"El problema es que la Argentina se vuelva irrelevante para Brasil"

Brasil ha crecido mucho más que la Argentina y las distancias parecen ya insalvables. El tema mereció un debate en el Coloquio de IDEA, y hubo una advertencia de Juan Gabriel Tokatlian, profesor de la Universidad Di Tella: "El gran peligro es que la Argentina se vuelva irrelevante para Brasil. Depende de la Argentina hacer el esfuerzo para que eso no ocurra".

| 15/10/2010 | 17:44


MAR DE PLATA (Urgente24).Buenas exposiciones sobre el presente de Brasil, el mayor socio comercial de la Argentina. Visiones muy interesantes brindaron José Botafogo Gonçalves (ex embajador brasileño en la Argentina y presidente del consejo curador del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales), y Juan Gabriel Tokatlian, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad TorcuatoDi Tella.

> Comencemos con Botafogo Gonçalves:

• Desde hace tres décadas existen en Brasil factores estructurales que limitan el margen de maniobra de los nuevos Presidentes. Por eso no se pueden esperar grandes cambios, gane Dilma (Rousseff) o (José) Serra, ya que cada uno debe negociar además con coaliciones políticas.

• El primer factor condicionante es la inflación. La sociedad brasileña está convencida de que es un enorme perjuicio para sus ingresos y los políticos saben que la forma de perder una elección es permitir la vuelta de la inflación. En este sentido, Lula fue más ortodoxo que Fernando Enrique Cardoso.

• Otro factor inamovible es la lucha contra la pobreza extrema, donde se han logrado importantes avances.

• Y un tercero es que los dos anteriores no se lograrán sin una permanente expansión del comercio exterior, área en la que Lula también superó los récords de FHC: las exportaciones pasaron de 60/70.000 millones de dólares a 160/170.000 millones en menos de diez años.

• En este contexto, un reciente artículo del ex ministro Antonio Delfim Neto menciona tres ideas interesantes para el futuro: la autonomía alimentaria; la autonomía energética y la autonomía militar. Brasil y la Argentina podrían desarrollar juntos una política para alcanzar estas autonomías a nivel global.

• Otra área de absoluta prioridad para Brasil son los proyectos de inversión en infraestructura física y logística en áreas (rutas, puertos, ferrocarriles y energía), que están al límite de saturación. El próximo gobierno no tiene alternativa y debería permitir una mayor inversión privada en estos sectores, donde la Argentina podría también jugar un papel importante.

• Si definimos la integración regional como aceptación de políticas comunes convergentes, la conclusión es que ni en la Argentina ni en Brasil se les ha dado prioridad. Quizás con excepción de la última cumbre de San Juan, el Mercosur se encuentra en estado de parálisis.

• Si las cosas siguen así, las relaciones bilaterales serán muy amables pero seguirán basadas en un régimen administrado del proteccionismo arancelario. Esto no facilita una mayor participación conjunta de empresas de ambos países en el mercado internacional.

• Dilma y Serra son muy parecidos en este terreno: están convencidos en que el rol del Estado debe ser muy activo tanto en políticas internas como internacionales.

• La única diferencia es que Serra prefiere un Estado “inductor” y Dilma un Estado “productor”, con más empresas estatales. Pero ambos son desarrollistas y procurarán que el PBI crezca más que en la última década, con mayor intervencionismo estatal.

• El discurso puede ser integracionista, pero se trata de una suma de políticas bilaterales; es difícil que se alcance el salto cualitativo que signifique pasar a políticas comunes.

• Hoy el comercio bilateral está más diversificado. También hay una creciente inversión de Brasil en la Argentina, lo cual es un proceso inexorable. Con Dilma las relaciones se van a intensificar; la duda es si se va a pasar de las concesiones recíprocas a objetivos más ambiciosos.

> Ahora, Tokatlian:

• Brasil ambiciona un mayor poder como potencia emergente, a diferencia de los fracasos de la Argentina y México para ingresar al “Primer mundo” en la década del ’90 que, al confiar excesivamente en el mercado, terminaron más cerca del “cuarto mundo”.

• Brasil nunca quiso pertenecer al primer mundo sino ser una potencia del Sur y dentro de esta estrategia le asignó mucha importancia al Estado.

• Venezuela aspira a un objetivo similar pero, a diferencia de Brasil, con una economía deteriorada e instituciones débiles.

• Estas trayectorias indican que el mayor o menor poder de los países emergentes no se apoya en su sistema de alianzas externas, sino que la mejor política exterior es una buena política interna.

• El problema tampoco es la ideología. La Argentina, México y Venezuela han sido el prototipo del dogmatismo, a diferencia del pragmatismo de Brasil en los últimos 20 años.

• A mi modo de ver, Brasil enfrenta tres grandes desafíos: 1)en el plano interno, la enorme brecha de desigualdad; 2) un notable nivel de crimen organizado, que debe resolver si aspira a convertirse en potencia y 3) en política externa, su bajo nivel de efectividad diplomática, en contraste con su alta visibilidad en foros internacionales.

• Con respecto a la relación con la Argentina, nunca fuimos enemigos; supimos ser rivales y ya no lo somos, pero todavía no logramos forjar una cultura de amistad.

• El riesgo que tiene la Argentina es volverse irrelevante para Brasil. El esfuerzo lo va a tener que hacer la Argentina. La buena noticia es que nuestro país dejó de declinar en los últimos 8 años.

• Los acuerdos del año ’85, que dieron lugar al Mercosur, fueron importantes pero deben ser superados. La Argentina debe avanzar en campos específicos como el nuclear, donde tiene importancia para sentarse a una mesa con Brasil, al igual que en el terreno satelital y espacial.

• Antes de buscar consensos, lo importante es identificar los disensos para luego llegar a acuerdos.

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