Falleció la duquesa de Alba

María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva –nombre completo de la duquesa de Alba– falleció este viernes (20/11) en Madrid, España, alos 88 años. Se había casado a los 85 años con un hombre 24 años menor que ella. Sus hijos y nietos heredarán toda su fortuna, de la que quedó excluído el viudo por un contrato prenupcial. Lo primero que hicieron los Alba tras el fallecimiento fue comunicarlo a los Reyes, Felipe y Letizia. La noticia de la muerte fue anunciada públicamente por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Sus restos serán incinerados y las cenizas depositadas en la iglesia del Cristo de los Gitanos y el resto será colocado en el monumental panteón de la Casa Ducal de los Alba, en la localidad madrileña de Loeches.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Conocida como ‘la duquesa de Alba’, y más conocida por sus cirugías estéticas, su rebeldía y extravagancias, Cayetana Fitz-James Stuart y Silva falleció este jueves (20/11) a los 88 años en Sevilla (España), la ciudad en la que vivió sus últimos años y en la que se casó por tercera vez, convirtiéndose en noticia mundial a los 85 años. Fue el 5 de octubre de 2011, con Alfonso Diez Carabantes, 24 años más joven que ella. Los seis hijos de Cayetana se opusieron a la boda, sospechando que Alfonso era un oportunista que iba detrás de la fortuna de su madre, incluso a pesar de la firma de un contrato prenupcial donde Diez renunció a todo. Así, la fortuna de la duquesa será repartida entre hijos y nietos.
Lo primero que hicieron los Alba tras el fallecimiento fue comunicarlo a los Reyes, Felipe y Letizia. La noticia de la muerte fue anunciada públicamente por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, dado que este ayuntamiento se va a encargar de la organización de parte de las pompas fúnebres.
La familia -los seis hijos de la duquesa; su actual marido, Alfonso Díez, además de sus nietos- se encuentra reunida en el Palacio de Dueñas, desde donde el cuerpo de la duquesa partirá hacia la capilla ardiente, que será instalada hoy mismo en el salón Colón del Ayuntamiento hispalense, el espacio más amplio de la casa consistorial, indicó el diario español El País.
El funeral será oficiado este viernes por Carlos Amigo, arzobispo emérito de Sevilla. El cuerpo de María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca Fitz-James Stuart y de Silva será incinerado.Parte de las cenizas serán depositadas en la iglesia del Cristo de los Gitanos y el resto será colocado en el monumental panteón de la Casa Ducal de los Alba, en la localidad madrileña de Loeches.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expresó su pésame y el del Gobeirno a la familia por el óbito en un comunicado en el que destaca su faceta de mecenas y custodia de un patrimonio histórico y artístico excepcional.
Cayetana era la jefa de la Casa de Alba y una destacada figura de la vida social. Nació en un palacio, el de Liria en Madrid, el 28 de marzo de 1926. La tuberculosis alejó a doña Cayetana del cariño de su madre muy pronto, pues murió en enero de 1934 cuando todavía era solo una niña de 8 años, y de ella recogió pocos recuerdos porque en su familia procuraban que ambas no coincidieran para evitar el contagio.
El diario español ABC repasa así su vida:
Contó siempre con el apoyo de su padre –Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó–, y fue educada por su abuela materna y por institutrices (la primera de ellas fue Miss Willison) tras el fallecimiento de su madre. A los exquisitos conocimientos que adquirió durante su infancia se añadieron las vivencias que acumuló en sus múltiples viajes, que comenzaron siendo todavía muy niña cuando tomó fuerza la Segunda República y el duque de Alba optó por partir a París.
Pasaron los años y estalló la Guerra Civil en 1936, año en que los Alba decidieron alejarse de España ubicando su residencia en Londres, ciudad donde el padre de doña Cayetana fue nombrado embajador. Su morada en Madrid, el Palacio de Liria, quedó destruida en su mayor parte después de sufrir un bombardeo por parte de la aviación franquista, aunque por fortuna pudieron salvarse los tesoros artísticos más importantes de la familia: muchos de sus cuadros fueron puestos a salvo en los sótanos del Banco de España.
Sin embargo, estar alejada de España no fue un escudo contra las penurias de la guerra, y la duquesa de Alba sufrió en su propia piel los bombardeos de los que fue objetivo la capital británica durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de ello, doña Cayetana prosiguió con su educación –hablaba cinco idiomas, y entre sus compañeros de estudios se contaba un nieto de Tolstoi– y sus rutinas, entre las que se recuerda la anécdota de que compartió juegos con la Reina Isabel II. Cayetana de Alba no se convirtió en Jefa de la Casa de Alba hasta el 24 de septiembre de 1953, cuando murió su padre. Fue entonces cuando recibió el título de decimoctava duquesa de Alba.
Su regreso a España trajo de la mano sus primeros amores. Nunca se confirmó que la duquesa de Alba mantuviera un noviazgo con el torero Pepe Luis Vázquez, pero sí se especuló que entre ambos hubiera surgido algo más que una bonita amistad que no quedó nada más que en un idiolio adolescente. Ella tenía 17 años y él 20, pero la buena relación de doña Cayetana con el diestro se notaba en las plazas a las que ella acudía para verle –él llegó incluso a brindar un toro en Las Ventas.
Cayetana de Alba se casó con el ingeniero industrial Luis Martínez de Irujo el 12 de octubre de 1947, en la catedral de Sevilla, por todo lo alto. La prensa internacional llegó a calificar el enlace como la «boda más cara de la historia» por su elevado coste: 20 millones de pesetas –120.000 euros– aproximadamente. El novio, hijo de los duques de Sotomayor y marqueses de Casa Irujo, fue el padre de los seis hijos que ha tenido la duquesa de Alba: Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart.
En 1972, Cayetana de Alba quedó viuda, estado en el que se mantuvo hasta seis años más tarde, cuando volvió a pasar por el altar de mano de Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate. Con su segundo esposo, doctor en Teología y exjesuita, no tuvo hijos, pero compartió su vida hasta que de nuevo la muerte le separó del hombre que había escogido para habitar su corazón en 2001. La duquesa de Alba sufrió un duro golpe emocial durante el cual pudo apoyarse en el incondicional amor de sus hijos.
Once años pasaron hasta que doña Cayetana volvió a contraer matrimonio, dejando con la boca abierta a todos los que pensaban que casarse con 85 años era algo imposible. El 5 de octubre de 2011, la duquesa de Alba dejó claro que la edad no era un obstáculo para pasar por la vicaría con Alfonso Diez Carabantes, un funcionario 24 años más joven que ella.
La capilla de la Casa de las Dueñas, lugar donde vivía la duquesa, fue el escenario donde poco antes de las 13:30 horas, Cayetana de Alba y Alfonso Diez se daban el «sí, quiero». Luciendo un vestido de color rosa pálido firmado por los modistos sevillanos Victorio y Lucchino, la duquesa de Alba demostró su felicidad por la boda quitándose los zapatos de Pilar Burgos que había elegido para la ocasión y bailando delante del curioso público que se había congregado en Sevilla para dar su enhorabuena a esta Grande de España. Alegría, y sobre todo mucha energía –que ha derrochado a toneladas viajando por el mundo en edades avanzadas y disfrutando de los toros y las sevillanas como nadie–, corría a raudales por la ciudad de la Giralda. Una energía que mantuvo la duquesa hasta el final de sus días.

Comentarios

Entradas populares