Lunes 24/03: ¿Día de la Memoria o de la Mentira kirchnerista?

La falsa revisión de los acontecimientos de 1976 a 1983, durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional, fue uno de los pilares de los días de esplendor K, tal como los superávits gemelos (el fiscal y el de la balanza comercial). Todavía no alcanza a comprenderse cuál fue el beneficio de 'recortar' la historia y realizar una reconstrucción sesgada e inútil, porque en breve habrá que revisarla para alcanzar un equilibrio. Sí es evidente el beneficio que representaban aquellos superávits gemelos perdidos. La revisión del pasado nunca alcanzó a los acontecimientos de 1973/1976, o sea el alzamiento guerrillero contra un gobierno votado para y por el pueblo. Por lo tanto, es ridículo tener una interpretación para el período 1976 a 1983 pero carecer de de una para 1973/1976. Pero hay más al respecto: existe una evidente disociación entre lo que el kirchnerismo explica acerca de su período preferido y lo que ejecuta cuando administra el país, y la incoherencia es más notable a medida que llegan las dificultades, producto de haber perdido aquellos superávits gemelos. Entre la inflación y la escasez de recursos, el kirchnerismo exhibe otro rostro, bien diferente del que pretende mostrar con su parcial reconstrucción del pasado reciente. Aquí una prueba de ello:


Claudia Vallori, quizás sin proponérselo, puso en evidencia la hipocresía del relato kirchnerista. Y lo hizo nada más y nada menos que a pocas horas de evocarse un nuevo aniversario de aquel nefasto 24 de Marzo de 1976, lo que resalta aún más lo inoportuno de sus acciones.
por DANIEL LUJÁN
 
PARANÁ (Especial para Urgente24). Claudia Vallori, presidente del Consejo General de Educación de Entre Ríos, se encargó de poner blanco sobre negro y desnudar cual es el verdadero sentimiento que gran parte del colectivo llamado kirchnerismo tiene sobre los Derechos Humanos. Las dos actitudes asumidas por la funcionaria en contra de los derechos de los docentes de nuestra provincia, solicitando a la Justicia que impida el derecho a huelga y luego pidiéndole que no les permita el derecho a realizar asambleas y a manifestarse públicamente, son una verdadera afrenta a todo lo que desde la sociedad entendemos por “Derechos”. Esos dos pedidos a la justicia para cercenar “Derechos” a nuestros docentes son propios de aquellos que nos llevaron a la noche más negra de nuestra historia.
 
Claudia Vallori, quizás sin proponérselo, puso en evidencia la hipocresía del relato kirchnerista. Y lo hizo nada más y nada menos que a pocas horas de evocarse un nuevo aniversario de aquel nefasto 24 de Marzo de 1976, lo que resalta aún más lo inoportuno de sus acciones.
 
El hecho de que nadie desde el gobierno provincial haya intentado al menos dar alguna explicación ante tanto arrebato de despotismo como el que ha demostrado Vallori, ¿no sería acaso una señal que pone en evidencia que está de pleno acuerdo con esa acción autoritaria de la presidente del Consejo General de Educación? ¿Sería tolerable encontrar a esta funcionaria participando de algún acto conmemorativo del 24 de marzo, más allá de que en el mundo K todo sea posible?
 
El kirchnerismo utilizó la mentira como parte de su acción política, y el tema de los Derechos Humanos fue parte fundamental en la articulación de esa gran falsedad. Ahora, luego de diez años que para ellos son épicos, la realidad aflora descarnadamente y empieza a azotar todos los niveles de la sociedad, y la farsa queda al descubierto irremediablemente.
 
Y justamente los Derechos Humanos, esa bandera que el kirchnerismo quiso hacer solo suya, son los primeros que ellos vulneran ¿Será porque al no poder seguir inventando, les salta el autoritarismo como único camino para sostenerse en el tiempo?
 
Deberían conocer que cuando los ciudadanos ya no estamos seguros de nuestros derechos, intuimos, porque ya lo hemos experimentado, que estamos ante el acecho de los totalitarios.  
 
Sin embargo esos intentos autoritarios solo consiguen que la ciudadanía esté alerta, que se informe, que despierte y que comience a darse cuenta que hemos vivido diez años en una permanente mentira, que lo único que persiguió fue desunirnos, incitándonos al odio por el que piensa distinto, buscando acallar voces que denunciaban o que expresaran opiniones divergentes. ¿No se daban cuenta acaso que actuar así  era estar haciendo todo lo contrario a lo que proclaman los verdaderos y justos Derechos Humanos?   
 
Quedan dos años aún, y es necesario que los argentinos nos enfoquemos en buscar lo que nos une, actuando sin odio porque no nos ayuda a pensar con lucidez, sino con valor y firmeza, con verdad y valentía, porque solo así podremos defendernos de un gobierno que en su relato oculta la cobarde hipocresía de una política autoritaria y contraria a los Derechos Humanos.  
 
Cuando hay un interés común superior, que es básicamente las ganas de vivir juntos, respetándonos unos a otros para edificar cosas trascendentales, el disenso y las iniciativas son parte del juego democrático en serio y si a eso le agregamos el respeto por la Ley, la previsibilidad en materia económica, y el profundo deseo de respetar el mérito, sin recurrir a dadivas para los rezagados, eso es vivir dentro de una sociedad con plenos Derechos Humanos.
 
La verdad es libertad. Y esa libertad es necesaria para que nadie utilice el pasado para limitar el futuro. Mucho menos aprisionándolo en afirmaciones basadas en la mentira, como pretende el kirchnerismo.
 
La sociedad argentina ya proclamó en 1983 que no estamos dispuestos a tolerar autoritarismos.  
 
Nunca más.  

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