Las sospechosas rutas de los cheques de la campaña de Cristina

Néstor Lorenzo, de Droguería San Javier, y Marcos Hendler, de Urbana, habrían juntado cheques para tapar el verdadero origen de los aportantes.

Un integrante del círculo de empresarios de la salud mejor vinculado con el poder K dio a PERFIL más detalles sobre cómo se habrían blanqueado los fondos de campaña de “Cristina Presidenta”. Este diario lo consultó mientras investigaba a Droguería Urbana, la proveedora de medicamentos de la obras social de Camioneros. Cuando se le pidió referencias sobre la droguería, la fuente afirmó: “Los aportantes a la campaña de 2007 se pueden separar en dos grupos: los que recolectaba (Néstor) Lorenzo junto a otros empresarios de droguerías, para el bando de Alberto Fernández, y los que juntaba (Marcos) Hendler –uno de los dueños de Droguería Urbana–, que se ocupaba de los aportantes del palo de (Hugo) Moyano.

Uno de los aportantes que trajo Hendler fue Sebastián Forza”, dueño de la Droguería SeaCamp, asesinado en el marco de un negocio de venta de efedrina a narcotraficantes mexicanos y miembro de la denominada mafia de los medicamentos. Esos cheques iban a manos de Héctor Capaccioli, nombrado superintendente de Salud por el entonces jefe de Gabinete y jefe de campaña Alberto Fernández. A Hendler, la fuente –que pidió reserva de identidad– le conoce una frase: “‘Forza me cagó más de muerto que vivo”. Es que, de no ser por que el empresario fue asesinado, tal vez el escándalo de los aportes de campaña nunca se hubiese conocido.

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