Aumenta hasta la mala onda: se cuadruplicó el malhumor social


En septiembre de 2012 se alcanzó la peor medición durante la gestión de Cristina Fernández, según la consultora Isonomía. Hubo una leve mejoría en diciembre y enero.



Cacerolazos, escraches, insultos, cruces verbales, cartas públicas intimidantes, ataques vía Twitter. El panorama político del país viene dando cuenta de un fenómeno que creció ostensiblemente durante todo el año pasado: el mal humor social. En especial, la situación económica y los constantes enfrentamientos entre dirigentes generaron un caldo de cultivopara un malestar generalizado. Hoy más de la mitad de la población espesimista mientras que uno de cada tres es optimista. No obstante, hacia el futuro, la perspectiva es positiva, según un estudio de la consultora Isonomía.
“La sensación de que la situación iba mal se agudizó mucho más a nivel país que a nivel personal. Lo que tuvimos en 2012 es, en términos comparativos, una caída mucho más acentuada en las evaluaciones retrospectivas de la gente que en las prospectivas. Esto es, la ciudadanía percibió que su presenteera sustancialmente peor que el que tenía un año atrás”, explicó a PERFIL Rodrigo Martínez, director de la consultora Isonomía. “La gente ve que hoy está peor que antes pero se ve con más optimismo su futuro, sobre todo en términos personales”, añadió.
El trabajo se basa en el Indice de Medición de Optimismo (IMO), que se arma a partir de las respuestas de los consultados sobre la situación del país y la economía personal de forma prospectiva (si creen que dentro de un año estarán mejor) y retrospectiva (si sienten mejor que hace un año).
En este sentido, desde marzo del año pasado se intensificó la sensación demayor pesimismo, que repercute fundamentalmente en la imagen de CFK. La tendencia se cortó en noviembre con una leve suba del optimismo. El pesimismo se cuadruplicó en los últimos 10 meses.
El IMO trabaja en una escala que va desde -4 (lo más pesimistas) a 4 (los más optimistas), en marzo del año pasado el índice era de -0,13 y, seis meses después, en septiembre llegó a su récord desde que Cristina fue reelecta con -0,89. Este mes también fue clave porque, desde el conflicto con el campo, surgieron nuevamente los cacerolazos.
En noviembre, el 56% de los consultados se mostró pesimista, mientras que el 32% fue optimista. El resto, 12%, se ubicó en el punto medio entre optimista y pesimista. No fue casualidad: en este mes se produjo la masiva movilización del 8N, donde miles de personas criticaron al Gobierno por distintas cuestiones, desde económicas a políticas.

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