"Después de octubre, desdoblamiento cambiario para encubrir la devaluación"

Si bien el relato de la economía gubernamental consiste en subestimar las consideraciones sobre el tipo de cambio, el atraso ya es evidente como consecuencia de la inflación real, a su vez consecuencia de la emisión desenfrenada. Es obvio que, a medida que pasan los días con tanto desequilibrio estructural, la coyuntura no se resuelve de manera sencilla. El tema es muy delicado y promueve en los políticos una pregunta: ¿Quién hace el ajuste? El estudio Massot & Monteverde se refirió al tema en su más reciente informe semanal:


"El gobierno evita la implementación de una devaluación significativa porque es conciente de la desconfianza generalizada del público sobre la gestión económica y que ese ajuste, al arrastrar una recomposición de precios relativos, requeriría niveles de pericia técnica hoy ausentes en el funcionariado kirchnerista. Un desdoblamiento cambiario podría resolver algunos desequilibrios y ser una forma de encubrir, parcialmente, la devaluación buscada."

CIUDAD DE BUENOS AIRES (InC.) La sobreestimación del crecimiento económico (o la reversión de una contracción  en un supuesto aumento de la actividad) que informa el INdEC es consecuencia directa de su subestimación del alza de los precios.
 
> Tal como hemos señalado desde fecha tan temprana como 2007 —cuando apenas sí había analistas o medios que denunciaran el dibujo de la inflación oficial—, la tergiversación de los indicadores de inflación se refleja necesariamente en una distorsión de la mayoría de los otros indicadores que difunde el organismo.
 
> Esas distorsiones tienen sesgo positivo para el relato: inflan la actividad, miniaturizan los registros de pobreza e indigencia, simulan incrementos reales del salario.
 
> Esta manipulación de la información pública fue notable en 2009, cuando los indicadores oficiales virtualmente negaron la crisis internacional.
 
> En cuanto al nivel de actividad, no debería extrañar que en los próximos meses se informen correcciones a la baja respecto a los datos ya difundidos.
 
> La realidad es que hoy el PBI no crece o lo hace muy poco y que nos encontramos en un claro cuadro de estanflación.
 
> En 2012, la Inversión Bruta Interna Fija cayó en torno a 7%, y este año habría una disminución adicional de al menos 4%.
 
> Las razones del enfriamiento económico cubren un amplio abanico que va desde aspectos estructurales —como el continuo cambio de reglas de juego, la degradación de los derechos de propiedad y el clima de negocios enrarecido— hasta aquellos puntuales —como el cepo cambiario, las trabas a las importaciones o las restricciones a las transferencias al exterior.
 
> El atraso creciente del tipo de cambio —si bien el ritmo de devaluación aumentó, la tasa de inflación aceleró más— ha provocado un importante deterioro competitivo para las industrias exportadoras.
 
> Por otro lado, las monedas de nuestros principales socios comerciales se depreciaron en mayor medida que el peso.
 
> Si algo faltaba, la notable caída de los commodities anticipa un 2014 sin viento de afuera soplando a favor de la actividad interna y extremadamente delicado en el plano cambiario.
 
> Tal como hemos sostenido desde principios del año 2011, la caja de dólares y el tipo de cambio seguirán constituyendo las aflicciones centrales de la economía hasta el último día de gestión K.
 
> Tan sólo por la caída de valor de la cosecha y del pago del cupón PBI, habrá el año próximo US$ 11.000 millones menos que los que se contaban hasta hace un par de meses.
 
> Para enfrentar este problema, el oficialismo no cuenta con otras ideas que no giren en torno a más restricciones e intervenciones al mercado.
 
> Pero esas trabas y controles no serán suficientes para resguardar la caja de un quebranto si se mantiene el atraso cambiario.
 
> Peor aun, todo hace pensar que se agravará.
 
> El gobierno hoy tiene poco margen para introducir modificaciones sustantivas al modelo económico que no demanden su íntegra reformulación.
 
> Tal como no se piensa aplacar el desborde del gasto gubernamental y se descuenta que no se podrá acceder al mercado financiero internacional por un buen tiempo, el gobierno seguirá financiándose con emisión monetaria, generando más presión inflacionaria y, consiguientemente, más atraso cambiario.
 
Las trabas y controles, la presión tributaria, el atraso cambiario y la pérdida de mercados externos seguirán deprimiendo la actividad económica.
 
> El gobierno evita la implementación de una devaluación significativa porque es conciente de la desconfianza generalizada del público sobre la gestión económica y que ese ajuste, al arrastrar una recomposición de precios relativos, requeriría niveles de pericia técnica hoy ausentes en el funcionariado kirchnerista.
 
Un desdoblamiento cambiario podría resolver algunos desequilibrios y ser una forma deencubrir, parcialmente, la devaluación buscada.
 
> Resumiendo: por ahora, entonces, sólo se puede prever un endurecimiento del cepo cambiario, del control del comercio exterior y del flujo de capitales; pasado octubre podría añadirse un desdoblamiento cambiario que aliviase la grave presión a la se encuentra sometida la caja de divisas.

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