La difícil misión de ratificar 'el modelo', con Néstor ausente

La Presidente la Nación habló tras el deceso de su esposo -multifacético hombre fuerte del gobierno- y ratificó el rumbo. La tarea a continuar no será para nada fácil por más que se quiera señalar que nada ha de cambiar. Ocurre que el protagonista de la historia que lleva 7 años en la Rosada ya no estará más. Eso vuelve incierto el destino aunque se pretenda afirmar lo contrario.

JORGE HÉCTOR SANTOS | 01/11/2010 | 22:09


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Nadie es irremplazable pero hay organizaciones montadas sobre la base de la existencia de un todopoderoso, acompañado por un conjunto de colaboradores que se limitan a acatar las decisiones del 'boss'.

Era el comportamiento del Ejecutivo Nacional, a partir de Néstor Kirchner, con una esposa que interpretó las decisiones de su marido (Cristina Fernández) y un gabinete de ministros seleccionados (por él) para que acepten las indicaciones del sumo presidente. Todo eso ya no existe. Se volatilizó.

Al previsible considerando que Néstor Kirchner se autoimpuso, con el consentimiento del resto, devenir en pieza única, sin copia y sin sucesores.

La Presidente dijo que nada cambiará como muestra de fidelidad a la memoria de su esposo; pero ese esposo tan importante en la ingeniería del poder no está más.

La cuestión es si quienes secundaban a Néstor Kirchner serán capaces de ejecutar lo que pudieron asimilar del difunto, y si coinciden o se pelean, como casi todos los humanos, por acaparar una porción mayor de un gobierno muy particular como el que acaba de fenecer y el que alumbra de aquí en más.

Cristina Fernández, viuda de Kirchner, se exhibió previsiblemente emocionada y por eso el discurso estuvo grabado antes de su emisión, evitando sorpresas no deseadas.

Grabado pudo controlarse la fragilidad personal a demostrar en estas circunstancias cuando la fortalez de la Presidente es una obsesión a demostrar, de parte del Frente para la Victoria.

El discurso de Cristina no incluyò a todos los argentinos. Les agradeció a quienes concurrieron a la Casa Rosada a hacer fila frente al féretro que ahora yace en Río Gallegos. Ella les habló a los jóvenes (que no son solamente los de La Cámpora, habría que aclararle) para diseñar un futuro donde pareciera que todos ellos están con Cristina (No olvidar el gran acto se armó en el Luna Park apenas salido Néstor Kirchner de la 2da. intervención en 1 año en la Clínica Los Arcos.

La Presidente se dirigió a la totalidad de los argentinos, haciendo alusión al Censo, sólo para decirles que ratifica "el rumbo".

"El rumbo" supone seguir enemistada con casi todos.

Ya dio muestra de ello cuando en el velatorio con absoluta necedad abrazó a Diego Maradona o a Marcelo Tinelli pero no quiso saludar a los ministros de la Corte Suprema de Justicia ni al senador nacional Ernesto Sanz (presidente del Comité Nacional de la UCR) ni Julio Cobos ni a Eduardo Duhalde.

El rumbo significa más de lo mismo que ocurría e irritaba a una muchos argentinos al desconocer su esposo (y ella) la inflación, la miseria, el trabajo en negro, la inseguridad, el hambre y tantos otros flagelos cotidianos.

No es tiempo, dicen algunos, para ese tipo de análisis por el dolor de una mujer muy golpeada hace pocas horas.

Sin embargo, el tiempo, que todo lo lleva a su justa medida (y armoniosamente), permite avizorar que, si bien no se anuncia cambio alguno en las palabras expresadas por Cristina, nadie puede asegurar que aún queriendo ella que todo siga igual, eso ocurrirá.

Existe una realidad que altera -y mucho- ese objetivo: el personaje de la historia de los últimos 7 años ya no está y no hay reemplazante. Un detalle ciertamente interesante.

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