privado del funcionario. Aunque es algo que pasa cada vez más. 
 
-¿Cuáles serían los ejes de su política de medios si llegara a ser Presidente y qué asignaturas pendientes piensa que hay en materia de libertad de expresión? 
 
-Esta década ha sido muy rica en el debate sobre estos temas. Lo más valioso que tiene la humanidad es la palabra y, por lo tanto, hay que cuidar el derecho a opinar con absoluta libertad. El único límite debe ser ético-profesional. Esta década tan controvertida me lleva a dar la batalla hasta el final a favor de la libertad de expresión y a reafirmar que es fundamental el acceso a la información. El Gobierno debe entender que está obligado a informar lo que hace y que no tiene derecho a retacear, y menos a manipular, la información. Las conferencias de prensa deben transformarse en un ejercicio habitual. Pero una conferencia de prensa no es un monólogo sino un intercambio de preguntas y respuestas. 
 
-La jefatura de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires vetó, en 2010, artículos centrales de la ley de regulación de publicidad oficial que sancionó la Legislatura, alejándola de los estándares interamericanos. ¿Cree que fue un error que hay que corregir? 
 
-En nuestro debate interno sentimos que la ley había ido más allá de lo que nos parecía correcto, limitando la capacidad de comunicar los actos de gobierno. Un gobierno local no tiene cadena nacional ni medios de gran alcance. Lo cierto es que siempre hemos pautado considerando las audiencias de los medios y no su tendencia ideológica. Me siento tranquilo porque hemos sido coherentes con esa línea en todos estos años. No hemos usado a la pauta oficial como un sistema de premios y castigos. 
 
-¿Qué opina sobre el intento del Gobierno de detener la publicación de la revista Noticias, que reveló la lista de nuevos integrantes de la Agencia Federal de Inteligencia? ¿Cree que hay algún tipo de información sensible que podría justificar una medida de este tipo? 
 
-En este caso, claramente no. La falta de profesionalismo con que se está encarando esta reforma va en la misma dirección que suele tomar el kirchnerismo. Creo que no son aspirantes a agentes secretos sino "aspirantes de aspirantes". ¿Qué puede haber de secreto en eso? Lo que se busca es evitar que el resto de los argentinos nos enteremos que se hace clientelismo hasta en la última agencia del Estado. Y eso aleja al Estado de la gente. Un Estado presente es uno que presta un servicio y no el que se convierte en un "agüantadero político". Debe haber muy pocas cosas que formen parte del secreto de Estado a las que no tenga acceso la gente. El siglo XXI es el siglo de la información y los gobiernos deben ser abiertos, brindando acceso a todas las cuentas públicas para que los ciudadanos sepan qué se hace con sus recursos. El Estado tiene que estar al servicio de la gente y no de los intereses de los políticos. 
 
-¿Qué le molesta del periodismo? 
 
-Somos seres humanos y muchas veces sentimos que la crítica no es justa. Pero hay que entender que los medios, particularmente los gráficos, nos estimulan, nos desafían, nos informan sobre aspectos de la realidad internacional y local. Dan su opinión pero también nos invitan a ofrecer la nuestra. Y nos conectan con los ciudadanos que participan, hoy de manera más directa a través de los foros de internet, brindando su opinión. Hay que convivir con la crítica, apostando a que sea lo más constructiva posible. 
 
-¿Recuerda alguna política que haya cambiado a partir de una crítica periodística? 
 
-Muchísimas. Sobre todo cuando los medios les ofrecen a la gente la posibilidad de manifestarse. Cuando se expresa sobre transformaciones que queremos llevar a cabo, muchas veces terminamos cambiando lo que pretendíamos hacer. Las redes sociales ofrecen un canal invalorable para la toma de decisiones y la implementación de correcciones. Los medios suelen reflejar, no los caprichos de los periodistas, sino la realidad de la gente. Gobernar también es escuchar.

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