Deportes

El deporte es una de las actividades más recomendables por lo que aporta en salud, energía y disciplina. Es fuente de creatividad, desarrollo físico y camaradería en los casos de actividades deportivas que necesitan equipos. Promueve la competencia, los deseos superadores y puede aportar inclusión social de personas con capacidades diferentes que pueden aliviar la sensación de marginaciones y desprecios que, a veces, las sociedades pueden cultivar desde el prejuicio. Claro que como todo lo bueno también tiene sus partes negativas, oscuras y hasta siniestras. Uno de esos aspectos es en los deportes que concitan multitudes y por lo tanto ofrecen grandes réditos comerciales, ahí las cosas se enturbian con corrupciones, barras bravas con conexiones políticas, aprovechamiento de gobiernos demagógicos que tratan de copar los eventos con abrumadoras propagandas fomentando fanatismos que colocan como "causas patrióticas nacionalistas" cada enfrentamiento deportivo.


Por Enrique Pinti |  Para LA NACION

Otro aspecto no muy positivo es la práctica de "alto riesgo", que provoca accidentes mortales, vidas juveniles arruinadas por terribles eventos que incluyen parálisis, cegueras y amputaciones. Sin olvidar las prácticas folklóricas que se toman como homenaje a las tradiciones milenarias que reviven actividades que están completamente fuera de contexto ya que datan de períodos primitivos de civilizaciones que han madurado y adelantado en sus formas y costumbres. La suelta de toros, novillos y vaquillas por estrechas calles en Pamplona donde hombres, jóvenes y hasta niños, en algunos casos, corren perseguidos por esos animales que han sido previamente encerrados y acicateados para ponerlos más furiosos y salvajes de lo que son habitualmente y que se transforman en bestias desaforadas que arrasan con lo que se les ponga por delante produciendo heridas, huesos rotos y a menudo muertes por cornadas incrustándose en los estómagos de los participantes.

Uno desde su lugar de civilización se pregunta cuál es el goce, cuál es la diversión y cuál es la gracia de dejar la vida en aras de una ceremonia macabra donde el maltrato va del hombre a la bestia y de la bestia al hombre. También surge la pregunta de si es tan necesario probar la fuerza del ser humano contra montañas, abismos y aguas plagadas de tiburones y pirañas. Desde luego que son decisiones personales tomadas libremente y como tal deben ser entendidas con aquel dicho andaluz "ca uno es ca uno y ca cual es ca cual", sólo que a veces nos causa un gran dolor ver a personas vitales y sanas rifar su vida, sus parejas, sus amores, sus hijos o sus amigos en estas piruetas peligrosas. Pero no hay nada que hacer, los seres humanos somos un enigma muy difícil de interpretar y comprender y a veces lo que a uno lo compensa, lo contiene y le significa el mayor goce a otro no le mueve un pelo o directamente lo fastidia y le parece una lamentable pérdida de tiempo.
Lo cierto es que el deporte sigue siendo una actividad más ligada a la salud que a la enfermedad y además sirve de goce y esparcimiento a inmensas mayorías que proyectan en el triunfo de sus ídolos sus propios deseos de superación.
De todos modos sería mejor fomentar las actividades deportivas que impliquen la camaradería, la competencia sana, el trabajo en equipo y el placer de poner tu cuerpo y alma en causas nobles y solidarias y sobre todo canalizar sus vocaciones y sus sueños antes de que las frustraciones conviertan a los soñadores en resentidos y sin duda el resentimiento es el peor deporte que se puede practicar.

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