Calles caóticas: los ciclistas, tan infractores como cualquier conductor


Un estudio indica que el 92% no respeta la prioridad peatonal, el 71% no para con luz roja y el 19% va en contramano. Es porque falta educación vial y las bicis no están alcanzadas por los controles.



No respetan la prioridad del peatón. Pasan semáforos en rojo. Hacen maniobras peligrosas. ¿Taxistas? ¿Colectiveros? ¿Automovilistas particulares? No, ciclistas. Sobre sus bicis, ellos reproducen los mismos vicios que el resto de los actores del tránsito. Algunos especialistas en seguridad vial afirman que es porque desconocen el riesgo que corren. Y otros opinan que su actitud forma parte de la idiosincracia del porteño, poco afecto a respetar las normas.
Los ciclistas conducen lo que está consideradoun vehículo y están alcanzados por los mismos derechos y obligaciones que el resto de los conductores y, también, por algunas normas específicas (ver Lo que dice...). Pero la mayoría cree que las reglas no se hicieron para ellos. Entre enero y febrero, la Asociación Luchemos por la Vida observó a 1.564 ciclistas. El 92% no respetaba la prioridad peatonal, el 71% no paraba en los semáforos en rojo y el 19% iba en contramano. El 82% no usaba casco, el 87% no tenía luces en sus bicicletas y el 61% carecía de reflectantes. Mientras, el 98% no anticipaba sus maniobras con los brazos, algo que no es obligatorio pero sí recomendable.
Todo esto se da en medio del impulso de la bicicleta por parte de la gestión macrista. La red de ciclovías tiene 100 kilómetros, hay 28 estaciones de bicing que prestan 1.000 rodados, y el Ejecutivo llamó a licitación para que una empresa privada extienda el sistema a 200 estaciones y 3.000 bicis.
La bicicleta es un medio de transporte saludable y que no contamina, pero el problema es que los ciclistas resultan ser tan descuidados como los automovilistas o los peatones. Una recorrida por Buenos Aires revela conductas peligrosas. Van en zigzag por las avenidas; circulan por el medio de la calzada, y esquivan a los vehículos que se les vienen encima para pasar un semáforo en rojo. Otros pedalean conauriculares o hablando por teléfono. En Luchemos por la Vida atribuyen este desapego a las reglas a tres factores: la falta deeducación vial, de controles y de infraestructura adecuada, porque aún no hay ciclovías en toda la Ciudad.
“El ciclista es un transgresor permanente, como lo somos los argentinos –afirma Alberto Silveira, titular de la Asociación–. Creemos que las normas son para los demás y que no tienen sentido. Y como nadie controla o sanciona, se crea un ámbito de impunidad. En el caso de los ciclistas, como no sienten que están conduciendo un vehículo, creen que no están obligados a cumplir las normas. Pero tienen que respetarlas igual que todos los conductores”. Silveira opina que el fomento de la bici debería ir acompañado de una campaña de seguridad vial.
Mientras, para ordenar la circulación, la Subsecretaría de Tránsito porte porteña publicó un “Manual del ciclista” enmejorenbici.buenosaires.gob.ar, que incluye consejos para circular en forma segura.
El presidente de la Asociación de Ciclistas Urbanos (ACU), Néstor Sebastián, sugiere: “La cultura de no respetar las normas se cambia tomando conciencia de los riesgos que se corren. Es notoria la falta de conocimiento de esos riesgos, así como también la falta de solidaridad y de respeto. Y los ciclistas no somos la excepción. Si todos tuviéramos noción del peligro que significa ir de contramano, por ejemplo, nadie lo haría. También hay una falta de dominio de destrezas básicas.
La gente no sabe frenar la bicicleta o ir despacio. En los ciclistas también se ve una especie de revancha. Hay una acción del Gobierno a favor de la bici y una sensación de que ahora nos toca a nosotros. Sin embargo, el Gobierno porteño habilitó más estacionamientos sobre la izquierda que kilómetros de ciclovías”.
“Es difícil tener buenos comportamientos en algunos roles y malos en otros: se es tan mal peatón como mal conductor de una bici o de un auto –sostiene Eduardo Bertotti, del Instituto de Seguridad Vial (ISEV)–. Esto pasa por la cultura que tenemos de la seguridad vial. No percibimos el riesgo, por eso como peatones cruzamos por mitad de cuadra o como ciclistas no respetamos el semáforo. Para cambiar esto hay que educar a las generaciones futuras y controlar a los adultos. Y en esto fallan todos los políticos de turno, porque nadie quiere asumir el costo político de implementar controles”.
Desde la ONG 1 Auto Menos, Diego Worlicek dice que cada vez que alguien elige la bici, las calles se liberan de un auto. “Prefiero la bici, pero también manejo un auto o soy peatón, según lo que me conviene en cada momento. Sobre el auto, sé lo vulnerable que sos en una bici. Y como peatón me molesta que no me dejen cruzar la calle, así que cuando voy en auto o bici, respeto la prioridad. Hay malos ciclistas, como malos peatones o automovilistas, pero creo que nosotros estamos más predispuestos a aprender. Hoy tenemos la oportunidad de ganar un espacio en el tránsito. Eduquemos con el ejemplo: dejemos cruzar al peatón para que los automovilistas nos respeten. Aprendamos a coexistir”.

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