Moreno ya fue: Final de Ider Peretti al frente de la CGE

Ider Peretti es aquel amigo de Guillermo Moreno que se hizo famoso cuando, presentado como un ruralista de la localidad cordobesa Morteros, afirmó: “Desde que Néstor y Cristina llegaron al Gobierno, nunca más se remató una hectárea”. A partir de ese día, el productor agropecuario pasó a formar parte de la larga lista de “falsos positivos” del Gobierno. Presidente del Consejo Argentino de Productores (CAP), fue impulsado por Moreno hacia la presidencia de la Confederación General Económica (CGE). Pero el morenismo pasó de moda. Y Peretti también.


Ider Peretti y Guillermo Moreno en sus andanzas ya pasadas de moda: Es muy posible que estos tiempos sean los finales de los días felices de Ider Peretti. Casi la totalidad de las entidades asociadas a CGE ven como la credibilidad institucional se ha esfumado con la credibilidad de Peratti y quieren recuperarla pronto con su renuncia. Demasiados escándalos y demasiado “chupamedismo” potenciado tras la salida de Moreno del Gobierno ha colocado a la CGE en un punto de no retorno: o se va Peretti o hay una renuncia en masa de socios.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El 12/03 se inició el proceso del final de la era de Ider Peretti al frente de la Confederación General Económica (CGE). Ese día se realizó una tensa reunión de Comisión Directiva que duró al menos 7 horas, en donde arreciaron los pases de factura al dirigente oriundo de la localidad de Morteros, Córdoba,  y que tuvo como corolario el pedido de renuncia que le hizo el representante de la Juventud Empresaria Pyme, el metalúrgico Augusto Santucho.
 
Los descalabros políticos, los manejos autoritarios, las irregularidades institucionales y el destruir el objetivo de la CGE de defender y representar al pequeño y mediano empresario a lo largo y ancho del país, para convertir la entidad en un baluarte harto obsecuente de la Casa Rosadafueron minando la paciencia de la mayor parte de los dirigentes. “Yo no renuncio al menos que Cristina (Fernández de Kirchner) renuncie, porque ella me dio este mandato”, fue la frase pronunciada por Peretti el soldado K y no el Peretti dirigente empresario que nunca fue, y que así confirmó cuál es su verdadera función allí.     
 
El largo “prontuario” de Peretti en la entidad que José Ber Gelbard fundara en 1950 escribió su primer foja el mismo día que asumió irregularmente como presidente, tras la licencia solicitada por su legítimo titular, Guillermo Gomez Galizia. La Comisión Directiva jamás trató la aprobación de esa asunción, o sea que Peretti conduce de facto a la CGE.
 
Sin embargo, al ser un soldado del entonces todopoderoso secretario de Comercio Interior,Guillermo Moreno, políticamente fue aceptable no hacer olas que podrían perjudicar a la decana institución empresaria. Nadie quería represalias de parte del Ejecutivo Nacional y menos tener a Moreno como enemigo. Se prefirió entonces hacerle el vacío a Peretti, sin avalar y sin discutir sus actos. Tan solitario quedó el cordobés que tuvo que armarse un séquito a su alrededor con gente que no es de la CGE. Entre estos cuenta de compañero de andanzas al polémico dirigente empresario ultra K, Rubén Manusovich, perpetuo titular de Fedecámaras.
 
Interesante copiloto, dado que Manusovich estuvo investigado en 2009 por la Justicia por manejo irregular de los fondos que recibiera su entidad por parte de la Superintendencia de Servicios de Salud, en la causa N°39.597, que se inició ante al Juzgado Federal N°8 y la Sala 1ra. de la Cámara Federal.
 
El punto de quiebre fue el escándalo que se disparó tras las graves inundaciones que sufriera la ciudad de La Plata, y que provocara más de un centenar de víctimas fatales, miles de millones de pesos en pérdidas materiales y el cierra de decenas de pequeñas empresas porque lo perdieron todo. Tras esa tragedia, Moreno organizó una colecta entre empresarios –mayoritariamente entre socios de la Unión Industrial Argentina (UIA)-  que fue conocida como el Pongui Pongui. El total de lo recaudado, $35 millones fue depositado en una cuenta abierta por la CGE en el Banco Nación, tramitada por Peretti y su tesorero y fiel escudero, David Selser.
 
Casi 1 año después de la catástrofe, con gente aún muy necesitada y tras varias afirmaciones del presidente de la CGE que “próximamente el Ministerio de Desarrollo Social anunciaría los plantes de vivienda que se construirían” con ese fondo, el dinero sigue intacto y sin usarse para el fin que fue creado y comido su valor adquisitivo por la inflación que Peretti parece desconocer.
 
Otro de los actos que generó malestar puertas adentro de la CGE fue cierto nepotismo de Peretti al ubicar a su segunda esposa, Daniela Borgogno, como enlace entre la entidad y la Secretaría de Comercio.
 
Sobre Borgogno vale la pena recordar que la empresa consignataria a su nombre -Daniela Borgogno SRL- dejó sin pagar a varios productores antes y poco después de la crisis de 2001. Y en 2013 salió a la luz que Peretti, como titular de la Cámara de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), una entidad creada por Moreno, puso la cuenta de la consignataria para el pago vía transferencia bancaria de las cuotas que debían abonar los miembros socios de la entidad. El nombre de la esposa de Peretti ya figuró como razón comercial en otra empresa, quebrada en 2011, que acumuló 75 cheques rechazados por más de 900.000 pesos en 2009.
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En tanto uno de los hijos de Ider, Pablo Peretti, fue beneficiado en 2011 por el Ministerio de Agricultura de la Nación, gracias a las buenas relaciones de su padre, para crear el Centro de Genética Lechera Néstor Kirchner. Peretti hijo solo ostenta el título de “cabañero” y no se le conoce diploma universitario alguno que le conceda idoneidad.
 
Pero lo que terminó de agotar a los dirigentes empresarios de la CGE es que Peretti y su séquito habían llamado a Asamblea Ampliada para tratar la Memoria y Balance de la entidad sin reunir antes a la Comisión Directiva para revisarla. Muy sospechoso dado que en una Asamblea Ampliada cualquiera puede estar presente y levantar la mano.
 
Todo indicaba que Peretti quería que le aprobaran la Memoria y Balance pasando por arriba al resto de la comisión directiva. Fue así que la oposición pidió la reunión del máximo órgano de conducción y se llamó a Inspección General de Justicia para garantizar que todo se realice dentro del marco estatutario.
 
Es muy posible que estos tiempos sean los finales de los días felices de Ider Peretti. Casi la totalidad de las entidades asociadas a CGE ven como la credibilidad institucional se ha esfumado con la credibilidad de Peratti y quieren recuperarla pronto con su renuncia.Demasiados escándalos y demasiado “chupamedismo” potenciado tras la salida de Moreno del Gobierno ha colocado a la CGE en un punto de no retorno: o se va Peretti o hay una renuncia en masa de socios.
 
Entonces, la CGE se convertiría en un sello de goma y Peretti seguría siendo el adulador de las medidas de gobierno desde una institución empresaria vacía y sin peso alguno.

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