Argentina desoye el reclamo de 40 países


Entre otros, Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y México cuestionaron la política comercial argentina ante la Organización Mundial del Comercio por ser "de facto".



Buenos Aires. Estados Unidos, la Unión Europea y otros 12 países elevaron una fuerte queja en contra de la Argentina ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las restricciones a las importaciones dispuestas por el Gobierno argentino a través del Ministerio de Industria y de la Secretaría de Comercio. Se trata del mayor cuestionamiento diplomático que ha recibido el país –dado que fue coordinado por 40 de los 157 países miembros nucleados en la OMC– por su política comercial, que busca preservar el superávit, ya que es la única fuente de financiamiento por la falta de crédito internacional.
El documento fue presentado en Ginebra por el embajador estadounidense ante la OMC, Michael Punke, y lleva la firma también de Israel, Japón, Corea, México, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, Suiza, China Taipei, Tailandia, Australia y Turquía. El accionar conjunto de las principales naciones desarrolladas sorprendió a las autoridades nacionales. El hecho se produjo luego de que una funcionaria de la Cancillería argentina, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Nahón, expusiera ante el Comité de Mercancías de la OMC ayer en Ginebra.
Por la tarde, el Gobierno nacional sacó un comunicado oficial, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, para rechazar los cuestionamientos recibidos, en el cual aseguró que se continuarán aplicando las políticas que generaron “el mayor crecimiento económico del país en su historia”.
La respuesta argentina sostiene, además, que nuestro país seguirá aplicando las normativas de la OMC pero –advierte– “rechazando cualquier tipo de injerencia externa”.
El texto suscripto por los 40 países reclama que la Argentina explicite cuáles son las herramientas que se están aplicando en Buenos Aires para proteger los productos argentinos, ya que consideran que hay un régimen de “restricción de importaciones de facto, para todos los productos”. Básicamente, cuestionan el uso generalizado desde 2008 de las Licencias No Automáticas (LNA) y el nuevo sistema de preaprobación de importaciones.
El documento contiene, además, una advertencia al recordar que Argentina es miembro del G-20 y, por lo tanto, está comprometida a incentivar el comercio global y no poner más barreras. Algunos analistas entendieron por ello que estos países están presionando diplomáticamente a la Argentina, siguiendo la misma línea de acción que tomó esta semana Washington al sacar a nuestro país del Sistema General de Preferencias –que privilegiaba la compra de importaciones argentinas en diversos rubros– por el no cumplimiento de fallos del Ciadi (el tribunal arbitral del Banco Mundial) a favor de empresas norteamericanas.
La queja diplomática de los 40 países –entre ellos dos latinoamericanos (México y Panamá)– plantea que “las exigencias de las LNA deberían tener un máximo período de procesamiento de 60 días, pero muchas empresas creen que el sistema de licencias tiene un efecto de restricción del comercio e informaron una espera de hasta seis meses o más. En algunos casos, a las empresas se les niega las licencias, sin justificación ni explicación”.
Por otro lado, el reclamo agrega que “hay falta de transparencia” que “crea inseguridad profunda tanto para los importadores y exportadores potenciales, como para los inversores”. Además, la embestida sostiene que “la Argentina ha dejado en claro a través de declaraciones públicas que ha adoptado un informal equilibrio del comercio” y, en otro punto, el texto dice que “las empresas que desean importar productos deben exportar un dólar por un dólar o establecer para su producción instalaciones en la Argentina”.
En tanto, la Cancillería argentina señaló que es llamativo que “países que han aumentado sus exportaciones a la Argentina en un 25 por ciento superando su nivel de exportaciones promedio al resto del mundo y en un año en el cual la Argentina fue el país que más aumentó sus importaciones entre los miembros del G20, contribuyendo de esta forma a la recuperación económica de los países en crisis económica”.
La respuesta argentina se pone más firme cuando señala que nuestro país “ve con alarma la insistencia de los países que siguen levantando barreras comerciales artificiales para dificultar el ingreso de productos agroindustriales de los países en desarrollo, al tiempo que ejercen presiones políticas para obligar a estos países a recibir la producción de bienes que sus mercados domésticos no pueden absorber por la situación económica que atraviesan desde el 2008 y que son las verdaderas trabas para la construcción de un sistema económico multilateral más equilibrado”.
La Cancillería también destacó que “importantes socios comerciales como los países del Mercosur, la gran mayoría de los países latinoamericanos, China, Rusia e India no suscribieron la declaración”.
Giorgi: Cuidar el trabajo argentino
Justificación. La ministra de Industria, Débora Giorgi, rechazó el planteo realizado por un grupo de naciones ante la OMC y afirmó que hoy la Argentina “tiene una economía dos veces más abierta que en los ’90”.
Lavagna: El fruto de la torpeza
Condena política. “La queja se debe a la torpeza de los funcionarios argentinos. Hay muy pocos antecedentes de que tantos países hayan hecho una declaración de este tipo, que es una advertencia”, dijo el ex ministro Roberto Lavagna.

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