El crimen por encargo de Oyarbide, logra maravillas en territorio bonaerense
¿Será cierto que Norberto Oyarbide se reunió días pasados con Hugo Moyano y ? El rumor circula con velocidad mientras el polémico magistrado afirma que un día Héctor Capaccioli y al otro día Gerónimo Venegas es demostración de independencia. No es cierto pero permite abrir el debate.
por EDGAR MAINHARD
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Norberto Oyarbide ya no es aquel magistrado que llegó a la opinión pública por sus obsesiones sexuales con Luciano Garbellano y los muchachos de alquiler en la ex disco gay Spartacus.
Hoy dia es un poderoso juez federal de la confianza del Frente para la Victoria, capaz de utilizar el Código Penal para disciplinar a los rebeldes, díscolos y críticos.
El problema de Oyarbide es que carece de creatividad procesal. Él puede ser perverso pero ramplón: acostumbra repetir la táctica. Así, procesa pero deja en libertad a Ricardo Jaime y al día siguiente cae sobre Mauricio Macri.
Ahora luego de haber recibido, según dicen, a Hugo Moyano y a Héctor Capaccioli, él decidió llamar a indagatoria a éste (de todos modos sorprendido por la decisión adversa del magistrado) aunque lo dejó en libertad, y acto seguido ordenó la detención del sindicalista Gerónimo Venegas para interrogarlo.
Ahora, ¿qué tan seguro se encuentra Moyano que Oyarbide le cumplirá lo que, supuestamente, fue acordado si luego el magistrado dispone arbitrariamente de los elementos necesarios para montar sus shows? Luego de lo de Capaccioli, Moyano tiene motivos para inquietarse aunque quien duerma hoy tras las rejas sea Venegas.
El Momo
¿Dónde durmió Ricardo Jaime sus primeras noches como secretario de Transporte de la Nación? En el hotel de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y de la Estiba (Uatre), cuyo secretario general es Gerónimo Venegas.
Ricardo Cirielli, de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, por entonces Nº2 de Jaime, se lo pidió a Venegas ya que Jaime no tenía dónde pernoctar en la Ciudad.
Venegas era un aliado de Néstor Kirchner, empujado por su socio sindical de entonces, Hugo Moyano, y el amigo de ambos, Eduardo Duhalde.
No puede ignorarse que fue Moyano quien hizo a Venegas secretario general de las 62 Organizaciones Peronistas. Moyano confiaba más en Venegas que en el taxista Omar Viviani o el trabajador judicial Julio Piumato.
Las diferencias ocurrieron más tarde, cuando en la Resolución 125, Venegas adhirió al reclamo de los productores agropecuarios (la patronal) y rechazó las invitaciones de Néstor Kirchner y Moyano a la ocupación de los campos por los trabajadores.
Venegas comprendió que era una de las habituales estupideces de Néstor Kirchner cuando se exasperaba, acompañado de Hugo Moyano, quien al igual que Amado Boudou, padece de períodos en los que, por algún motivo que habrá que investigar, no parpadea. Tampoco su hijo Pablo.
A esa diferencia se sucedieron otras, y Venegas concluyó junto a Luis Barrionuevo en la CGT Celeste y Blanco, detrás de Eduardo Duhalde.
Desde entonces que el Frente para la Victoria quiere ir por Venegas, y Horacio Verbitsky, presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales, y columnista dominical del paraestatal matutino Página/12, creyó que lo tenía embocado cuando lanzó su grandilocuente denuncia sobre supuesto trabajo esclavo de la empresa Nidera en campos de San Pedro, provincia de Buenos Aires.
Pero el tema se complicó. Lo que denuncia Verbitsky acostumbre ser magnificado por él mismo, que no es abogado, y cuando comienzan las pericias y el período de instrucción, la situación puede cambiar.
Lo de Nidera no resultó como decía Verbitsky (por eso el Frente para la Victoria tuvo que buscar otros casos que permitieran sostener la denuncia), y Venegas no parecía responsable de aquello que no sucedía.
Así zafó 'el Momo', cuando todo estaba listo para destrozarlo en términos políticos y hasta arrebatarle el sindicato o dividírselo.
Pero el fracaso del Frente para la Victoria no impidió que se buscara revancha, ahora vía Ricardo Echegaray y la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).
La obsesión por Venegas es la antesala de la cacería de Luis Barrionuevo, pero también revela que el Frente para la Victoria quiere presionar más a Eduardo Duhalde, además de enviar un mensaje disciplinador a los Barones del Conurbano.
Es muy raro: por un lado, el FpV dice que Duhalde carece de posibilidades electorales en 2011 pero, por otro lado, lo culpa por la lejanía de los Barones del Conurbano y le quiere provocar daño como si, en el fondo, le temiera.
Oyarbide ingresó a escena con un disparate que cualquier instancia superior revocará: para indagar, manda a detener. Ya lo hizo con Jorge Palacios y Ciro James, a quienes negó la excarcelación durante la instrucción, y luego tuvo que ceder ante la Cámara de Apelaciones.
Cuando la situación se complica, mientras cena con su novio en la parrilla de la calle Posadas, fabula que se acogerá a los beneficios de la jubilación... promesa que retira apenas la presión cede.
De todos modos es un escándalo apreciar que un magistrado puede resultar, a la vez, algo así como un 'contract killer'. No le hace bien a la Justicia, debería reflexionar Ricardo Lorenzetti, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Las sopresas
El problema de Oyarbide es que él es un simple magistrado, no apto en el ejercicio de la política partidaria. Por eso es un cortesano y no un ideólogo.
La decisión de Oyarbide sobre Venegas fue tan escandalosa que posibilitó, por ejemplo, que Eduardo Duhalde y Francisco de Narváez hablaran por primera vez en muchísimo tiempo.
Narváez le debe favores a Venegas y también soportó el intento del Frente para la Victoria de armarle causas judiciales en su contra.
El diálogo entre Duhalde y Narváez era imposible hasta ahora y es el inicio de un contacto electoral probablemente fecundo. De hecho, Narváez envió a su alter-ego, Gustavo Ferrari, a la sede del Movimiento Productivo Argentino para que acompañara a Duhalde en el reclamo por Venegas.
Oyarbide no entiende esas cuestiones. A él le reclamaron una tarea y la cumplió a rajatablas, sin medir las consecuencias. Esa es tarea de Carlos Zannini (también incompetente en la política, tal como lo demostró en el PJ de Santa Fe, donde su 'pollo' Agustín Rossi terminó estrellado) o de Julio De Vido o de Florencio Randazzo...
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Norberto Oyarbide ya no es aquel magistrado que llegó a la opinión pública por sus obsesiones sexuales con Luciano Garbellano y los muchachos de alquiler en la ex disco gay Spartacus.
Hoy dia es un poderoso juez federal de la confianza del Frente para la Victoria, capaz de utilizar el Código Penal para disciplinar a los rebeldes, díscolos y críticos.
El problema de Oyarbide es que carece de creatividad procesal. Él puede ser perverso pero ramplón: acostumbra repetir la táctica. Así, procesa pero deja en libertad a Ricardo Jaime y al día siguiente cae sobre Mauricio Macri.
Ahora luego de haber recibido, según dicen, a Hugo Moyano y a Héctor Capaccioli, él decidió llamar a indagatoria a éste (de todos modos sorprendido por la decisión adversa del magistrado) aunque lo dejó en libertad, y acto seguido ordenó la detención del sindicalista Gerónimo Venegas para interrogarlo.
Ahora, ¿qué tan seguro se encuentra Moyano que Oyarbide le cumplirá lo que, supuestamente, fue acordado si luego el magistrado dispone arbitrariamente de los elementos necesarios para montar sus shows? Luego de lo de Capaccioli, Moyano tiene motivos para inquietarse aunque quien duerma hoy tras las rejas sea Venegas.
El Momo
¿Dónde durmió Ricardo Jaime sus primeras noches como secretario de Transporte de la Nación? En el hotel de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y de la Estiba (Uatre), cuyo secretario general es Gerónimo Venegas.
Ricardo Cirielli, de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, por entonces Nº2 de Jaime, se lo pidió a Venegas ya que Jaime no tenía dónde pernoctar en la Ciudad.
Venegas era un aliado de Néstor Kirchner, empujado por su socio sindical de entonces, Hugo Moyano, y el amigo de ambos, Eduardo Duhalde.
No puede ignorarse que fue Moyano quien hizo a Venegas secretario general de las 62 Organizaciones Peronistas. Moyano confiaba más en Venegas que en el taxista Omar Viviani o el trabajador judicial Julio Piumato.
Las diferencias ocurrieron más tarde, cuando en la Resolución 125, Venegas adhirió al reclamo de los productores agropecuarios (la patronal) y rechazó las invitaciones de Néstor Kirchner y Moyano a la ocupación de los campos por los trabajadores.
Venegas comprendió que era una de las habituales estupideces de Néstor Kirchner cuando se exasperaba, acompañado de Hugo Moyano, quien al igual que Amado Boudou, padece de períodos en los que, por algún motivo que habrá que investigar, no parpadea. Tampoco su hijo Pablo.
A esa diferencia se sucedieron otras, y Venegas concluyó junto a Luis Barrionuevo en la CGT Celeste y Blanco, detrás de Eduardo Duhalde.
Desde entonces que el Frente para la Victoria quiere ir por Venegas, y Horacio Verbitsky, presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales, y columnista dominical del paraestatal matutino Página/12, creyó que lo tenía embocado cuando lanzó su grandilocuente denuncia sobre supuesto trabajo esclavo de la empresa Nidera en campos de San Pedro, provincia de Buenos Aires.
Pero el tema se complicó. Lo que denuncia Verbitsky acostumbre ser magnificado por él mismo, que no es abogado, y cuando comienzan las pericias y el período de instrucción, la situación puede cambiar.
Lo de Nidera no resultó como decía Verbitsky (por eso el Frente para la Victoria tuvo que buscar otros casos que permitieran sostener la denuncia), y Venegas no parecía responsable de aquello que no sucedía.
Así zafó 'el Momo', cuando todo estaba listo para destrozarlo en términos políticos y hasta arrebatarle el sindicato o dividírselo.
Pero el fracaso del Frente para la Victoria no impidió que se buscara revancha, ahora vía Ricardo Echegaray y la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip).
La obsesión por Venegas es la antesala de la cacería de Luis Barrionuevo, pero también revela que el Frente para la Victoria quiere presionar más a Eduardo Duhalde, además de enviar un mensaje disciplinador a los Barones del Conurbano.
Es muy raro: por un lado, el FpV dice que Duhalde carece de posibilidades electorales en 2011 pero, por otro lado, lo culpa por la lejanía de los Barones del Conurbano y le quiere provocar daño como si, en el fondo, le temiera.
Oyarbide ingresó a escena con un disparate que cualquier instancia superior revocará: para indagar, manda a detener. Ya lo hizo con Jorge Palacios y Ciro James, a quienes negó la excarcelación durante la instrucción, y luego tuvo que ceder ante la Cámara de Apelaciones.
Cuando la situación se complica, mientras cena con su novio en la parrilla de la calle Posadas, fabula que se acogerá a los beneficios de la jubilación... promesa que retira apenas la presión cede.
De todos modos es un escándalo apreciar que un magistrado puede resultar, a la vez, algo así como un 'contract killer'. No le hace bien a la Justicia, debería reflexionar Ricardo Lorenzetti, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Las sopresas
El problema de Oyarbide es que él es un simple magistrado, no apto en el ejercicio de la política partidaria. Por eso es un cortesano y no un ideólogo.
La decisión de Oyarbide sobre Venegas fue tan escandalosa que posibilitó, por ejemplo, que Eduardo Duhalde y Francisco de Narváez hablaran por primera vez en muchísimo tiempo.
Narváez le debe favores a Venegas y también soportó el intento del Frente para la Victoria de armarle causas judiciales en su contra.
El diálogo entre Duhalde y Narváez era imposible hasta ahora y es el inicio de un contacto electoral probablemente fecundo. De hecho, Narváez envió a su alter-ego, Gustavo Ferrari, a la sede del Movimiento Productivo Argentino para que acompañara a Duhalde en el reclamo por Venegas.
Oyarbide no entiende esas cuestiones. A él le reclamaron una tarea y la cumplió a rajatablas, sin medir las consecuencias. Esa es tarea de Carlos Zannini (también incompetente en la política, tal como lo demostró en el PJ de Santa Fe, donde su 'pollo' Agustín Rossi terminó estrellado) o de Julio De Vido o de Florencio Randazzo...
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