Un faltazo de gobernadores encendió la alarma en Olivos

No sólo pegaron el faltazo varios pesos pesado de la industria que eran una fija en años anteriores. Menos estruendosa pero igual de llamativa ante los ojos atentos que estuvieron antenoche en Tecnópolis fue la reducción evidente en el elenco estable de gobernadores:apenas seis de los 17 alineados con la Casa Rosada que solían tener asistencia casi perfecta en las cenas del Día de la Industria y ante cada convocatoria oficial.


Daniel Scioli compartió la mesa principal con Cristina Kirchner y Martín Insaurralde, a esta altura un trío tan forzado como inevitable. Mezclados entre los empresarios, la presencia peronista se redujo al mendocino Francisco “Paco” Pérez, el ultra cristinista entrerriano Sergio Urribarri y el salteño Juan Manuel Urtubey, que llegó para acompañar a su hermano José, flamante vice de la UIA. Otros dos aliados extra PJ, el misionero Maurice Closs y el santiagueño Gerardo Zamora, completaron el menguado contingente.
En la Casa Rosada leyeron con preocupación el faltazo de una docena de mandatarios que hasta las PASO parecían incondicionales. Lo que hacía agudizar la mirada siempre desconfiada que el kirchnerismo le dedicó al peronismo.
Funcionarios nacionales sumaban ayer argumentos para solicitar a la Justicia una nueva prórroga de la elección de autoridades partidarias nacionales y provinciales programadas para el 15 de diciembre. Pero además, se ponía en duda la reunión del Consejo del PJ que Daniel Scioli se esfuerza por realizar el 23 de septiembre.
El bonaerense pretende transformar la presidencia virtual del PJ que heredó de Néstor Kirchner en el liderazgo de un partido activo. Para eso, prometió a sus colegas “abrir el debate” en el Consejo y convocar al regreso de los peronistas alejados como paso previo a las elecciones partidarias en las que pretende revalidar su mandato en el PJ nacional y entronizar en el bonaerense a algún cacique aliado del conurbano. Por allí pasa la posibilidad contener al peronismo hasta 2015 y preparar una transición ordenada, confía Scioli.
En Balcarce 50, no quieren ni escuchar hablar de un plan para que los planetas comiencen a girar fuera de la órbita cristinista. Y menos aún de cualquier transferencia anticipada de una cuota de poder a Scioli. “La reunión del Consejo del PJ no tiene sentido en el contexto actual”, aseguraba ayer un funcionario de Balcarce 50. Y pronosticaba que, si finalmente ocurre, Cristina se garantizará que sea sólo para emitir un documento de respaldo cerrado a su figura. Como si todo siguiera igual.

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