'Éxito' del plan Kicillof: El salario real tuvo la mayor caída desde 2001

La inflación se aceleró y paralelamente el salario real en el sector privado registrado también aceleró su caída. Desde noviembre pasado experimentó una merma del 10%, se trata de una caída acumulada que no se daba desde diciembre del 2001. Para la CTA opositora de Pablo Micheli, los trabajadores no lograron ya en 2013 contrarrestar la pérdida del poder adquisitivo producto de una inflación mayor al aumento pactado en paritarias. Varios analistas interpretan que la nueva política salarial del Gobierno obedece a que sólo con una caída del poder adquisitivo se hace factible sostener al "modelo". Curioso: si bien el economista cercano a Daniel Scioli, Miguel Bein, antes había sido reivindicado por el Ejecutivo Nacional, ahora Jorge Capitanich dijo que puede estar mirando una foto y no la película (?). Capitanich también pretende ser presidenciable bendecido por Cristina Fernández de Kirchner. A nadie le escapa que la caída del salario real en dólares estadounidenses es el verdadero trasfondo del ajuste en marcha que comanda Axel Kicillof.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- El Estudio Bein, del economista Miguel Bein ponderado semanas atrás porCristina Fernández por haber sustentado la teoría de la "desestabilización financiera", advirtió sobre el descenso del salario real en el sector privado registrado que cayó casi 10% desde noviembre pasado como consecuencia de la aceleración de la inflación. Así coincide con otros analistas en la medición y en que la nueva política salarial del Gobierno obedecería a que sólo con una caída del poder adquisitivo se hace factible sostener al "modelo". La idea se sustenta con un informe de la fundación Idesa que muestra que la existencia de salarios deprimidos en 2003 fue lo que permitió sustituir importaciones y crear las bases para luego poder crecer a "tasas chinas".
La economista del estudio Bein, Marina Dal Poggetto, advirtió que el descenso del salario real  experimentó " la caída más fuerte de la serie para un primer trimestre".
La analista explicó que en septiembre pasado se llegó al máximo de la serie pero que a partir de octubre el salario real comenzó a caer y hasta febrero acumuló el mayor descenso desde diciembre del 2001. En general, en los primeros meses del año la variable tiende a caer porque los salarios recién se actualizan en el segundo trimestre, indicó el diario El Cronista que consultó a la analista.
Sin embargo, este año el fenómeno de “precios nuevos con salarios viejos”se acentuará, de acuerdo a los cálculos de la economista que prevé que desde noviembre hasta marzo inclusive los precios aumenten 15% aproximadamente. "Hay que ver qué pasa en las negociaciones paritarias pero se intuye que la recuperación del salario real no va a ser plena", advirtió.
Para dar una dimensión del problema, en la consultora recalcaron que desde septiembre de 2013 a febrero de 2014 el salario real cayó 9,5% mientras que en el mismo periodo del año anterior había marcado un descenso de sólo 3,5%.
A diferencia del Estudio Bein, varias consultoras, organizaciones y hasta bancos consideran que ya el año pasado el salario real mostró un descenso. De acuerdo al Observatorio de Derecho Social de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) opositora, que lidera Pablo Michelilos trabajadores no lograron ya en 2013 contrarrestar la pérdida del poder adquisitivo producto de una inflación mayor al aumento pactado en la ronda de negociaciones salariales.
"La persistencia de altos niveles inflacionarios provocó que en 2013 el salario real de los trabajadores cayera, en promedio, un 1,5%. Ello se debió a que el aumento nominal fue de 25,1%, inferior a la inflación anual que llegó a 26,9%", alertaron en el Observatorio de la CTA.
En Urgente24 publicamos días atrás un informe de Economía y Regiones que dio cuenta de la situación que ahora refleja el estudio Bein: Desde la salida de la convertibilidad, nuestra economía atravesó una marcada recuperación del empleo y sobre todo del nivel de los salarios. El ingreso de los trabajadores se fue incrementando por encima del aumento de precios e incluso por encima de la devaluación, generando un incremento del poder adquisitivo y del salario medido en dólares.
La caída del ingreso de los trabajadores es la manifestación de que este ajuste está corrigiendo el aumento salarial desmedido de los años anteriores que alcanzó niveles muy superiores a la productividad.
Entre 2003 y 20101 el salario en dólares mostró una fuerte recuperación, alcanzando los niveles previos a la devaluación de 2002 recién en agosto/septiembre de 2010.
En efecto, habría generado un shock recesivo sobre el salario medido en moneda extranjera.
Según E&R, el salario en dólares habría mostrado una caída interanual del 12% y del 20% en enero y febrero respectivamente; que lo dejaría en los niveles de abril de 2011.
“Presenciamos una caída del salario en dólares y una caída del salario contra la inflación. Al caer el salario real se reduce el consumo, se ameseta el nivel de actividad y se ajusta el déficit de cuenta corriente que no tiene fuentes de financiamiento que no sea la pérdida de reservas”, dice la consultora.
En síntesis, la caída del salario en dólares y en términos reales corrige a la baja el exceso de consumo para eliminar los desequilibrios de cuenta corriente y balanza de pagos.
En este punto vale la pena hacer una reflexión final. La reducción del salario en dólares y en términos reales no es un comportamiento positivo en sí. Por el contrario, cuánto más desarrollado tiende a ser un país, más elevado es su salario en dólares y mayor su poder adquisitivo.
Sin embargo, los problemas surgen cuando salario comienza a estar disociado de la productividad marginal del trabajo y de la esfera real de la economía.
En este sentido, hay que dejar en claro que los aumentos salariales por encima del incremento de la productividad marginal del trabajo son fuentes de desequilibrio macroeconómico y por ende, no son sustentables en el mediano y largo plazo.
El economista Federico Muñoz agrega que la actual política "ruborizaría hasta al FMI" por su dureza: "Se apuesta a un ajuste fiscal de mala calidad, a que los sueldos de estatales no superen el 25% y a una inflación de más del 30% que licúe el gasto en términos reales".
No obstante, la realidad muestra que no está resultando tan fácil conducir este tipo de ajuste.
El Gobierno navega entre dos escenarios indeseados. El primero es que las paritarias se cierren por encima del 30%. El segundo, acaso es el que genera más temor: que este tipo de negociaciones pierdan su esencia.
¿Por qué? Porque corren el riesgo de ser sustituidas por un esquema de indexación "de hecho", donde a cada agravamiento inflacionario le siga una reapertura de esas negociaciones. Es la gran pulseada que se está jugando en estas horas detrás de las paritarias de los gremios más representativos.

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