Cómo funcionan y por qué erran las encuestadoras K

Por Mariano Confalonieri


Hay bronca en el Gobierno nacional con el pelotón de encuestadores que contrató para saber el futuro de las elecciones porteñas. Erraron con el escenario, y en algunos casos, por mucha diferencia. Subestimaron el voto de Mauricio Macri y sobreestimaron el de Daniel Filmus. Incluso en los últimos sondeos, donde se supone que los indecisos se reducen casi a cero, se volvieron a equivocar.





El que marcó el panorama más erróneo fue Artemio López, de la consultora Equis. Pocos días antes de la primera vuelta pronosticó el 35,7 por ciento para el PRO y el 30,8% para el kirchnerismo. La diferencia real estuvo muy lejos de la ventaja virtual: el partido de Macri venció por casi 20 puntos al de Filmus, y obtuvo más votos que en 2007, pese a haber gobernado durante cuatro años. Artemio ya había dado la nota en la precampaña de candidatos K, marcando una diferencia mínima entre Boudou y Filmus, para posicionarlo de cara a la decisión de Cristina Kirchner. Aresco, de Julio Aurelio, llegó a otorgarle 35,3 por ciento al postulante del Frente para la Victoria, con 6,2 puntos de desventaja en relación con su contrincante.
Diferente fue la performance de las encuestadoras que no trabajan para el Gobierno, como Poliarquía, Management & Fit, Ipsos Mora y Araujo y Giacobbe y Asociados.
¿Para qué sirven, entonces, las encuestas? “Sirven para propaganda, para inflar escenarios, pero no arrojan ni se acercan a la realidad”, explicó un funcionario del Gobierno. Y agregó: “Por eso ahora no se fían más de esos sondeos y buscan números reales en consultoras ajenas al oficialismo”. Eso ocurrió ahora. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner quiere saber bien qué números tiene Filmus para la segunda vuelta, para evitar una paliza que parece inevitable (ver página 7).
Para el Gobierno trabajan, además de López, Doris Capurro (Ibarómetro), Carlos Fara (Fara y Asociados), Analía del Franco (Analogías), Ricardo Rouvier (Rouvier y Asociados), Roberto Bacman (CEOP), y Julio Aurelio (Aresco). Analía del Franco y Artemio López suelen hacer sondeos para el ministro de Economía, Amado Boudou. A ellos se suma, a veces, Carlos Fara. Pero Fara también trabaja para el Ministerio de Planificación. El encuestador tiene una tarea de utilidad para el kirchnerismo: hace mediciones en los distritos de la provincia de Buenos Aires para ver qué es lo que reclama la gente. El secretario de Obras Públicas, José López, baja con esas encuestas a los distritos y define cuáles son las prioridades para las intendencias.
Ricardo Rouvier y Roberto Bacman encuestaron en esta contienda para Filmus. Rouvier le otorgó a Macri el 42,6 por ciento contra el 35,2 de Filmus. La diferencia era de poco más de 7 puntos, muy lejos de los casi 20 puntos reales. Roberto Bacman le brindó a Macri una ventaja de 7,9 por ciento con un piso de Filmus de 35,1 por ciento. Doris Capurro pronosticó que el PRO obtendría 41 puntos contra 34 del kirchnerismo. Y Aurelio también coincidió en los puntos de Macri y le otorgó uno más a Filmus. Una encuesta ronda los 50 mil pesos. Suelen encargarse semanalmente cuando se acerca una elección. En 2009, todas las encuestadoras vinculadas al Gobierno también erraron en predecir la derrota de Néstor Kirchner ante Francisco de Narváez.

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