Algo que Máximo no dijo: El modelo K es insostenible y su futuro es autodestruirse

Máximo Kirchner decidió quitar legitimidad al próximo Presidente por anticipado: "Él ganó porque mi madre no compitió". Absurdo. Cristina Fernández de Kirchner no competirá porque no pudo cambiar la Constitución Nacional, y no lo hizo porque no tenía el poder suficiente ni generó el consenso imprescindible para lograrlo. El kirchnerismo no quiere marcharse y apela a cualquier argumento para intentar permanecer pero no considera que avanza hacia su propio cataclismo porque está agotado y ya es insostenible. Precisamente de esa cuestión, tan próxima, escribió el autor del siguiente contenido:


por ALPHONSE DE LUXEMBURGO
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Con la escenificación de CFK montada con la excusa de lanzar el programa “Ahora 12”, de las 12 cuotas con tarjeta, se ha validado días pasados aquella máxima de Napoleón Bonaparte que decía que “en política, un absurdo no es un obstáculo.”Porque intentar agilizar una economía en caída recesiva con un plan a crédito es como tapar el sol con una mano. La implosión del “modelo”,  tal como se había anticipado desde estas líneas hace un año, ha comenzado.
 
Se develó allí a los dos poderes a los que se somete y teme la experiencia política que se acerca irremisiblemente a su final previsible o colapso anticipado.
 
*** Por un lado, a los medios: la “cadena del desánimo”, al influir decisivamente en las expectativas económicas, le ganó ampliamente la batalla cultural al oneroso aparato propagandístico del régimen fascistoide de CFK y, a la vez, derrotó al 54 % de votos que ella obtuvo en la ya lejana reelección de 2011 (dejando de paso a la intemperie que la rendición cotidiana de examen ante la sociedad, que es el paradigma de los medios de comunicación, ya invalidó en el presente a aquel mensaje de las urnas, según la interpretación de la Presidente y su claque prebendaria).
 
El rasgo autoritario y pre-dictatorial pudo observarse cuando CFK, tras exhibir un gráfico con la preeminencia de las noticias negativas sobre las positivas y acusar a los programas radiales de la mañana por el dominio de las primeras sobre las segundas (básicamente, Marcelo Longobardi, que captura el 50% del share), explicitó que su “modelo” para los medios de comunicación implicacontrolarlos para que sean sólo un único aparato de propaganda, difundiendo sólo las informaciones oficiales que superaron su propia censura, como fue en los regímenes nazi, fascista y comunista con Stalin. 
 
En fin, una interpretación oficialista con enfoque tiránico de lo que Rosa de Luxemburgo, la teórica crítica del marxismo, supo alguna vez definir: “La libertad de expresión es la libertad de los que no piensan como nosotros.”
 
*** Por otra parte, a los saqueos y el estallido social: como desde esta misma columna ya se advirtió hace algunas semanas, el tema había comenzado a vislumbrarse, no como un objetivo de oscuras conspiraciones (en recuerdo de la que el 20/12/2001 sectores del peronismo bonaerense le propinaron al endeble Fernando de la Rúa, que lo empujaron a la renuncia a la Presidencia) sino como una natural expresión del colapso económico al que condujo el “modelo K”, en virtud de sus propios errores y limitaciones. 
 
Limitaciones que se refieren a volver siempre al keynesianismo (estimular la demanda con intervención estatal) para que la economía vuelva a tomar confianza en sí misma y ponga otra vez en marcha la maquinaria generadora de bienestar social: está muy claro ya que esa táctica es la que termina por estimular la pauperización de la sociedad, al generar inflación cada vez más alta. 
 
El cuadro de estanflación (estancamiento con inflación) desemboca en una encrucijada sencilla: cuanto más recesión, más subsidios (impresión de billetes sin respaldo) los lleva a distribuir, reanudando hasta el paroxismo lo que ya es un círculo vicioso que sólo se corta con el colapso. Y es aquí donde aplica la ya mencionada cita de Mark Twain de la columna anterior: “Si la única herramienta que tienes es un martillo, siempre pensarás que cada problema que surge es un clavo."(Ver más abajo recuadro: “El keynesianismo ha muerto“).
 
Algunos datos indican, según versiones de las mesas de dinero del circuito financiero, que grupos organizados de personas ya han solicitado, pacíficamente, ante supermercados la provisión de alimentos porque “el sueldo no les alcanza”Las ONG que proveen comida a hogares humildes han visto crecer la demanda de ayuda. Y también asoma en el horizonte la versión que indica que la Provincia de Buenos Aires de Daniel Scioli no tendría fondos suficientes para abonar los sueldos de los empleados públicos hasta fin de año.
 
Máximo y lo irreversible
 
Sin embargo, el terreno político, fertilizado por los constantes yerros económicos del gobierno cristinista, podría convencer a algunos barones del peronismo clásico que hay parentezcos con la situación económica deteriorada del fin de la Alianza en 2001 y que insistir en las recetas oficialistas conducen, en cualquier caso, a que todos ellos pierdan cualquier elección, dejándolos en la disyuntiva, también en defensa propia, de prescindir del “modelo” de CFK que ostensiblemente los margina y elimina del poder en la próxima elección. Y así podría resurgir sí la conspiración estimulada por la clara meta de CFK de dinamitar la burocracia política del PJ. (Ver más abajo recuadro: “¿Pacto CFK-Macri“).
 
La decadencia quedó expuesta asimismo el sábado 13/09, durante el acto de La Cámpora, bajo la ingenua y apócrifa consigna de “Bancando un rumbo irreversible”, y en el que Máximo Kirchnervolvió a pedir que los opositores vuelvan a competir en las urnas con su madre si es que quieren que su experiencia concluya (desconociendo la imposibilidad de reelección, votada en 1994 por su progenitora, y eludiendo que al oficialismo no le alcanzó para reformar la Constitución en pos de otro período). 
 
Y en un alarde de la negación y la contradicción él afirmó: “Los números (de la economía) tienen que cerrar con la gente adentro, no con la gente afuera, eso lo hace cualquiera", cuando justamente la inflación, tolerada por CFK, genera la des-inclusión de los sectores más postergados, aquellos que alguna vez confiaron en la justicia social del peronismo y en la distribución generosa de subsidios a mansalva del matrimonio Kirchner (aunque eso además les aportó el famoso “clientelismo”, tan propio de los caudillos provinciales).
 
Sin duda, los números no cierran
 
Hay datos que por sí mismos son más que inquietantes en torno de la economía y que enmienda la plana de algunos economistas opositores. De acuerdo con formales cuadros estadísticos, la cantidad de vencimientos de deuda externa –sin contar la eventual “aceleración” de los hold in (los que canjearon su deuda externa antes) o sea el pedido de cancelación anticipada de toda la deuda, ni otros factores derivados del “default selectivo", y muy pronto "default general" acumulará-, entre el pasado mes de agosto y diciembre de 2015, un total efectivo de US$15.100 millones.
 
En un contexto de ausencia de financiamiento externo, por la adolescente política confrontativa internacional seguida por el gobierno argentino en torno de la fracasada negociación con los hold out o denominados “fondos buitres”, aquellos vencimientos tendrán que realizarse con las reservas del Banco Central. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el balance del ente emisor al pasado 23/08 arrojaba reservas nominales por un total de US$28.781 millones a un tipo de cambio entonces de $ 8,4245
 
Pero si a ese monto nominal se le descuentan las cuentas corrientes en otras monedas (encajes de los depósitos en dólares) y otros pasivos, las reservas líquidas ascenderían a US$16.187 millones, que apenas cubrirían los vencimientos hasta diciembre de 2015. El saldo positivo sería de apenas US$1.000 millones, equivalentes a la sexta parte del promedio mensual de las importaciones pronosticas por el INdEC para todo 2014 de US$74.000 millones.
 
En otras palabras, el país estaría quebrado (en cesación de pagos) porque o paga su deuda externa (recuérdese que otro puntal del ya fenecido “relato” era el hoy evaporado “desendeudamiento”) o atiende las importaciones que mantienen a la industria manufacturera y el sector agropecuario en funcionamiento. 
 
Si se decide no pagar la deuda externa y perder acceso al financiamiento externo, la paralización del aparato productivo será una realidad en pocos meses.
 
No obstante, como ha afirmado Miguel Ángel Boggiano, titular de la consultora Carta Financiera, la perspectiva sería aún más funesta, como consecuencia de la incertidumbre financiera reinante (en tanto el déficit fiscal sigue aumentando) y la caída internacional del precio de la soja (principal fuente de ingreso de divisas del país), si la cosecha del año próximo fuese de 50 millones de toneladas: entonces la pérdida por recaudación fiscal alcanzaría a US$2.817 millones . Por lo que las reservas líquidas, siempre en un panorama de ningún financiamiento externo, serían para todo el período de US$13.370 millones, un monto que no cubre los vencimientos de deuda externa y que equivale a muy poco más de 2 meses de importaciones.
 
El final de la experiencia K ha llegado. Y lo que queda por ver es simplemente los detalles de su colapso.
 
Ah, Prebisch!!!
 
Una anécdota más, supletoria al fin: el aferramiento de CFK y Axel Kicillof a una concepción los lleva a buscar recrear constantemente el maniqueísmo (la confrontación con oscuros intereses) y a una conspiración universal contra el país, como el ministro de Economía expresó semanas pasadas al sostener que “hay un plan para atacar la moneda argentina, para atacar a la Argentina”.
 
Tales ideas, lejos de ser nuevas, son meros vestigios de ideas que ya fracasaron antes. Esos enfoques provienen del cepalismo y Raúl Prebisch que entre 1950 y 1960 alumbraron la “teoría de la dependencia” (a su vez, influida por concepciones marxistas y la impronta de Max Weber), que asignaba el empobrecimiento de los países de la “periferia” (del 3er. Mundo, básicamente) a unadiabólica concepción capitalista de la división internacional del trabajo, que mantenía en la pobreza a esas naciones para que los países centrales pudieran disfrutar de un bienestar sin par. Esa concepción resultó descalificada con la aparición de los “Tigres Asiáticos” desde los '60, que desarrollaron ampliamente sus economías sin el presunto impedimento de los países desarrollados. 
 
Curiosamente, Prebisch le aportó algunas ideas, de tinte desarrollista, a los militares que derrocaron a Juan Perón en 1955, a la Revolución Libertadora, que generaron un gran descontento popular.
 
Dado que la CEPAL, organismo para América Latina de las Naciones Unidas que tenía sede en Santiago de Chile (había sido conducida en su esplendor por Prebisch), declinó con el advenimiento de la dictadura militar chilena de Augusto Pinochet, algunos de sus ideólogos se esparcieron por el mundo, entre los que destaca el economista egipcio neomarxista Samir Amin, quien adhirió a las consignas de la antiglobalización.
 
La nostálgica política de CFK, encallada en las ideas adolescentes seudorevolucionarias de la ciudad de La Plata done estudiaba Derecho y ahora alentada por el historiador económico Kicillof, se encamina rápidamente en la Argentina al mismo colapso que aquellas vetustas ideaciones de la fenecida “teoría de la dependencia”.
 
En tiempos de turbulencias crecientes y autogeneradas resulta esclarecedor recordar pensamientos como el de Mahatma Gandhi cuando decía que “la violencia es el miedo a los ideales de los demás.”
 
Recuadro 1: ¿Pacto CFK-Macri?
 
Si se analizan las analogías y coincidencias entre la Presidente y el ascendente candidato presidencial Mauricio Macri podría ensayarse la ficción política de un
Pacto de Olivos II, entre ambos, pero para alternarse en el poder y acabar con el deteriorado peronismo.
 
Ambos saben que la burocracia peronista es, en el fondo, el verdadero enemigo de la dupla, y con distintos lenguaje y acciones se presentan tanto como abanderados de su independencia del PJ como actores para sacudir su influencia, la del peronismo, de la vida política del país.
 
CFK no duda en no ignorar sucesores sino que los que aparecen los hace competir por su pretendido apoyo, con lo que los desgasta y demuele en las encuestas frente a los ajenos. Macri ha ido construyendo su espacio entre los grandes partidos aunque podría sentirse más cómodo con la UCR próximamente.
 
Si CFK –como se ha dicho- prefiere a Macri como sucesor antes que cualquier peronista, es obvio que el objetivo de aquella, con la anuencia de éste, es terminar con el poder omnímodo y voluble del peronismo.
 
Recuadro 2: El Keynesianismo ha muerto
 
Ya que estamos y sin ofender al progresismo vernáculo: aunque el ministro de Economía, Axel Kicillof, parece desconocerlo, el keynesianismo al que dice reivindicar ha muerto hace ya varias décadas.
 
William Phillips, un economista estadounidense, lanzó su célebre “curva” que lleva su apellido en 1958 (coincidió con el apogeo cepaliano). Avalada por Paul Samuelson y Robert Solow, postulaba que era conveniente admitir cierto nivel de inflación para mantener el nivel de empleo, por cuanto, en su análisis de la relación entre empleo e inflación, surgía que las políticas de contención de precios generaban desocupación.
 
El enunciado indicaba también que ese efecto era resultado de observaciones y mediciones, pero quedesaparecía cuando los gobiernos procuraban aplicar la concepción en sus políticas económicas, tal como lo demostró la Guerra de Vietnam en la economía norteamericana.
 
El colapso de la “curva de Phillips”, acaso el último axioma del keynesianismo, se observó a partir de 1973 cuando la crisis del petróleo hizo estallar un fenómeno nuevo: la estanflación. La combinación de elevada inflación con creciente desempleo significó el acta de defunción del keynesianismo al destruir la presunta ley que surgía de la “curva de Phillips”.

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