Alarma: Por la estanflación cae la recaudación sobre cheques y venta de naftas

La recaudación empieza a reflejar lo que ocurre en la economía real: un proceso de estanflación, advirtió la consultora Economía & Regiones. El consumo, el empleo y el nivel de actividad empiezan a enfriarse y a caer en forma heterogénea; mientras que la inflación se acelera sucesivamente. Un dato a resaltar es la caída del 10% y del 40% en la recaudación de impuestos a los combustibles (naftas y gas oil, entre otros) en términos nominales y reales respectivamente. Y volvieron a perder fuerza los recursos de la Seguridad Social, por previsibles complicaciones en el mercado de trabajo.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Economía & Regiones). La recaudación nacional cerró el cuarto mes del año con un crecimiento del 37.1%, 
recuperando parte del dinamismo perdido en febrero y marzo. El monto ingresado fue de  $92.737 millones, lo cual establece un nuevo récord (en valores corrientes), superando el anterior registro de enero de 2014 ($90.307 millones). 
 
Sin embargo, el comportamiento de la recaudación en términos reales (ajustado por inflación) fue negativo. En abril 2014 se observó un deterioro del poder adquisitivo de la recaudación del gobierno nacional dado que se incrementó menos que el nivel general de precios medido a través del Índice del Congreso Nacional (+39.2%). 
 
Es decir, la recaudación medida en términos reales cayó -1.9%, o lo que es lo mismo, con la recaudación de abril 2014 el EstadoNacional puede comprar un -1.9% de bienes y servicios menos que lo que compraba en abril 2013. 
 
En este sentido, la merma real de la recaudación estaría reflejando el aminoramiento del nivel de actividad, que según distintas mediciones -oficiales y privadas- también habría caído en los primeros meses del año. 
 
A modo de ejemplo, entre marzo ’14 y el mismo mes del año anterior, la producción industrial (según la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas) se redujo un 10%, la construcción (medida a través de los despachos de Cemento) cayó un 3% y la venta el supermercados y centros de compra mermaron un 2% y 6% respectivamente. 
 
A su vez, el ISAE (que elabora la propia Economía y Regiones, y que agrupa la dinámica de actividad de varios sectores productivos) mostró una retracción del 1% interanual en marzo de 2014.
 
El Impuesto al Valor Agregado (IVA) presentó una suba del 47%, casi 10 puntos por arriba del promedio del 1er. Trimestre, y constituyéndose como el mayor crecimiento desde abril de 2008. 
 
Dicha suba fue impulsada por el IVA DGI (interno), que presentó una expansión del 52%, alimentada por el crecimiento del nivel de precios y por unos 10.000 nuevos inscriptos entre marzo y abril. 
 
No obstante, se destaca al medir la recaudación de IVA en términos reales y sin la estacionalidad del 2do. Trimestre, un marcado estancamiento y un avance de la heterogeneidad de los sub-tributos que conforman la recaudación agregada de IVA interno. 
 
En concreto, el IVA de algunas actividades como comercio por mayor y menor (40%) y la intermediación financiera (35%) muestran aumentos por debajo del agregado (47%). 
 
En otro sentido, el impuesto a los Créditos y Débitos Bancarios presentó una suba del 41% impulsado por los préstamos que por los depósitos, bordeando los $5.700 millones y dejando en evidencia el marcado aumento de la inflación. 
 
En este sentido, el impuesto al cheque suele ser muy sensible al nivel de actividad y sobre todo a la demanda de dinero. 
 
De modo que no debería sorprender la sucesiva desaceleración de los últimos meses dado el actual contexto de caída en la demanda de pesos. 
 
En efecto, las series medidas en términos reales y desestacionalizadas muestran que tanto los depósitos privados como la recaudación del 
impuesto al cheque se contraen sucesivamente desde noviembre de 2013.
 
Peor aún, el cepo cambiario ha funcionado como “sostén artificial” de la demanda de pesos en general y de la demanda de depósitos bancarios del sector privado en particular. De modo que sin cepo estimamos que la demanda de pesos y la recaudación del impuesto al cheque podrían ser entre un 13% y un 15% menor. 
 
Un dato a resaltar es la caída del 10% y del 40% en la recaudación de impuestos a los combustibles (naftas y gas oil, entre otros) en términos nominales y reales respectivamente. 
 
Este fenómeno es la contracara de la contracción en su consumo, a partir del fuerte aumento de precios que acumula una suba interanual mayor al 50%. 
 
En lo que comienza a ser un dato preocupante, volvieron a perder fuerza los recursos de la Seguridad Social, que junto a la obvia consecuencia en términos fiscales (concentra un 25% de la recaudación), podría estar reflejando complicaciones en el mercado de trabajo, ya sea por una caída del poder adquisitivo del ingreso de los trabajadores, por una mayor morosidad en el ingreso de los aportes, por la reducción en la cantidad de horas extras e incluso la pérdida de puestos de trabajo. 
 
En efecto, la medición de la recaudación de los tributos a la seguridad social deflactada por la inflación del Congreso e incluso por el índice de salarios oficial (CVS) muestra claramente una caída en términos reales. Esto indica que efectivamente un recrudecimiento del mercado laboral desde julio de 2013. 
 
No es casualidad que para frenar las complicaciones del mercado laboral y evitar más reducciones de las horas trabajas (menos empleo u horas extra), el PEN firmó una iniciativa (ya aprobada por el Senado) que propone una reducción permanente del 50% de las contribuciones patronales para todos los trabajadores, actuales y nuevos, para empresas que emplean hasta 5 personas, y se extiende a 7 empleados para quienes aumenten la nómina 
en forma permanente. 
 
En contraposición, en el mes de abril se cerraron las paritarias de gremios relevantes (UOCRA, entre otros), lo cual podría verse reflejado en una mejora de la recaudación desde mayo junto con un marginal y pasajero repunto del consumo privado. 
 
En síntesis, la recaudación empieza a reflejar lo que ocurre en la esfera real de nuestra economía que estaría entrando en un proceso de estanflación: el consumo, el empleo y el nivel de actividad empiezan a enfriarse y a caer en forma heterogénea (no todos los sectores y actividades responden de la misma forma); mientras que la inflación se acelera sucesivamente.

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