Se complica el rompeKabezas 2011

La fotografía de Cristina Fernández cerca del ataúd de Néstor Kirchner ¿alcanza para llegar hasta octubre? De eso depende el triunfo o la derrota electoral del Frente para la Victoria, cuya coyuntura se complica en forma creciente, y recién comenzó febrero...


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). No hace falta mucha interpretación, solamente hay que seguir la ruta de los fragmentos dominicales que ayudan, por sí solos, a entender el complicado escenario para el Frente para la Victoria.

Buena introducción de Carlos Abrehu, en La Gaceta, de San Miguel, de Tucumán:

"Las dos dimensiones de la política se entrecruzan permanentemente. En los desdobles de los comicios subyace la premisa de preservar los territorios provinciales de los ramalazos de las disputas nacionales. El gobernador que busca la reelección quiere ser el dueño de la victoria en su distrito. Trata de soslayar lo mejor que puede la proyección de la Casa Rosada en el pleito si es kirchnerista, o la enfrenta si el mandamás de turno se ubica en el lado opuesto.

¿En cuál de esos puntos se sitúa Alperovich? No hay dudas de que explota al máximo el desdoble electoral, porque pone en escena su modo de hacer política, al que pretende despartidizar, abriendo las puertas a los independientes. En consecuencia, invita a que lo voten a él el 28 de agosto, y que luego elijan a quien quieran para presidente de la Nación en octubre. Es la concepción del negocio perfecto. Cuanto mayor poder consiga el 28 de agosto, más fuerza tendrá después para posicionarse ante la Casa Rosada. 

En otros distritos, como Santa Fe, por ejemplo, los dirigentes K y los seguidores de Carlos Reutemann se coaligaron para destronar a la alianza gobernante liderada por el socialismo, con una cláusula genérica de lealtad al peronismo con miras a octubre. 

El pragmatismo es la regla de oro en el PJ, según puede verse. Los intereses del poder concreto local gravitan fuertemente en las decisiones. (...)".


Sigue con un fragmento del diario El Día, de La Plata:

"Si todos los años la disputa por la recomposición de los salarios es uno de los puntos más calientes del calendario político, en esta oportunidad la pelea es francamente muy dura y se muestra con posiciones casi irreductibles, ante un Gobierno que no quiere cambiar sus lineamientos básicos en un 2011 en que se juega la continuidad en el poder.

Como es sabido -y ya es una tradición-, son los docentes los que abrieron el fuego de las negociaciones, donde quedó en claro que el alrededor del 35% que reclaman los educadores está bastante lejos de los porcentuales que el gobierno nacional establecer como techo para este año.

Y, en este sentido, también se argumenta que ya se han producido algunos choques entre las propias autoridades nacionales y uno de sus principales sostenes, la CGT oficial que encabeza Hugo Moyano.

Al mismo tiempo, los empresarios advierten que no están dispuestos a otorgar subas cercanas a los porcentuales que piden los maestros, en función de que concederlos, agravaría el proceso inflacionario que los pondría fuera de competitividad internacional, en caso de que no se produzca una devaluación.

Es que del lado empresarial, todo parece indicar que este año será utilizado para recomponer sus márgenes de utilidades, luego de la crítica situación que se vivió en el 2009 y de un 2010 que no colmó sus expectativas, pese al incremento de la actividad económica.

Por otra parte, como se decidió en una reciente reunión del Grupo de los Seis (la entidad empresarial que agrupa a la UIA, la Cámara Argentina de Comercio, la Asociación de Bancos, la Sociedad Rural, la Cámara de la Construcción y la Bolsa de Comercio), preocupa la ofensiva oficial tendiente a frenar la suba de precios en algunos rubros, cuando permitió incrementos en otros. (...)".


Sigue con Eduardo van der Kooy en el diario Clarín:

"(...) La inflación de enero, según la unanimidad de las consultoras privadas, rozará el 2%. Si fuera así, las proyecciones realizadas por Roberto Lavagna sobre un 30% para el 2011 no resultarán exageradas. 

El ex ministro, que se sepa, no tiene ningún acuerdo con la CGT. Pero en el plenario que lideró la semana pasada Hugo Moyano sobresalieron dos cosas: la coincidencia de que los reclamos de aumentos en las paritarias tendrán una base del 25%, y la advertencia de la mano derecha del líder camionero, el taxista Omar Viviani, acerca de que los números del INDEC “no son confiables”.

Cuando el debate sobre la inflación recrudece, el Gobierno acostumbra a poner en escena a Guillermo Moreno. El secretario de Comercio parecía apocado desde la muerte de Néstor Kirchner. Pero su espíritu guerrero también siempre sedujo a Cristina. 

La semana pasada se abalanzó sobre el problema inflacionario. Conminó, por empezar, a todas las consultoras privadas para que revelen la metodología de medición de precios cuyos resultados, mes a mes, muestran diferencias siderales con los del INDEC. Prohibió a un grupo de empresas que aumentaran sus precios. Una, fue la siderúrgica Techint y la otra, Cablevisión, perteneciente al Grupo Clarín. Ambas integran la Asociación de Empresas Argentinas (AEA) que el kirchnerismo identifica con sus enemigos políticos. Otra empresa que debió retrotraer precios fue Shell. Julio De Vido, el ministro de Planificación, opinó que la petrolera pertenece al “arco opositor”.

La palabra oficial desembarca con demasiada recurrencia en las playas del disparate.

(...) Esas cuestiones aguardarán a Cristina en un hipotético segundo mandato, el tercero kirchnerista. La Presidenta sigue sin filtrar un indicio sobre su determinación, aunque el coro de adulones la incita a la reelección. Quizás la Presidenta esté cavilando en soledad, o sólo con los suyos, los beneficios y la acechanzas de la continuidad.

Estaría ahora en el mejor momento de la ponderación social desde aquella derrota electoral del 2009. Pero no ignora que en ese empinamiento incidió la súbita muerte de su marido.
Y que el efecto se irá atenuando.

Hay, además, un peronismo paralizado y un contexto económico externo que podría ayudarla. Se verifica también un desgaste personal y una gestión que se empobreció mucho.

Habría otros aspectos políticos del futuro que tampoco se podrían desdeñar. No hay garantías, ni siquiera ahora, que Cristina pueda ganar en primera vuelta. Aún ganando con un 40% de los votos -y diez puntos de ventaja sobre el segundo- su maquinaria de poder se vería dañada. 

La Presidenta renovará la cantidad de diputados que obtuvo con el 46% del 2007. La derrota del 2009 la dejó con 91 legisladores. Ese número podría descender todavía más. El Congreso fue un martirio para ella el último año, sólo amortiguado por las artimañas que urdió Kirchner.

¿Cómo gobernar cuatro años más en esas condiciones? ¿Cómo hacerlo sin el ex presidente? ¿Cómo, además, sin tener en el horizonte la promesa de otra reelección? ¿Cómo tener disciplinado tanto tiempo al peronismo? Nadie en las filas oficiales se atreve a contestar esas preguntas. (...)".


Sigue con Joaquín Morales Solá en La Nación:

"(...) ¿Será Cristina o será Scioli el contrincante de Macri? ¿Scioli se enfrentará a la Presidenta y a Macri al mismo tiempo? Todas las preguntas terminan en la misma e irresuelta incógnita: ¿qué hará Cristina? El núcleo duro del kirchnerismo presiona sobre ella, y presionará más aún con el correr de las próximas semanas, para que libre el siguiente combate presidencial a suerte y verdad. 

Es explicable: ese sector es minoritario dentro del peronismo y, sin la continuidad de la Presidenta, volvería al desierto político, quizá definitivamente. 

Cristina está en tiempos recientes más encerrada en sus dudas. Sus funcionarios la perciben más introspectiva que antes. Tal vez está madurando la decisión más importante y solitaria de su vida, deducen.

Los elementos de su reflexión no son pocos. Está el legado, por un lado, que dice haber recibido de su marido muerto. Y está, también, la vocación por el poder inscripta en el mapa genético de los Kirchner. 

(...) La cartografía electoral se está construyendo con tres tercios. Uno es el kirchnerismo, acompañado por un núcleo importante del peronismo. Otro es la centroderecha, que va desde Macri hacia otras franjas del peronismo. Y el último tercio lo integra el no peronismo, que se pasea entre el radicalismo y Elisa Carrió, y atraviesa la izquierda no kirchnerista. 

Si finalmente fuera así, la Presidenta nunca podría cosechar en primera vuelta más del 35% de los votos. La aguardarían una segunda vuelta electoral y una composición parlamentaria aún más adversa que la actual. Con la actual relación de fuerzas en el Congreso, el oficialismo kirchnerista ya no pudo sacar ningún proyecto de ley que haya considerado fundamental.

Merodea también la natural especulación humana sobre qué espera de su propio porvenir. La aversión de Cristina a la derrota es mucho más fuerte que sus ganas de seguir siendo presidenta, que también las tiene. Esta es la otra conclusión a la que llegan todos las que la conocen o hablan ahora con ella. (...)".


Es bueno volver a El Día, de La Plata, con la firma de José Picón:

"Se lo dijeron a Alicia Kirchner con todas las letras. "Las colectoras nos perjudican, no estamos de acuerdo". Una reunión convocada por la ministra de Desarrollo Social hace apenas unos días, fue el escenario elegido por numerosos intendentes peronistas del Conurbano para rechazar el eventual uso de esa alquimia electoral a la que la Casa Rosada está analizando echar mano en la Provincia para robustecer las aspiraciones reeleccionistas de Cristina Fernández.

Todos estos alcaldes están preocupados. Evalúan que la aparición de más de una oferta kirchnerista en sus distritos podría afectarlos directamente, justamente en un turno electoral en el que se juegan sus reelecciones. Pero hay casos más complicados que otros. Lanús, Quilmes y hasta Avellaneda surgen, de acuerdo a quienes conocen los comportamientos electorales en el Gran Buenos Aires, como las comunas en riesgo de perderse si se diversifica la oferta K.

Es una inquietud que también han hecho llegar al gobernador Daniel Scioli. El mandatario provincial comprende ese rechazo porque, justamente, podría ser otro de los afectados por una nueva irrupción de las colectoras.

Difícilmente vaya a salirse de su esquema moderado para condenar ese mecanismo, pero en su entorno mascullan bronca por el aire que algunos sectores pingüinos le insuflan a Martín Sabbatella. Existen pocas dudas acerca de que el ex intendente de Morón y aspirante a la Gobernación actúa con cierto guiño oficial. Pero quizás lo que más moleste en el sciolismo sea el tono subido con el que busca diferenciarse de Scioli.

En la Gobernación están convencidos de que Sabbatella no pone en riesgo el proyecto de continuidad de Scioli. Lo que genera desencanto es el mensaje que conlleva alimentar esa candidatura.

En el peronismo bonaerense se mira cada vez con más recelo estos experimentos. Pero al mismo tiempo, algunos intendentes están convencidos de que si a la Presidenta le sirve ampliar el número de listas K en la Provincia para atrapar ese 45% de los votos que la pone a cubierto de la segunda vuelta, se buscará el camino para que el texto de la ley de internas abiertas no termine colisionando con la estrategia oficial.

No son los únicos movimientos K en territorio provincial. La ministra Kirchner comienza a desarrollar una intensa actividad en el Conurbano que intensificará luego de un acto que los pingüinos puros -entre ellos Carlos Zanini-, están organizando en Capital Federal en respaldo a la continuidad del modelo y como contención a los sectores sociales no peronistas.

Aquellas insinuaciones político-partidarias no fueron motivo excluyente de algunos roces de la Gobernación con la Rosada. El flagelo de la inseguridad y la gestión del ministro del área Ricardo Casal, suman a los chisporroteos.

La separación de la policía bonaerense de la investigación del resonante caso del frustrado asalto al tren en José León Suárez y la infructuosa búsqueda de Julio López luego de que la Provincia le diera alguna entidad al dato aportado por un testigo de identidad reservada, anudaron un combo que ayudó a filtrar las desconfianzas. También aportó al distanciamiento el contrapunto con el canciller Timermann sobre la formación de efectivos bonaerenses en un curso auspiciado por el gobierno norteamericano.

Algunas versiones hablan de una "presión" kirchnerista para forzar un cambio de ministro. El sciolismo ha salido, más que a respaldar explícitamente a Casal, a defender su gestión. "En el caso López lo único que se hizo fue trasladar el testimonio a la Justicia federal. Y en relación al episodio del tren, queda claro que la policía fue atacada: sólo basta con ver los agujeros que tienen los patrulleros", dicen cerca del Gobernador. (...)".

Comentarios

Entradas populares