El 11/09 y lo que Kurt no puede olvidar

En New York City se cumplió el ritual del 11/09 desde el ataque terrorista con aviones contra el complejo World Trade Center. Minuto de silencio, tañir de campanas y lectura de los nombres de todas las víctimas. También habló el presidente Barack Obama, acerca del no olvido de los que se fueron. Pero Urgente24 encontró otra forma de recordar la tragedia.

SILVANA VARELA | 11/09/2010 | 09:29


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Kurt Sonnenfeld fue en Septiembre 11 del 2001, el documentalista oficial y cameraman designado por el gobierno de Estados Unidos para filmar lo ocurrido luego del ataque contra las Torres Gemelas. Como testigo directo de la tragedia, su testimonio contradice la versión oficial de lo sucedido. Poco tiempo después del atentado, y cuando aún obraba en su poder el material “en crudo” de lo que registró allí, comenzó sobre Kurt, una persecusión política que dura todavía, y que lo trajo a nuestro país buscando tranquilidad.

Kurt encontró en la Argentina mucho más que eso. Encontró el amor de su vida, y tuvo con ella, Paula, dos hijas que completan una familia maravillosa, sencilla, afable, solidaria, pero que vive con el terrible miedo de ver deportado a Kurt hacia un destino de inyección letal.

Las imágenes que preocupan al gobierno de Estado Unidos están preservadas a resguardo, y la historia de Sonnenfeld se plasmó en el libro “El Perseguido”.

“Aunque nuestra situación es de mucha tensión por los continuos ataques que recibimos por parte del Gobierno de los Estados Unidos, quienes nuevamente incrementaron su acoso y su agresividad, y a pesar de haber sido hackeado nuestro sitio web, decidimos continuar intentado contribuir en la búsqueda de la verdad liberando fotos y material de video producto de las casi cinco semanas de trabajo en el World Trade Center, Torres Gemelas”, aseguró Kurt Sonnenfeld.

Sonnenfeld, ya hizo públicas imágenes y documentación que está siendo analizada por expertos en Argentina, Estados Unidos, Europa y Medio Oriente.

“Es vital el estudio de especialistas en la materia, para colaborar en el esclarecimiento de un hecho histórico que le permitió al gobierno de Estados Unidos continuar con su política imperialista y expansionista. Entiendo por lo vivido y mi experiencia en Ground Zero, así como por lo que muchas de mis imágenes reflejan, que el gobierno de Estados Unidos sabia de los ataques, dejó que sucedieran y hasta colaboraron en ello”, agregó el documentalista.

En tanto, Paula, su esposa, remarcó que “siempre que nos han solicitado imágenes o nuestro testimonio, lo hemos brindado a pesar de la precariedad y lo delicado de nuestra situación. Sólo somos una familia como cualquier otra, que con el apoyo de las organizaciones sociales y de derechos humanos, le damos batalla al sistema y al gobierno de Estados Unidos”.

La Historia

Cuando el 11 de septiembre de 2001 Kurt Sonnenfeld recibió el llamado en el que le comunicaban que debía presentarse a trabajar con su cámara en el World Trade Center, ya había impactado contra las torres el primer avión, pero los medios más importantes de Estados Unidos todavía estaban lejos de suponer que se trataba de un atentado.

Para testigos y comentaristas, se había estrellado una avioneta.

Kurt trabajaba como camarógrafo documentalista para una agencia federal, a la que sólo se recurría cuando la capacidad operativa de las fuerzas locales se veían desbordadas.

Al momento de la llamada, nadie sabía (¿nadie sabía?) que un segundo avión impactaría contra otra de las torres, ni que se derrumbaría su estructura, y que esto haría colapsar la capacidad de una ciudad como Nueva York, sin embargo, Kurt ya había sido enviado al lugar para documentar lo que ocurría allí.

Cuando pisó los escombros empezó la pesadilla.

Minuto tras minuto, día tras día, año tras año, esas imágenes sobrevuelan su cabeza y lo marcaron para siempre, porque vio cosas que no debía, y lo que es peor, las inmortalizó con la lente de su cámara.

Entre hierros retorcidos descendió a los sótanos que ocupaban el subsuelo del lugar. Lo conocía porque trabajaba para una agencia Federal, y sabía que allí, había un depósito idéntico al de las mejores películas de acción y trama seudo paranoica: puertas reforzadas, ingreso con clave, y mucha vigilancia, porque en su interior se guardaban documentos, pruebas y elementos confiscados.

Bajaron allí porque imaginaron que podía haber alguien atrapado, sin embargo, no sólo no había nadie, sino que tampoco había nada.

Para su sorpresa, en el depósito que alguna vez guardó cosas tan importantes que mereció tener medidas de seguridad extremas, no había nada más que paredes y una puerta entreabierta.

Esto fue el primer signo de alerta para Kurt, pero siguieron muchos más.

La torre 7, en la que funcionaban agencias federales, sin explicación lógica alguna (porque allí no impactó ningún avión, y no presentaba daño estructural que lo justificara) se desplomó sobre sí misma. No hacia un lado; no un poco, sino toda, y hacia abajo. Igualito que cuando se produce un derrumbe controlado, una implosión.

Allí, sin embargo, no hubo víctimas. La torre cayó varias horas después, cuando ya el personal había sido evacuado.

En medio de la vorágine de la tarea, Kurt se percató tarde, que sus zapatos se derretían. Caminaba sobre los escombros, y las suelas de goma de las botas que supuestamente son especiales, no resistían una alta y también inexplicable temperatura que emanaba de los escombros y los hierros retorcidos.

Tampoco comprendió, por qué su país asegura que las cajas negras de los aviones (construidas para resistir todo) “se pulverizaron” en el aire, pero él pudo filmar partes del fuselaje, los asientos y hasta caucho de las ruedas del tren de aterrizaje.

El vallado de la escena también fue digno de una película porque abarcó varias manzanas a la redonda, y la explicación fue que era necesario preservar la escena del crimen. Quizá por eso pocos sepan que luego, partes de los hierros fueron sometidos a la búsqueda de muestras de ADN en el lugar, y luego trasladados en camiones, pero no para guardarlos como evidencia, tal cual indica el procedimiento norteamericano en estos casos, sino para enviarlos a China donde aparentemente, fueron desguazados y vueltos a fundir.

Las dudas, los interrogantes, los conflictos internos fueron creciendo y empezaron a mostrar una trama difícil de digerir. No es el relato de la serie 24, ni Kurt Sonnenfeld es Jack Bauer (el papel de Kiefer Sutherland), pero al escucharlo se parecen.

Kurt no cree que su país haya atentado contra sí mismo, pero sí está cada vez más convencido de que su gobierno conocía con exactitud que esto ocurriría y no hizo nada para impedirlo.

¿Pero dejar morir a más de 3 mil personas? Es la pregunta obligada; “son daños colaterales”, es la respuesta de quien conoce demasiado bien cómo pensaba el gobierno de George W. Bush.

“Después del 11 de septiembre vino la invasión a Irak en busca de armas químicas que nunca se pudo comprobar que tengan, y se amplió la guerra con la excusa de un eje del mal, con el terrorismo en primer plano”, explica a Urgente24 Paula, la esposa de Kurt.

Las horas de filmación y las imágenes capturadas por el documentalista están en la Argentina, al igual que él, donde reside desde hace varios años en carácter de refugiado pero con asilo provisorio.

Apenas tres meses después de la tragedia de las torres, la que encendió la luz de alerta en Kurt, se produjo otra tragedia, pero personal.

En la madrugada del 1º de enero de 2002, Nancy (la primera esposa de Kurt) toma la trágica decisión de suicidarse. Él se encontraba en la habitación contigua cuando escuchó el disparo y corrió a socorrerla. La sostuvo entre sus brazos y llamó al 911 pidiendo asistencia, pero nada pudo hacerse.

Nancy había acabado con su vida, abatida por una adicción y una tendencia a la depresión que ya venía de mucho tiempo atrás, con intentos anteriores, y con antecedentes de suicidios en su entorno más cercano.

Aunque todas las pruebas apuntaban a comprobar que se trató de un suicidio, fue encarcelado, golpeado, torturado salvajemente y sometido a los tratos más inhumanos posibles, acusado del supuesto homicidio de su esposa, mientras curiosamente, la policía revisaba palmo a palmo mucho más que la supuesta escena del crimen: buscaban los tapes que tenía guardados el camarógrafo.

Antes de la muerte de Nancy, a Kurt se le encargó la tarea de editar imágenes para un video homenaje a los bomberos que trabajaron en el lugar, por lo que llevó consigo todo lo grabado durante los días que estuvo trabajando a las órdenes de las agencias Federales.

Cuando fue encarcelado, su familia e inclusive un amigo fueron interrogados acerca de dónde podría tener él guardados los cassettes, que aunque revisaron la casa no pudieron encontrar porque buscaban tapes de tamaño generoso, y no supieron que Kurt había grabado en formato Mini, cuyo cassette es de una medida similar a una caja de fósforos pequeña, y guardó todo en un simple porta cosméticos que pasó inadvertido.

Meses más tarde fue liberado y se levantaron los cargos en su contra, porque las pruebas arrojaron que su esposa y no él tenía rastros de pólvora en las manos; al igual que las lesiones en los dedos de Nancy coincidían con el haber jalado del gatillo, y lo acompañaba la manera en que quedó la salpicadura de sangre en el lugar. También se tomó por válida la carta que dejó antes de suicidarse, y las anotaciones en su diario personal, elementos que habían sido descartados por los oficiales que se empeñaban en encarcelarlo.

Sin embargo, y aunque lo pidió insistentemente, Kurt nunca fue sometido (como él quería) a la prueba del polígrafo.

Dolido, deprimido y con dudas, deambuló de Estado en Estado en busca de una paz que nunca llegó, porque adonde fuera, sufría acoso, ingresaban a su domicilio o recibía amenazas, hasta que alguien le sugirió viajar al otro extremo del continente, a un país llamado Argentina.

Así, con sus pertenencias más preciadas bajó de un avión en Ezeiza, y en lugar de descansar un mes, como tenía pensado, conoció a Paula y no se fue nunca más.

Más tarde llegaron las mellizas, y la familia Sonnenfeld se acostumbró a vivir su rutina rodeada de custodia; con la posibilidad de que los sigan para fotografiarlos, y con mensajes que intentaron amedrentarlos, pero no lograron torcer la voluntad del hombre que hoy necesitaría que la Argentina le conceda la categoría permanente de asilo y refugio.

Cuando ya creía que en este suelo había dejado atrás su pasado en FEMA (U.S. Department of Homeland Security), como Jefe de Operaciones de Transmisión y Difusión (Broadcast) y su trabajo para el Grupo de Respuesta a Emergencias Nacionales (ERT-N), llegó una nueva citación de la justicia estadounidense que había decidido reabrir la causa, y que pedía su extradición pero con una cláusula un tanto extraña si lo que se investiga en realidad es la muerte de Nancy. La extradición pide además, “el secuestro del material” que permanece en poder del documentalista.

Según el pedido, Kurt es un fugitivo, aunque en realidad, se lo había declarado inocente, dando por cerrado el caso, y salió de su país e ingresó a la Argentina con su pasaporte. También mantuvo abierto el pasaje de regreso en la aerolínea que lo depositó en estas tierras, siempre utilizando su nombre, con lo cual, no cuadra dentro de la categoría “fugitivo”.

Los embates de la justicia estadounidense no cesan, y desde hace tiempo la familia, amigos y organizaciones que se solidarizaron con su caso están recolectando firmas para que nuestro país le otorgue la categoría de Refugiado.

El 11 de septiembre, no es lo único importante que filmó Kurt.

Antes había estado documentado locaciones secretas del gobierno norteamericano; instalaciones científicas y militares relacionadas con el almacenamiento, desarrollo y transporte de Armas Nucleares, Biológicas y Químicas o sus componentes “y el precario y real estado en que en algunos casos éstas se encuentran”, señala.

“El material es valiosísimo, y creemos que es lo que las autoridades estaban buscando en el 2002 y no han podido localizarlo hasta el día de hoy. Es obvio, que el objeto de esta búsqueda explicaría perfectamente todo el siniestro accionar por parte del gobierno estadounidense en relación al caso”, relatan los Sonnenfeld.

Hoy, muchas organizaciones creadas por familiares de las víctimas del 11 de septiembre piden que Kurt cuente lo que vio; que declare judicialmente porque consideran que tiene “información valiosa”. Desde allá, piden que se desclasifiquen todos los archivos, algo con lo que los argentinos nos sentimos identificados, sobre todo cuando se juntan las palabras archivos, secretos, muertos, víctimas y objetivos político-militares.

Hace algún tiempo Urgente24 tuvo la posibilidad de entrevistar a Kurt Sonnenfeld.

He aquí parte de ese reportaje:

La cita para la nota era en el 1er. piso de un bar.

El cuadro al llegar presagió lo que fue el desarrollo de la entrevista. Allí estaban Kurt y Paula con sus hijas que jugaban alegremente en el sector para niños, e interrumpían cada tanto su juego para mostrar sus disfraces o sacar algunas papas fritas del plato, con frases y acotaciones entremezcladas en inglés y castellano.
Kurt es un hombre que paradójicamente, transmite paz. Tiene una mirada límpida, un hablar natural, -se esfuerza por hacerlo en español incluso- y la charla es amena, relajada y suena sincera. Su actitud corporal acompaña esa impresión.



Kurt, Paula e hijos.

Paula es “su ángel”; es quien lo ancló a la Argentina y la persona que día tras día lucha denodadamente para defender la unión y el futuro de la familia Sonnenfeld.
Es abogada, pero trabaja dedicada a hogares y organizaciones no gubernamentales que necesitan ayuda de todo tipo. Incluso, allí también va Kurt, cámara en mano, cada vez que alguno precisa (siempre ad honorem) un video o un trabajo de edición. Hizo trabajos fílmicos para la Cooperativa El Ceibo (cartoneros que reciclan) y para una larga lista de ONGs.

Café de por medio, antes de encender el grabador, la charla comenzó por temas varios: las costumbres familiares, la elección de un jardín de infantes, la marcha que realizaron en el obelisco para juntar firmas y llevarlas ante la justicia para que acelere el otorgamiento definitivo de la categoría de refugiado, el caos de tránsito y las combinaciones de subte que debió hacer para llegar al punto de encuentro evitando la superficie todavía complicada con el desarmado de las estructuras del bicentenario.

El tráfico trajo a colación los autos, y eso derivó en el relato de Kurt acerca de su apreciación sobre el fallido atentado con un coche bomba en el área de Times Square de Nueva York el pasado 1 de mayo. Allí se encendió el grabador, la conversación pasó al inglés para que fluyera mejor y Paula adoptó el rol de traductora.

-En el vehículo que no llegó a estallar, la bomba era una lata de aluminio con fuegos artificiales y un fertilizante, pero el fertilizante que puede ser explosivo es el sulfato de amonio, en cambio, el que estaba en el baúl del auto no sólo no lo era, sino que además, ayuda a la no propagación del fuego.

-Pero los informes aseguraban que se trató de un terrorista.

-Faisal Shahzad vino de Pakistán con toda su familia a vivir a los Estados Unidos cuando era chico. Estudió negocios en la Universidad; obtuvo el Master también y después empezó a dedicarse a los negocios inmobiliarios y le fue muy bien hasta la crisis financiera que empezó cuando terminaba el mandato de (George) Bush. 
Al no encontrar un trabajo y atravesar esta situación de crisis se volvió muy inestable emocionalmente, perdió su casa, el auto, todo, inclusive perdió a su esposa que se mudó con la mamá a Pakistán, y por eso él viajó allá recientemente. Visitó a su familia y regresó a Estados Unidos.

Al volver compró ese auto con su tarjeta de crédito y compró los fuegos artificiales a través de su celular; algo que un terrorista jamás haría porque dejó 80 mil rastros.
No tenía tampoco ningún entrenamiento de terrorista y mágicamente los servicios de inteligencia norteamericanos, 24 horas después tenían un cassette con audio diciendo que sí pertenecía al régimen Talibán y que tomaban responsabilidad por este intento.

Esto les dio la excusa que estaban buscando para empezar unos bombardeos mucho más fuertes y continuos en el norte de Pakistán, porque anteriormente a eso ya venían con ofensivas en contra de esa zona, pero esto ayudó para que pudieran hacer los bombardeos más continuos.

-¿Ves un paralelismo entre el 11 de septiembre y este coche bomba?

-Es el modus operandi de ellos: acusar falsamente, deshumanizar al enemigo y después atacar, y todos los aliados dicen “muy bien”.

-Cuando empezaste a notar que la historia oficial era errónea sufriste persecución, ¿hay otros casos como el tuyo?

-Hay cientos de ejemplos iguales, y no sólo después del 11 de septiembre.
En Denver, mi ciudad, hubo un investigador que trabajó con el departamento de Defensa, descubrió algo relacionado al mal manejo de fondos, y murió por una clase de veneno que hasta ese momento se desconocía que existiera y todavía no hay ninguna explicación científica de cómo sucedió, ni tampoco hay sospechosos.
Hay videos en YouTube que hablan de la gente que ha fallecido en circunstancias misteriosas. Es difícil analizar todos los casos, porque abarca un espectro grande de gente, pero son muy extraños, por ejemplo, los atentados contra científicos en Irán.
Hay científicos nucleares que desaparecen o mueren en atentados con coches bombas, y sabemos que Estados Unidos no quiere que Irán desarrolle tecnología nuclear.

Además, hay científicos que han viajado a otros países y algo les sucede y mueren. 
Relacionado al 11 de septiembre, el conserje de un edificio que fue quien dijo que antes de que se produzcan las caídas de las torres escuchó explosiones pequeñas similares a detonaciones, murió en circunstancias más que extrañas. Ha habido cantidad de científicos que desde el inicio se han expresado en contra de la versión oficial, gente que tenía doctorados, que cuestionaron el derrumbe del edificio 7 e incluso, la forma en que cedieron y cómo caen las torres, y han perdido sus trabajos y sufrido amenazas dentro del país.

Hay otros compañeros de trabajo de FIMA que continúan en la agencia y a cambio de silencio incluso han escalado posiciones. Después de ver lo que me pasó a mí, ¿quién va a querer decir algo?

Hubo incluso un periodista que se mudó a Estonia porque el equipo Swat se presentó en las afueras de su casa aduciendo que habían recibido el reporte de “una presencia extraña”, y a partir de allí tuvo tal nivel de acoso que finalmente decidió irse del país.

-¿Y nunca se cuestionó la historia oficial en los ámbitos políticos?

-Seis años atrás, un asesor de Barack Obama, Van Jones, firmó un petitorio pidiendo que se reabra la investigación oficial sobre el 11 de septiembre, pero esto no fue posible durante el gobierno de Bush.

Sin embargo, seis años después no sólo no se tuvo en cuenta el petitorio, sino que alguien descubrió que Jones fue uno de los firmantes y lo hicieron renunciar a su cargo de asesor en la administración Obama, premio Nóbel de la Paz.

Los investigadores y abogados de la Comisión 9-11 dicen que los reportes oficiales están basados en mentiras. Cuando ellos investigaron, muchas veces encontraban muros de silencio y no podían avanzar. La Comisión 9-11 fue controlada desde el inicio de su actividad por la Casa Blanca, y el jefe de asesores legales de la Comisión reconoció todo esto.

Entonces, sabemos que la investigación está basada en mentiras y que hay documentos fraudulentos, ¿podemos reabrir la investigación? No, no podemos, “caso cerrado” nos dicen. El mensaje que nos dan es “hay que aceptar la mentira”.

-Quizá porque esa mentira abrió otras puertas…

-Es lo que ocurre en Irak. Buscaban armas de destrucción masiva, no las encontraron; hablaban de un lazo directo entre Al Qaeda y Saddam Hussein; y por esta razón Saddam Hussein fue colgado, no por otros crímenes que verdaderamente cometió. La realidad es que ellos toman Irak diciendo que buscaban las armas de destrucción masiva, que nunca encontraron y sin embargo la guerra continúa, la ocupación continúa. Todos sabemos que es una mentira y se nos está pidiendo que aceptemos esa mentira y dejemos que la guerra continúe.

Ahora está pasando lo mismo con Pakistán y aunque es muy poco conocido, los bombardeos se están produciendo sobre ese país y son cohetes de la CIA, no de la Armada; o sea, la CIA dirige el ataque de una guerra no declarada.

La Agencia Internacional de Energía Atómica dice que no hay ninguna evidencia de que el uranio enriquecido esté siendo utilizado para otra cosa que no sea con fines médicos y científicos, incluso Irán ha aceptado que los visiten los inspectores, pero sin embargo se continúa mencionando que Irán está tratando de desarrollar armas con tecnología nuclear, y no hay ninguna prueba tangible de eso, excepto la palabra de la administración de los Estados Unidos.

Cuando en Nueva York se realizó el nuevo tratado de no proliferación Obama dijo que todo aquel que firma el tratado va a ser respetado, y que Estados Unidos no utilizará su poder nuclear en contra de estos Estados, “excepto” Irán, Corea del Norte, o países que los Estados Unidos considere terroristas.

-¿Por qué a pesar del cambio de Presidente y de partido gobernante, nada cambia en la política exterior?

-La verdad, al principio creía que Obama era un Bush más “light”, pero su política externa es igual de dura que la de la anterior administración, sólo que más sutil. Todavía tenemos Guantánamo; no hay ningún cambio sobre la utilización de la metodología de torturas, y de hecho uno de sus asesores contra el terrorismo es el mismo que en el gobierno de Bush aseguró que se ganó mucha información valiosa utilizando métodos de tortura.

Ellos consideran que la tortura es una “herramienta valiosa para la obtención de información”. Incluso los soldados acusados de torturas, a pesar de los cargos contra ellos, pasaron un tiempo en la cárcel y ya están libres, y ningún oficial superior recibió castigo serio, lo cual representa una aprobación del uso de la tortura. Si los altos niveles del gobierno no muestran una posición fuerte e intención de detenerlo, se entiende que la pueden seguir utilizando.

Entonces seguimos teniendo las cárceles clandestinas; la Ley “Acta Patriótica” que le quita a la gente sus derechos y garantías civiles y es una abominación contra las libertades de los ciudadanos; continúa la ocupación de Irak; los ataques contra Pakistán; ahora van por Irán; y mantienen una campaña fuerte contra Corea. La última noticia habla de que Estados Unidos va a tener grupos de inteligencia que van a ingresar sin protocolo ni permisos previos al país que considere que puede tener algún tipo de actividad terrorista y van a llevar a cabo las operaciones que crean necesarias.

-¿Qué gana Estados Unidos con todo esto?

-Ser dueños del mundo. Después de las ocupaciones y de los ataques quedan bases militares radicadas en cada lugar.

No es lo que Estados Unidos gana con la ocupación de Irak, sino en esta guerra “contra el terrorismo” que es un enemigo indefinido, que no se ve, que puede estar en cualquier lado y es lo que les permite tener la excusa para entrar a un determinado lugar. Los terroristas no tienen un cartel que dice “terroristas operando”, son operaciones clandestinas, y de esta manera, Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo cree tener derecho a ingresar en cualquier lugar donde considere que puede haber terroristas para combatir. En el caso del ingreso a Irak obtienen un petróleo que les era muy necesario.

-Los argentinos nos quejamos de todo, pero a veces cuando miramos para afuera nos damos cuenta que en algunas cosas no estamos tan mal ¿qué diferencias encontrás entre nuestro país y el tuyo?

-Acá hay mucho más respeto por las libertades civiles y los derechos humanos que en Estados Unidos, donde algunos se han abolido.

Es cierto que los argentinos a veces creen que aquí las cosas no están bien, pero en relación con EE.UU. hay muchísimas más libertades que allá no existen. Por ejemplo, la discusión por la ley de medios.

Puede que tenga algunas falencias o que requiera algún ajuste, pero en Estados Unidos es mil veces peor. No hay libertad de expresión allí, porque todos los medios son propagandistas del gobierno. Hay sólo seis empresas que se reparten todos los diarios, radios y canales y la mitad de ellas están involucradas en el Complejo Militar-Industrial, por lo que no sólo están involucrados con el gobierno sino que además, reciben beneficios de la guerra.

-Aún a la distancia, y habiendo sufrido el acoso, debe ser duro notar todo esto.

-Cuando vivía en Estados Unidos creía que el mundo era lo que vivía allí, pero con la experiencia de estar aquí, y viéndolo desde lejos, pude ver una realidad completamente diferente. Entendí que las acciones que emprende EE.UU tienen un efecto profundo en el resto del mundo y la gente que vive allí no lo sabe. Casi nadie supo que se realizó la Cumbre de las Américas en Mar del Plata y que hubo allí una marcha en repudio al presidente Bush y a su política exterior. Los medios de allá reflejaron una historia completamente distinta, donde todo estuvo perfecto.
Cuando me tocó grabar las imágenes del 11 de septiembre, la primera orden que recibí fue alejar a todos los medios, cerrar el perímetro y prohibir su ingreso; sólo se les entregaban luego las imágenes editadas que había filmado yo.
Argentina podrá ser un país en desarrollo, pero lo es en el buen camino, en cambio, Estados Unidos es un país desarrollado pero en el camino malo.

-Si no existiera esta circunstancia que te convirtió en refugiado, ¿preferirías que tus hijas crecieran en Estados Unidos o en la Argentina?

-No, acá. Siempre lo digo. Si todas las persecuciones fueran borradas por algún cambio milagroso de la política, igualmente elijo quedarme en la Argentina, por todo lo que comenté antes. Es cierto que hay problemas en todos lados y cada país tiene los suyos, pero en Estados Unidos la sociedad es diferente, tiene conceptos de estándar de vida que los vuelve amargos, se vive para trabajar, en lugar de trabajar para vivir.

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Para acceder a mayor información y material fotográfico, o para sumarse a la campaña de firmas para la obtención del Asilo y/o Refugio Definitivo de Kurt Sonnenfeld en la Argentina se puede ingresar al sitio:

http://www.elperseguido.net/

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