"La Doctora no va a descansar hasta ver a Magnetto preso"

Cristina Fernández de Kirchner no asume que su Administración es un desastre, sin ideas interesantes y rodeada por un conjunto de ignorantes en cuanto a la gestión del Estado, sólo interesados en enriquecerse como ella, tal como les enseñó a todos Néstor Kirchner, según parece. Ella cree que todo es un invento mediático, y sigue obsesionada conque si frena a Clarín, concluyen sus angustias:



CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Vía la Comisión Nacional de Valores, Cristina Fernández de Kirchner quiere avanzar sobre Grupo Clarín. Ella cree que así puede liquidar el pleito pendiente por la Ley de Servicios Audiovisuales de Comunicación. Por las dudas, y en forma simultánea, intenta avanzar otra vez contra Papel Prensa.
 
 
"(...) los laboratorios del poder donde se traman operaciones y se imaginan nuevos enemigos las 24 horas al día, que un gobierno jaqueado como el de Cristina Fernández, que no logra remontar en las encuestas de imagen y que tiene un serio problema para salir airoso en las elecciones legislativas de octubre, renueva frentes y abre otros, "todos los frentes abiertos, así funcionamos", lo reconoce sin tapujos un confidente gubernamental. Por eso doblan la apuesta, aunque el famoso relato haya empezado a hacer agua por los cuatro costados. Lejos de ir a la defensiva, un gobierno jaqueado por durísimas denuncias de corrupción casi generalizada, que sólo en la provincia de Buenos Aires y según las últimas encuestas experimenta el rechazo de más del sesenta por ciento de los ciudadanos, otra vez avisa que va por todo. Y por más, como surgiría de interpretar aquella arenga de De Pedro, que no sería otra cosa que forzar por donde sea y sin sonrojarse alguna interpretación no contemplada en la Constitución ni en ninguna ley inferior para conseguirle a la presidenta el paso a la re-reelección que no avala ningún texto legal.
 
Por eso aquel envalentonamiento de los voceros habituales sobre la decisión de mantener todos los frentes de batalla activados. El gobierno tiene hoy al menos tres de esos frentes marcados en rojo: la embestida contra la Justicia para convertirla en un apéndice de los caprichos y berrinches de la presidenta; la escabrosa decisión de convertir al Estado en un lavador de dólares ilegales provenientes de la trata de personas, del narcotráfico o de la corrupción de sus funcionarios y socios empresarios o comerciales, y ahora la renovada marcha manu militari para quedarse con el control de Papel Prensa, lo que en la práctica equivaldría, si prospera el proyecto de Carlos Kunkel y Diana Conti, a resolver en el futuro en el despacho de Carlos Zannini cuánto papel de diario se les concede a los medios amigos, y cuánto a los que, pese a todo, persistan en mantenerse al margen de la bajada de línea que sale todas las mañanas hacia las redacciones oficiales del despacho del Jefe de Gabinete, Juan Manuel Medina
 
No hay que hacer un ejercicio de imaginación para imaginar el final de esa historia: un diario "enemigo", por caso, podría verse obligado a salir a la calle con ediciones de seis o siete páginas, como ya ocurrió en 1951 cuando el gobierno de Juan Perón impuso insostenibles gravámenes a la importación de ese insumo para doblegar a la prensa opositora de aquel entonces. El que no tenga papel que le provea el gobierno mediante su manejo del 51 por ciento de las acciones de Papel Prensa, no podrá importarlo por las groseras trabas que impone e impondrá Guillermo "Patota" Moreno. O tendrá que cerrar, que es el plan de máxima que anida en encumbrados despachos de la Casa Rosada.
 
El siguiente zarpazo que se planea en el gobierno mediante la aplicación de un artículo de la ley del mercado de capitales sancionada el año pasado, que faculta a la Comisión Nacional de Valores a nombrar un interventor por el lapso de seis meses en las empresas que cotizan en Bolsa, le permitiría al cristinismo meter un comisario en el corazón de la conducción del diario "Clarín" . Tiene que ver con aquella premisa de redoblar las batallas en todos los frentes para doblegar enemigos o para tapar con espejos de colores el tremendo desaguisado de un gobierno grotesco y bananero a la hora de gestionar la economía. Pero también con una recurrente obsesión de Cristina Fernández, reforzada por estos días y puesta en blanco por uno de los que vociferó aquella noche en la reunión de Hurlingham donde se avisó que planean quedarse en el poder por derecha o por izquierda: "la doctora no va a descansar hasta ver a Magnetto preso", dijo uno de los líderes de Unidos y Organizados. (...)".
 
 
En tanto, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) advirtió que el proyecto oficial para la expropiación y toma de control por parte del Estado de la empresa Papel Prensa es un"nuevo y grave retroceso" para la libertad de expresión en la Argentina.
 
Lo hizo en un comunicado en el que señaló que de esa forma el país se "acerca" al grupo de"Estados totalitarios".
 
También calificó como "preocupante" la política del kirchnerismo de "ir por todo", incluidos "otros actores privados, como la prensa".
 
El organismo se refirió a la decisión del Gobierno de "controlar el papel destinado a la prensa para fijar su precio, producción, comercialización y distribución", tras el proyecto de ley que diputados kirchneristas presentaron para expropiar acciones de los socios privados de la empresa, los diarios Clarín y La Nación, y hacerse del manejo mayoritario de la compañía, "bajo la excusa de que se trata de un bien «de utilidad pública y sujeto a expropiación»".
 
"Si la ley resulta aprobada, Papel Prensa -responsable por el 75% de papel para diarios que se produce en la Argentina; el 25% restante es importado- quedaría bajo el control del gobierno de la presidenta Fernández de Kirchner", señaló la SIP.
 
Y agregó: "Esa sola posibilidad aleja cada vez más a la Argentina de la familia de las democracias republicanas y acerca al país a los Estados totalitarios".
 
Al respecto, el titular de la Comisión de Libertad de Expresión e Información de la SIP, Claudio Paolillo, señaló que "cuando el Estado, en cualquier país, controla el insumo básico de la prensa para que los periódicos puedan circular y difundir sus informaciones y opiniones, el riesgo de que se cometan arbitrariedades en función de las líneas editoriales de los medios y periodistas aumenta exponencialmente".
 
Paolillo agregó que "en el caso argentino, esto constituye un nuevo y grave retroceso para la libertad de expresión en el país, que desde la llegada al poder del kirchnerismo en 2003 viene afectándose sin solución de continuidad".

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