El Papa, en una España casi laica, pide mantener sus raíces religiosas

El aborto fue legalizado en España bajo unos supuestos limitados en 1985, pero este año el gobierno de Zapatero aprobó que las mujeres puedan abortar libremente en las primeras 14 semanas de gestación. En el 2do. viaje del Papa a España, el tema regresó a escena, junto al matrimonio homosexual.

| 06/11/2010 | 12:13


SANTIAGO DE COMPOSTELA (Reuters) - El papa Benedicto XVI, al comienzo de una 'visita relámpago' a una España -cada vez más laica-, instó a Europa a que no permita que el materialismo oscurezca su rica herencia espiritual, además de lanzar un revés indirecto a la ley del aborto.

El Papa, que comenzó su viaje de 32 horas en Santiago de Compostela, una importante ruta de peregrinaje cristiano desde tiempos medievales, arremetió indirectamente contra la ley del aborto en España.

"También yo quisiera invitar a España y a Europa a edificar su presente y a proyectar su futuro desde la verdad auténtica del hombre", dijo el Pontífice, que habló en castellano y gallego.

Benedicto XVI, en el que es su 2do. viaje a España desde su elección en 2006, fue recibido en el aeropuerto compostelano de Lavacolla por los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, entre una espesa niebla.

Posteriormente, se reunió también con el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba.

La poderosa Iglesia católica española, cuya imagen se vio reforzada por su relación cercana con Francisco Franco durante sus casi 40 años de dictadura, ha chocado con el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero por los derechos de los homosexuales y el aborto.

El Papa dijo que la libertad tenía que basarse en la "justicia para todos, comenzando con los más pobres y desvalidos", en una clara referencia al aborto.

El aborto fue legalizado en España bajo unos supuestos limitados en 1985, pero este año el gobierno de Zapatero aprobó que las mujeres puedan abortar libremente en las primeras 14 semanas de gestación.

Uno de los temas principales del papado de Benedicto XVI ha sido lo que la Iglesia llama "reevangelización" de Europa, un intento para que la gente vuelva a sus raíces religiosas a pesar de vivir en sociedades altamente secularizadas.

Señaló que España y Europa deberían estar "no sólo preocupadas de las necesidades materiales de los hombres, sino también de las morales y sociales, de las espirituales y religiosas".

De los 46 millones de habitantes de España, el 76% se declaran católicos, aunque solo 15% de estos dicen acudir regularmente a la iglesia, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Uno de los mayores enfrentamientos entre el Gobierno y la Iglesia ha sido por los derechos de los homosexuales.

España se convirtió en 2005 en el tercer país del mundo en legalizar el matrimonio entre parejas del mismo sexo. La ley, promovida por Zapatero a pesar de la feroz oposición de la lglesia, permite adoptar niños a las parejas de homosexuales, algo que el Vaticano considera como un anatema.

Parejas de gays y lesbianas están planeando una concentración de besos contra la visita a Barcelona, a donde el Papa volará el sábado por la noche para la segunda parte del viaje.

Pero con España tratando de emerger de una prolongada recesión y de un paro que afecta al 20% de la población, las protestas contra el Papa se han concentrado no sólo en temas religiosos y sociales, sino también en los millones de euros gastados en seguridad y logística.

"Me parece mal, fatal, gastarse tanto dinero en un paisano que viene, da un discurso, se está una hora y se va", dijo Pedro Barral González, de 18 años y que vive en Santiago de Compostela.

En Barcelona, el Papa consagrará la iglesia de la Sagrada Familia 128 años después del comienzo de su construcción. La catedral fue diseñada por el legendario arquitecto Antoni Gaudí, cuyas obras maestras están esparcidas por Cataluña.

Desde el aeropuerto de Santiago, Benedicto XVI recorrió en el "papamóvil" a prueba de balas los kilómetros que le separaban hasta la Plaza del Obradoiro, en un recorrido en el que miles de personas quisieron darle la bienvenida ondeando las banderas blancas y amarillas del Vaticano y tras el que llegó a la catedral románica donde la tradición cristiana dice que están enterrados los restos del apóstol Santiago.

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