Lejos del calor y los cortes de luz, Cristina descansa en El Calafate

En medio de la tranquilidad de El Calafate, donde las denuncias que involucran a los grandes hoteles de la familia Kirchner con el empresario Lázaro Báez no hacen mella, descansa hace varios días Cristina Kirchner. Después de pasar Navidad en Río Gallegos, la Presidenta volvió a “su lugar en el mundo”. Ayer, vestida de blanco y reafirmando el final del luto que guardó desde que Néstor Kirchner murió, paseó por el jardín de su Residencia con un sombrero para cubrirse del poco sol que hubo. Es el mismo atuendo que usó cuando sorprendió a los vecinos de la villa turística paseando por algunos comercios hace unos días.


POR LUCÍA SALINAS


La tranquilidad, un imponente paisaje y la soledad de los últimos tres días, marcan el ritmo de la agenda presidencial carente de visitas oficiales, “ella (Cristina) está acá para descansar, esa es la orden y la cumple”, contó a Clarín un funcionario. Acompañada por el equipo de la Unidad Médica Presidencial, Cristina espera la llegada de sus hijos Florencia y Máximo (con su pareja Rocío García y su hijo Néstor Iván) el día 30, para celebrar en la intimidad familiar el año nuevo. “No suelen pedir catering, tienen cocinera propia y muy buena”, comentó un allegado a la familia.
Estos son días de tranquilidad para la Presidenta, una sensación que se contrapone al escenario de malestar y tensión que despertaron los problemas energéticos ante la agobiante ola de calor. Aunque la temperatura en el terruño presidencial es agradable (20° grados sin viento), cuenta con sus propios problemas. Ante el fracaso de la negociación con el sector petrolero, se reiniciaron las medidas de fuerza que tanto molestaron a Cristina el lunes. El fin de semana pasado, Calafate estuvo más de 30 horas sin teléfonos ni internet por un corte en la fibra óptica. Su malestar, la Presidenta se lo hizo saber al intendente Javier Belloni.
Pese a estos pequeños inconvenientes, hay una rutina que no se altera: caminatas en el gran parque de la casa y también por la parte trasera cercana al hotel de su propiedad, Los Sauces. En la esquina del costoso hotel boutique también hay un vehículo que pertenece a la custodia presidencial. La gran manzana es monitoreada con más de 15 custodios. “Gendarmería también patrulla la zona”. En realidad, Gendarmería y Prefectura patrullan la villa turística hace meses cuando se declaró la Emergencia de Seguridad.
El retorno a su “lugar en el mundo” reactivó los cuatro puntos estratégicos donde se sitúa la custodia presidencial. El monitoreo de cámaras –tanto internas como externas– se realiza desde una casilla ubicada frente a la “residencia”. En el portón de madera –acceso principal– , los ocupantes de una camioneta Ford Ranger color gris se anticipan a la curiosidad de algunos: “Pueden pasar, mirar, pero no sacar fotografías, porque la Señora está en la casa”, repiten.
En su estadía, laPresidenta incorporó una inhabitual salida al centro. Hace unos días estuvo de compras: algunas plantas para su jardín (azareros y agapantos) en un tradicional vivero. “La vimos muy alegre, sin el luto. Se sacó fotos con algunos de nosotros, nos saludó algo que hace mucho no hacía”, contó a Clarín una comerciante de la avenida San Martín. No faltan aquellos que marcan las diferencias: “Con Néstor era otra historia, él venía, entraba a los negocios, te saludaba. Cuando él salía a pasear Cristina lo acompañaba, pero desde que murió ella no salió más, y cuando lo hace te das cuenta porque llegan las camionetas, se baja entra a un negocio y listo. Néstor andaba sin custodia”, recordó un comerciante. Un cambio rotundo de actitud, una exposición que no era conocida: “Ella quería el contacto directo con los vecinos”, contó un funcionario santacruceño que estuvo con Cristina. Aquí poco se habla de las denuncias sobre el vínculo entre el empresario K Lázaro Báez y los hoteles de la Jefa de Estado. “El 60% la apoya, Calafate es otra cosa desde el 2003”, explicó una comerciante que hace 15 años tiene un local en pleno centro.

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