Con los despidos en auge, diseñan el próximo paro nacional tras el Mundial

La próxima semana los líderes cegetistas y opositores, Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, se reunirán para definir la fecha del próximo paro nacional. Dicen que lo harán en agosto, ya pasado el Mundial. Mientras, buscarán dejar claras las consignas para lograr una adhesión genuina por parte de todos los sectores de la sociedad.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) La central opositora diseña una medida para que el Gobierno de Cristina Fernández atienda al menos alguno de sus reclamos. Transcurrida ya la primera mitad de 2014, aún no atendió ninguno de sus reclamos sociales ni económicos.
De ahí que, cuando la semana que viene se reúnan las cabezas del bloque conformado por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, además de definir una fecha, procurarán afinar la puntería con la argumentación que presentará el llamado a la segunda huelga general contra Cristina.
El desafío está claro: acertar con un mensaje claro, directo y unívoco; que se traduzca en adhesiones genuinas de la sociedad hacia esta nueva medida de fuerza; buscando reducir al máximo el número de personas que repudian sentirse rehenes de situaciones extremas, como cuando no hay transporte para llegar a los trabajos.
"Por eso, no podemos salir solamente a reclamar por una actualización del mínimo no imponible de Ganancias, cuando hay una masa enorme de trabajadores que está muy lejos de ganar 15 mil pesos por mes y millones de jubilados en la miseria", aseguran.
En cualquier caso, la dupla Moyano-Barrionuevo tomará los recaudos para que en el país no se vuelva a mover un alfiler, como ocurrió en abril, con la huelga anterior. Así, volverán a encomendarse para contar con el acompañamiento –aunque es un hecho- de los conductores de locomotoras de Omar Maturano (La Fraternidad) y los colectiveros de Roberto Fernández; que demostraron ser clave en la uniformidad que tuvo el transporte durante el paro de abril.
El jefe de la UTA dio renovadas muestras de su distanciamiento de la administración K, al recomendarle públicamente al vicepresidente Boudou que renuncie a su cargo. "Si fuera yo, haría eso", sentenció por su cuenta el colectivero.
Otro que volverá a ponerle el hombro a la protesta, en nombre de la unidad en acción, es el estatal Pablo Micheli, primera espada de la CTA anti K. También anticipó sus ganas de subirse a este tren el ruralista Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria Argentina: "¿Cómo no vamos a estar a la par de los obreros si es nuestro mercado interno? A ellos les vendemos el azúcar, la carne... Si a los laburantes les va mal, a nosotros también", sostiene.
También preocupa en la CGT opositora, el tema de los piquetes. No quieren que ese recurso de protesta vuelva a desvirtuar el acatamiento de un paro. Pero ante todo reniegan de cualquier metodología que ponga a sindicalistas de izquierda en un lugar protagónico; una postura que en nada los diferencia en rigor con los gremios industriales de la CGT oficialista de Caló, siempre con los índices preparados para apuntar a la izquierda como causa de todos los males.
Mientras continúan, pero por razones estrictamente económicas, los despidos y suspensiones en las respectivas jurisdicciones de metalúrgicos y mecánicos. El caso más sonado, esta semana que se va, fue el de la autopartista Lear en la localidad de General Pacheco.
Denunciaron allí que hubo despidos (no está claro cuántos) y unos 300 operarios suspendidos por un mes sin remuneración. La falta de respuestas de la patronal devino en la instalación de una carpa de los trabajadores en Callao al 100, exigiendo la intervención del Ministerio de Trabajo. Otro caso abierto para la cartera de Carlos Tomada.
Lo cierto, a esta altura, es que el plan del Gobierno para alentar la compra de automóviles, no se tradujo en alivio para la situación de los trabajadores.
Tampoco están exentos de conflictos gremios de la central opositora, como los trabajadores petroleros y del gas que lidera el también senador neuquino Guillermo Pereyra, formal número dos de la central del camionero. Hoy están yendo al paro, y se prevé que afectará fuertemente la producción del sector en Neuquén. La medida de fuerza fue la respuesta inmediata a la confirmación de 100 despidos en la Refinería Petrolera Argentina de Plaza Huincul.
"Galuccio se maneja en YPF como un ceo, con total discrecionalidad. Pero dejando a un lado el tema comercial, lo que no vamos a dejar pasar es que se metan con los trabajadores", dijo Pereyra, consciente de que podrían engrosarse dramáticamente la lista de operarios cesanteados.
Pero ni el empeoramiento del tema conflictividad laboral bastó para un acercamiento maduro entre los representantes sindicales que asistieron a la Semana Social que organizó la Pastoral Social en Mar del Plata el fin de semana pasada.
El sindicalismo sabía de antemano que no sería ése el tiempo de la reconciliación que precediera a la unidad. Pero al menos esperaban mostrar una imagen de mayor homogeneidad. Al final lo único que quedó es una foto de Moyano y Caló haciendo unas morisquetas.

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